Una dosis de conocimiento para el manejo de malezas en maíz

Alejandro Piñeiro, gerente de herbicidas de UPL Argentina, presentó una aproximación diferente a la problemática de malezas resistentes en el marco del Congreso MAIZAR 4.0. “No se trata de una sola herramienta. Para diagramar una estrategia sustentable a largo plazo la llave es el conocimiento”, dijo, y dio una lección de agronomía.

30.06.2020. “Desde preemergencia hasta post emergencia tenemos seis modos de acción herbicidas para el maíz y un gran porcentaje del mercado utiliza solo dos o tres de ellos”, disparó Alejandro Piñeiro, gerente de herbicidas de UPL Argentina, durante el Congreso MAIZAR 4.0. En un recorrido por las estrategias disponibles, el especialista invitó a realizar un buen diagnóstico, a conocer en profundidad la biología de las malezas, a sumar al control químico el uso de cultivos de servicio, y todo en el marco de prácticas responsables en el manejo de productos, aplicaciones y limpieza de equipos con el fin de disminuir los bancos de semillas. “Un producto puede ser altamente eficaz, pero vamos a reducir sus beneficios a la mitad si no lo usamos bien”, dijo.

En su disertación “UPL OpenAg, Agricultura abierta para una aproximación diferente a la problemática de malezas resistentes”, Piñeiro detalló a grandes rasgos qué tener en cuenta para controlar malezas en el cultivo de maíz.

 Es biología. “Si se asocia el flujo de emergencia de las malezas con los cultivos que se están implantando se puede ver que depende de la fecha de siembra la inserción del cultivo en las curvas de nacimiento de las malezas. Así, el maíz de primera se estará exponiendo a los principales picos de Amaranthus y Echinocloa. Con esta información se puede elegir el herbicida residual que se adecue a la estrategia teniendo en cuenta que la elección de fecha de siembra estará relacionada con las condiciones ambientales, que también van a influir sobre los productos residuales que necesitan de 15 a 20 mm para su incorporación”, enumeró el especialista.

 Por su parte, “en maíces de segunda tengamos en cuenta la necesidad de hacer un reseteo previo a la aplicación de un producto residual porque vamos a tener las principales camadas de nacimientos de Amaranthus y gramíneas antes de la implantación del cultivo. Siempre es importante solucionar el problema de malezas antes de hacer la implantación del cultivo porque una vez que el cultivo está en pie las herramientas disminuyen a menos de cuatro cuando tenemos en cuenta el escenario actual de resistencias”, apuntó.

 El mensaje: “debemos cambiar la forma en que vemos a las malezas”. Piñeiro recomendó dejar de concentrarnos únicamente en sus estados vegetativos para empezar a ver los bancos de semillas con el fin de disminuirlos. Por caso, especificó que Amaranthus genera entre 300 y 600 mil semillas. Un producto herbicida eficaz, con un 90% de control, va a estar dejando un 10% de esta cantidad de semillas en el lote. Esto lleva a que seguramente también haya que programar una aplicación post-emergente.

 El gerente de herbicidas de UPL detalló que entre los cuatro modos de acción destinados a la pre emergencia y pre siembra del maíz, “en las últimas campañas vienen ganando mercado los herbicidas del modo de acción F2 (HPPD). Estos los usamos en presiembra como residual y también como una herramienta para controles en post emergencia”, alertó. “Por eso es importante conocer qué vamos a hacer con el lote el año que viene porque podemos tener problemas de carry over. En estos casos recomiendo averiguar además si hay experiencias sobre cultivos de cobertura como sucesores a su utilización”, detalló el especialista para reiterar lo importante que es rotar modos de acción: “en caso de usar HPPD como residual podemos aplicar un herbicida como Lifeline, el glufosinato de amonio de UPL para maíces resistentes que nos va a estar proveyendo un modo de acción totalmente distinto”, recomendó para insistir: “los modos de acción disponibles son escasos y no hay en el horizonte nuevas herramientas”.

Malezas y cultivos

 Hoy el maíz convive con Amaranthus en prácticamente todos los lotes productivos del país. Algo similar ocurre con Echinocloa y Eleusine, que crecieron en las últimas campañas, a la par de la dificultad para controlarlas.

“Amaranthus, Eleusine, Conyza y Sorgo de Alepo son las malezas que mayores dificultades les presentan a los productores argentinos. En el caso de Conyza, vale la pena mencionar que esta campaña fue difundida a través de la REM su posible resistencia a grupos de ALS, los que mejor la controlan. Esto nos recuerda la importancia de rotar modos de acción”, sostuvo Piñeiro. También preocupan otras como Sonchus Oleraceus, Commelina erecta, Borreria, Gonfrena, Pappophorum.

 Del último relevamiento realizado por RAVIT en el norte de Córdoba en el marco de la iniciativa de agricultura abierta OpenAg que UPL viene impulsando sobre 2 millones de hectáreas, surge que Amaranthus, Clorideas, Conyza y Sorgo de Alepo son las que generan mayor dificultad de control, y a la vez presentan mayor frecuencia de aparición. El dato convive con un fuerte uso de productos con resistencia conocida y poca rotación de modos de acción. “En el caso del glifosato, estamos usando la misma cantidad que en otras campañas y sabemos que hay muchas malezas que son resistentes a este producto”, especificó Piñeiro.

 La composición de las especies en los diversos ambientes tiene similitudes. Es posible adecuar estrategias de manejo según cada problemática. “Siempre se trata de controlar a las malezas dominantes del sistema. Pero no hay que perder de vista a las malezas secundarias. Uno siempre enfoca sus estrategias de manejo sobre las más complicadas y con la selección que ejercemos generamos un efecto indirecto sobre la comunidad en la cual siempre va a prevalecer una dominante”, destacó.

“Es importante tener en cuenta los flujos de emergencia de malezas. Esa información no solo permite diseñar la estrategia de control químico sino también la fecha de siembra del cultivo. Por ejemplo, cuando tenemos lotes muy complicados de gramíneas y Amaranthus, tal vez una estrategia defensiva sea hacer un maíz de segunda. Esto va a permitir que la principal camada de malezas -tanto de hoja ancha como de gramíneas- se manifieste antes del cultivo y podremos tener más herramientas para controlar”, detalló.

 UPL cuenta con unos de los portfolios de soluciones para el control de malezas más diversos en lo que hace a modos de acción. Para maíz, “es importante destacar el uso de Dinamic con Strim, que al combinar dos modos de acción permite mitigar la generación de resistencias”, dijo Piñeiro. Dinamic es el herbicida selectivo para maíz recomendado en aplicaciones de pre-siembra y pre-emergencia del cultivo para el control pre-emergente de hoja ancha. Al complementarse con Strim, posibilita el control de gramíneas. A su vez, para aplicaciones post-emergentes, el herbicida es Lifeline para maíces resistentes a glufosinato de amonio. Un modo de acción diferente para controlar malezas latifoliadas y gramíneas, sin dejar problemas de carry over para el año siguiente.

“Tenemos que cambiar el sistema, hacer manejos disruptivos para que la biología cambie. Usar la información es de gran importancia. Tenemos que conocer qué hicimos, qué hacemos hoy y qué vamos a hacer mañana”, concluyó Piñeiro en su paso por MAIZAR 4.0

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