Trigo 2006: Recomendaciones para un buen arranque

Las rotaciones de los cultivos, el curado de la semilla, la elección de cultivares y los tratamientos foliares con fungicidas son herramientas claves en el manejo integrado de enfermedades de trigo.

Las enfermedades que con más frecuencia año a año se presentan afectando las hojas del cultivo son la Mancha amarilla provocada por el hongo Drechlera tritici-repentis, la Septoriosis provocada por Septoria tritici y Septoria nodorum, y las Royas por Puccinia sp. También suele presentarse, dependiendo de las condiciones climáticas favorables dominantes durante la floración, la Fusariosis o Golpe blanco producido por Fusarium graminearum atacando a las espigas.
En la campaña pasada, se observó en la región central la aparición de infecciones, tanto de Mancha amarilla como de Septoriosis y Royas.
Por lo tanto, es conveniente repasar algunas consideraciones que aporten elementos al productor, al momento de tomar decisiones sobre su necesidad de control.

Recuerde que en Septoria, las principales fuentes de inóculo son la semilla y los restos de cultivos antecesores como girasol y con mayor gravedad maíz y trigo.
El tratamiento de la semilla tiene como objetivo la prevención de enfermedades que se transmiten a través de la misma. Resulta entonces una buena medida de prevención al eliminar los rastrojos sobre los que sobreviven los organismos causantes de estas enfermedades.
También, resulta una medida preventiva imprescindible, la utilización de semilla de alta calidad, es decir con un buen poder germinativo, con alto vigor que asegure una emergencia rápida.
En sistemas de siembra directa, la aparición de enfermedades dependerá de las condiciones ambientales y del rastrojo acumulado, pues las hojas basales del cultivo podrán tomar contacto con los restos, posibilitando su infección. La última campaña se han presentado infecciones debido a las condiciones climáticas dominantes.

Ante estas condiciones, la elección de la variedad a sembrar en cuanto a su comportamiento frente a enfermedades, cobra aún mayor importancia.
A partir de las detecciones de daños por enfermedades el cultivo debe comenzar a ser monitoreado mediante recorridas periódicas.

Es muy importante conocer la historia previa del lote, los cultivos anteriores y la presencia de enfermedades en los mismos. Ya es sabido que una aplicación oportuna y necesaria de funguicida, resulta altamente rentable al disminuir los daños causados por la presencia de enfermedades fúngicas, ya sea en las hojas, en las espigas o en ambas. Frente a la duda de tomar la decisión de realizar un tratamiento, es necesario acudir al asesoramiento profesional, quien evaluará la conveniencia de realizar el tratamiento, determinando el fungicida y dosis a emplear y el momento oportuno de aplicación.

La aparición en el mercado de nuevos productos, abre las posibilidades técnicas de buscar una solución, por lo que es imprescindible recurrir al asesoramiento profesional indicado.

Fuente: José Rossi (INTA Venado Tuerto)

 

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