Un tambo en San Juan genera biogás y fertilizantes con el desecho de sus vacas

Ya no es un sueño generar energía en el campo a partir de los residuos de establecimientos pecuarios, y cada vez más empresas agropecuarias se suman a la ola de la llamada “economía circular”, que busca reducir la producción de desechos apelando a la reutilización y transformación de los mismos.

La empresa Econer, oriunda de la localidad bonaerense de Campana, decidió abordar el tratamiento de los efluentes, a partir de la fabricación de biodigestores portátiles, flexibles, en bolsa y de carga semicontinua, que buscan transformar los residuos en fertilizante líquido (Biol) y biogás, favoreciendo de este modo, el cuidado del medio ambiente, y evitando la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
En San Juan, la empresa sanjuanina Lactocuyo, decidió instalar uno de estos biodigestores, para transformar los desechos de sus 120 vacas en ordeñe y eliminar los factores negativos de contaminación de tierra y aire, y malos olores, ya que las bacterias trabajan en la bolsa de modo anaeróbico.
La bolsa que adquirió la empresa láctea, ubicada en el Departamento de San Martín, tiene unos 10 metros de largo por 2 metros de ancho; cuenta con 20 m3 de capacidad y fue enterrada en una fosa de 1 metro de profundidad, a una distancia de 20 metros del tambo.
Lactocuyo, que además de tener tambo, también se dedica a la elaboración de sus propios quesos, leche y yogures, puede generar, a partir de esta bolsa biodigestora, el fertilizante líquido necesario para cubrir 50 hectáreas de campo (para lo cual necesitarán adosar una bolsa más, de mayor capacidad), y una cantidad de biogás equivalente a dos garrafas mensuales de 45 kilos cada una.
“El establecimiento ya estaba procesando la materia fecal del ganado que administra, pero notaba que su disposición final seguía siendo un problema. Con nuestro biodigestor no sólo encontraron una solución al tema, sino que además generaron valor”, explicó Juan Manuel Donate, uno de los socios de Econer.

El tambo sanjuanino, de raigambre familiar (quinta generación), ratificó su compromiso de años en el cuidado del medio ambiente. “Hace tiempo que buscábamos generar un mejorador de suelo y biogás metano y con esta bolsa biodigestora podemos generar ambas cosas”, relató Juan Manuel Sánchez, dueño de Lactocuyo.

En el medio del establecimiento quedó ubicada la cámara receptora de estiércol, de unos 30 m3, a donde conducen la bosta de las vacas cuando se “manguerea” la sala de espera.
Además, se colocó una bomba estiercolera monofásica que carga a un ritmo de 60.000 litros por hora, lo necesario para abastecer la bolsa biodigestora, que llega a llenar 600 litros diarios de bosta mezclada con agua, en apenas 1 minuto.
La bolsa instalada en el tambo, producirá biol y biogás a partir del mes de haber sido instalada y puesta en funcionamiento.
Sánchez declaró que “comúnmente gastamos entre $15.000 y $20.000 por hectárea y por año en fertilizantes para los campos de forraje, cuando, con la bolsa biodigestora, podríamos obtenerlos de modo gratuito (la bolsa de 30 metros cúbicos generará unos 600 litros diarios de biol)”.
Y agregó que “con el biogás metano generado, equivalente a dos garrafas mensuales de 45 kilos cada una, se alimentará la caldera con la que pasteurizamos la leche”.
Si este sistema de Econer les resulta cómodo y eficaz, en Lactocuyo proyectan colocar una bolsa más grande, ya que lo bueno de este sistema de biodigestores en bolsa es que se pueden instalar de modo progresivo, al tiempo que permiten una rápida de la tecnología.
Los fabricantes explicaron que “la bolsa biodigestora se compone de tres bocas. En una se carga el estiércol del animal (también se puede llenar con cualquier desecho orgánico). Luego, por otra boca sale el fertilizante líquido, y por una válvula superior, se desprende el biogás”.
Los biodigestores de Econer se fabrican en diferentes tamaños y pueden ser utilizados en establecimientos pecuarios de poca, mediana o gran escala. “Todo cierra con un mínimo costo de instalación y amortización ya que, el mismo se paga en tan solo un año, y puede escalar desde un modelo domiciliario a modelos industriales. Los diseñamos según la necesidad de cada cliente”, agregó Darío Donate, otro de los socios de la empresa campanense.

La bolsa más chica de Econer genera de 3 a 5 horas de biogás diario, y además extrae entre 100 y 150 litros de fertilizante por día. Y sólo bastan 30 kilos de cualquier desecho de animales para llegar a ese resultado.

Estos biodigestores son de fabricación 100% nacional, y, por ende, resultan mucho más accesibles que los costosos biodigestores importados.

¿Desafíos por delante?
“Acabamos de colocar una bolsa en Salta y ya tenemos varias bolsas más pedidas. El gobierno de Salta nos consultó para resolver la grave problemática de los wichís, y el de La Rioja nos manifestó su interés por colocar una en cada escuela rural de su provincia. Porque se trata de ir generando conciencia para cambiar la cultura”, resaltó Darío Donate.
“Ya hemos pasado unos 350 presupuestos, y comenzaron a pedirnos hasta de los países vecinos; a fines de marzo instalaremos la primera bolsa a un tambo en Cardal, Uruguay, y nos pidieron una para un tambo en Balcarce, provincia de Buenos Aires. Estamos designando y formando distribuidores en cada provincia y en cada país vecino, para poder abastecer a todos, porque este es un negocio que crece cada vez más”, concluyó Darío Donate.

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