Hace unos años, en los laboratorios de la UNVM lograron aislar una bacteria para remediar el impacto de los herbicidas en el ambiente. Se trata de microorganismos nativos que se aplicarían en el agua subterránea y superficial para subsanar la contaminación que produce el uso de plaguicidas.
Las investigaciones avanzaron sobre un estudio en diferentes cauces de la región. La investigadora y docente Romina Bachetti, participó del ciclo televisivo Diálogos en la Uni y contó la experiencia de trabajar en el análisis de la calidad de agua y estrategias para la remediación de humedales contaminados con herbicidas clorados en la región agrícola centro-sur de Córdoba.
-¿Qué la motivó a trabajar sobre la calidad del agua y a buscar estrategias de remediación de humedales?
-Hace muchos años que estamos trabajando en esta línea y siempre la motivación es tratar de aportar desde nuestro conocimiento, nuestra formación de base, a solucionar problemas sociales, problemas de la comunidad y, justamente, la contaminación del agua y su calidad es algo fundamental porque todos los seres vivos consumimos agua y dependemos de que sea de buena calidad por una cuestión también de salud. Entonces, conocer el estado de la calidad del agua que consumimos, ya sea en los seres humanos o en el que está en contacto con los animales, es fundamental para el funcionamiento de nuestra salud y del ecosistema.
-¿Cuántos años llevan trabajando sobre este tema?
-Desde hace 14 años estamos trabajando con esta línea de investigación. Arrancamos desde cero y hemos crecido. Primero comenzamos a trabajar con recursos superficiales, puntualmente con el río. Después comenzamos a indagar en la calidad del agua subterránea, puntualmente en el tramo de la cuenca lechera de Villa María y siempre enfocándonos en la llegada de plaguicidas a estos cuerpos de agua, además de analizar su calidad general. Actualmente, nos estamos expandiendo más y estamos comenzando a analizar la calidad de lagunas.
-¿Qué encontraron en cuanto a contaminación de estos cauces?
-Nosotros buscamos puntualmente un plaguicida que es la Atrazina y hemos detectado en distintos monitoreos la presencia de este herbicida en concentraciones que son muy bajas y que en general no exceden los límites establecidos por la normativa, ya sea para el agua de vida o para la vida acuática.
-¿Cuáles fueron las bacterias que lograron aislar para remediar de alguna manera el uso de estos herbicidas clorados?
-Nosotros, además de conocer la calidad del agua, tratamos de buscar alguna solución a la llegada de estos herbicidas al ambiente. Trabajamos con bacterias nativas, es decir, buscamos y sacamos las bacterias de los ambientes naturales propios de la región. Contamos, desde hace muchos años, con un aislamiento puntualmente que está caracterizado y es eficiente. Es muy bueno degradando la Atrazina y logra transformar el herbicida, que tiene una toxicidad, en un compuesto no tóxico. Actualmente, tenemos otros tres aislamientos que están en etapa de caracterización. Es importante destacar que estas bacterias son propias del ambiente, por lo tanto, si uno tiene que manipularlas de alguna manera su efecto es menor y están adaptadas a esos sitios.
-¿Hay posibilidades de llevar estos trabajos in vitro a campo?
-Sí, todos nuestros estudios son in vitro. Es decir que estamos en etapa de laboratorio. Efectivamente, hay posibilidades de aplicación, se usan múltiples estrategias. En algunos lugares del mundo han llegado ya a algunas instancias de aplicación, pero eso lleva mucho más tiempo.
-¿Cómo es el trabajo en el laboratorio para aislar una bacteria?
-Cuando queremos aislar, traemos la muestra del ambiente, del suelo o del agua, también pueden ser sedimentos; y trabajamos en lo que se llama esterilidad, es decir, tenemos que lograr que no haya otras bacterias más que las que nosotros queremos. Ahora se está trabajando más sobre organismos naturales para tratar de remediar esta situación. Además de utilizar bacterias, estamos iniciando un nuevo proyecto para comenzar a utilizar plantas para biorremediar.
Fuente: Área de Comunicación UNVM