Se estima un gran aumento en la siembra de girasol

Los productores agropecuarios de la zona semiárida del oeste de la provincia de Buenos Aires y este de La Pampa tienen pensado aumentar la superficie de siembra de girasol para la próxima campaña.

El interés por producir más de ésta oleaginosa, en detrimento de la soja, quedó demostrado el miércoles 31 de mayo en una jornada de capacitación sobre girasol que organizó la empresa Dupont / FMC en la ciudad pampeana de General Pico. Allí asistieron más de 240 productores, lo que superó las expectativas de los organizadores.
“Es muy importante para nosotros que ustedes se interesen por estos temas, porque hay un montón de cosas que le van a seguir pasando a la actividad, como los cambios en las medidas económicas y otras cosas que no dependen de los productores; pero lo que es fundamental para la producción es la aplicación de tecnología”, dijo Alberto Bianchi, directivo de Dupont, durante la apertura del encuentro.
Según las opiniones de los presentes y de los expertos que disertaron, se pudo ver que la causa fundamental del cambio del girasol por la soja que se está produciendo en la zona – que ya había comenzado en la campaña 2005/2006 – es que la cantidad de agua caída en los últimos dos años fue menor que en los períodos anteriores, y eso causó rendimientos menores en la soja, el cultivo que le había quitado el terreno al girasol.
“Hay una vuelta al girasol porque demostró ser muy rentable cuando la zona vuelve a sus regímenes históricos de lluvia”, dijo Ariel Brunengo, un productor de General Pico. Roberto Cagioli, agricultor de la localidad de Embajador Martín, al norte de la provincia contó que “hace años bajé la cantidad de hectáreas para girasol pero ahora la estoy subiendo, porque ante la seca es mucho mejor que la soja”.
“En un año seco de 500 milímetros, el girasol se comporta mucho mejor que la soja. Con un rinde de 1.800 kilos, el girasol obtiene el mismo margen bruto que una soja de 2.200, y cuando llueven 500 milímetros por año, la soja no supera los 1.500 kilos, mientras que el girasol llega a rendimientos mucho más rentables”, dijo César Perotti, productor de Colonia Barón, también en La Pampa.
Las causas de estos datos que informalmente aportaron estos productores, fueron analizadas con más profundidad por el Ingeniero Agrónomo Alberto Quiroga de la Estación Experimental del INTA Anguil, en La Pampa, quien disertó sobre la “Importancia de la inoculación de agua durante el barbecho”.
“La superficie sembrada con girasol hasta hace dos campañas disminuía y avanzaba la soja; sin embargo ahora está retomando el área que perdió, y es por el comportamiento que este cultivo tiene ante la sequía”, explicó Quiroga, y agregó: “Lo importante es que el lote que se vaya a sembrar tenga condiciones para hacer girasol, que es que tenga aptitudes para el almacenaje de humedad antes de la siembra. La reserva de agua que se haga en el suelo; cuando se siembra el girasol debe ser de un 30% de lo que va a requerir la planta, y esto se logra con un buen barbecho”. El técnico, además hizo una comparación de la capacidad que tienen el girasol y la soja para extraer agua del subsuelo. “Cuando vienen períodos más secos, como está pasando en esta zona, las napas de agua descienden de 1,80 metros de la superficie a 2,50 metros. Con esa diferencia, el sistema radicular de la soja se desconecta del estrato húmedo, en cambio el girasol, por tener raíces más profundas, sigue extrayendo agua”.
Otro de los temas importantes de la jornada trató sobre el control de plagas y estuvo a cargo de Daniel Igarzabal, experto en monitoreo de plagas, quién alertó a los presentes sobre el peligro de utilizar insecticidas en forma indiscriminada y sin hacer monitoreos previos. “El uso indiscriminado de Cipermetrina (piretroide) está generando cambios que si se instalan van a ser muy difíciles de manejar. Por ejemplo, este año avanzó mucho una plaga llamada Falsa Medidora, que se dió a partir del gran aumento de la superficie de soja en el país; esta plaga requiere de mucha más dosis de piretroide para ser controlada”. La explicación del técnico se refirió a que las plagas cada vez se vuelven más resistentes a los remedios que se les aplican. “Si un insecto se hace resistente a un piretroide de baja calidad, se hace resistente a todos, por más bueno que sea, por eso hoy en día tenemos muchos más plagas que hace unos años”. Igarzabal desaconsejó a los presentes el uso de cipermtrina sin causas que lo justifiquen: “Muchos aplican la cipermetrina junto con los herbicidas porque es barata y entonces ‘duermen tranquilos’, sin embargo eso, además de significar un costo innecesario, está generando resistencia en los pocos insectos presentes en el lote, ya sea por aplicaciones fuera de tiempo o por dosis equivocadas”.
“Permanentemente, muchos productores están copiando lo que hacen otros o lo que hicieron antes, sin estudiar las causas de cada uno de los casos; los proceso biológicos cambian permanentemente, por eso a veces no funciona la aplicación de un producto. Si esto no se habla y se concientiza, pueden pasar cosas muy graves”, concluyó el especialista.

Otra de las causas que está incentivando a los productores para volver al girasol es la perspectiva de buenos precios. “La superficie de girasol en el mundo está aumentando y el precio sigue firme, y la causa principal es el aumento del consumo de aceite de esta oleaginosa”, comenzó a decir en su ponencia el analista de mercados granarios Pablo Adreani. “Si se compara el aumento del comercio mundial de girasol respecto de los otros granos, vemos que esta oleaginosa creció un 54% mientras que el resto sólo aumentó el 23%. Y si evaluamos el consumo de aceite, el girasol tuvo un incremento del 37% contra un 17% del resto de los aceites a nivel mundial”. El técnico argumentó que este crecimiento del consumo se debe a que países China India y Rusia están incrementando el poder adquisitivo de sus habitantes y esto hace que se vuelquen hacia una mejor calidad de alimentos, característica principal del aceite de girasol.
Sin embargo, el experto dijo que “hay que estar atentos con lo que pase dentro de tres meses cuando se coseche en el hemisferio norte. Estamos en un mercado muy volátil y si la cosecha es buena, pueden caer un poco los precios”.
 

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