Esto debido al insuficiente contenido de agua útil en la cama de siembra, que continuó disminuyendo en los distintos perfiles de los suelos santafesinos.
Transcurrido más de treinta y ocho días desde el inicio de la siembra, sigue siendo una incertidumbre la superficie de trigo que se implantaría, como consecuencia de la dinámica de los escenarios ambientales, las características zonales particulares y los múltiples factores que condicionaron o regularon la toma de decisiones finales, situación que se continuaría monitoreando por los futuros escenarios climáticos y de logística.