Temple Grandin en el Congreso Aapresid 2020

La referente mundial en bienestar animal y doctora Honoris Causa por la UBA pasó por el XXVIII Congreso Aapresid y dejó un intercambio para el recuerdo.

Temple Grandin es psicóloga, tiene un doctorado en Zoología y una especialización en Etología, estudio del comportamiento animal, disciplina que enseña en la Universidad de Colorado. En su paso por el último Congreso Aapresid respondió a todas las preguntas: desde cómo su TEA (Trastorno del Espectro Autista) es una herramienta clave en su trabajo con animales, hasta el rol de la tan vapuleada ganadería en la sustentabilidad.

"Mi autismo me permite pensar en imágenes – cuando el común de la gente lo hace en palabras –, lo que me hace muy fácil entender lo que piensan y sienten los animales cuando ven, por ejemplo, un papel que flamea en el otro extremo de la manga. Los invito a ser más observadores, en especial de los pequeños detalles".

Cuando empezó su carrera, Grandin creía que podía resolver las cosas con equipos, pero con el tiempo aprendió que si no hay gente capacitada el equipo no sirve: "organizar el ingreso a las instalaciones en horas donde la luz no entre de forma directa (los animales no gustan de las luces cegadoras); o hacerlo con las luces encendidas de noche (tampoco prefieren adentrarse en la oscuridad) son practicas tan económicas como efectivas".

Hoy el bienestar animal es una práctica aceptada y su impacto sobre la ganancia de peso y fertilidad está ampliamente demostrado. Sin embargo, hay temas viejos que siguen vigentes: "evitar los gritos, entender que el buen manejo exige caminar más, son cosas que sigo repitiendo".

Entre los aspectos generales de bienestar animal enumeró algunos puntos, empezando por la renguera, indicador primordial que poco se mira. Habló de la salud, la condición corporal, la suciedad y del estrés por calor como cuestiones clave: "el animal debe tener la boca cerrada durante la manipulación; boca abierta es señal de que está sufriendo". Otro aspecto es el alivio del dolor luego de prácticas dolorosas o traumáticas como la castración, el descuerne o el destete.

"Hoy los consumidores exigen que el animal tuvo una vida que valió la pena, lo que es bueno, pero a veces se limita a cuestiones como el pastoreo a campo, como si esto fuera sinónimo de bienestar animal. Un rodeo que pastorea un lote sin pasto claramente está sufriendo", disparó la especialista que desarrolló un sistema de puntuación para medir el bienestar animal y que está disponible en su sitio web.

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