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La lluvia impidió una masiva afluencia de compradores y eso limitó la agilidad de las ventas y los precios. El promedio de los más de 120 ejemplares vendidos, fue superior a $3.200.
Había un sabor agridulce, al término de las ventas en el hermoso predio de la cabaña Rancho Grande. Es que el año pasado, en la primera experiencia se había logrado precios récord, y dado el buen arranque de la vaquillona en este año, las expectativas se habían incrementado. Pero la intensa lluvia que azotó al sur de Córdoba el fin de semana anterior, frustró la llegada de algunos compradores importantes, y eso significó un condicionamiento para las ventas.
“Yo creo que fue un remate bueno, a pesar de que nosotros pretendíamos algo más, pero el mercado está como está. Faltaron compradores, hubo poca gente porque el día no ayudó. Además la ganadería está tocada y esto repercute en la gente que invierte en el campo, hay una desazón importante en el negocio. De todos modos yo estoy conforme con los precios que hicimos y además porque hubo nuevos clientes nuevos que observaron lo que hacemos”.
En 2005 los precios promedio estuvieron levemente por encima de los $3.000, y la reflexión de Peyrano fue la siguiente: “Me parece que el año pasado vendimos mejor. Lo que pasa es que todo subió, los costos del campo son otros, los sueldos también, la infraestructura cuesta; y si bien este año los precios fueron nominalmente superiores, me parece que era más plata aquella que ésta”.
Como fue el remate
Si uno evalúa lo acontecido en Benjamín Gould, confirma un concepto en el que hemos insistido: La calidad se paga y se paga bien. Por eso no es casual que si se hace el promedio de las vaquillonas de la cabaña San Juan, de Martín Maroni (Arias, Córdoba), o de los mejores lotes de Rancho Grande. A modo de ejemplo, el promedio de las más de veinte vaquillonas de Maroni que se vendieron superó los $3.700, e iguales valores hicieron los tríos de genética superior de la cabaña de Peyrano .
Al término de las ventas, y mientras intentaba cerrar algunas operaciones por los lotes que habían pasado de largo en el ring de ventas, el martillero Miguel Romano dijo: “El tiempo nos jugó una mala pasada. Dije al comienzo de empezar el remate no iba a haber problemas para colocar 100 vaquillonas, porque había tres compradores que tenían marcado prácticamente esa cantidad, y los precios creo que estuvieron en los $3.200 de promedio, y a lo mejor daba para hacer $200 o más, pero no debemos estar disconformes, sobre todo teniendo en cuenta el tiempo que nos tocó, que imposibilitó que lleguen compradores y una mejor presentación”.
Tras un arranque promisorio y la venta de un lote excepcional de cabaña Rancho Grande con producciones de madre superiores a 10.000 litros que se vendió en $4.400 c/u (fueron compradas por Osvaldo Audizzio de Villa Huidobro), el remate rápidamente se desinfló y el martillero hizo muchos esfuerzos para bajar el martillo y los precios comenzaron a ubicarse entre $3.000 y $3.200, salvo aquellos lotes de gran calidad que fueron mencionados. Alrededor de diez tríos, en especial de ejemplares con parición reciente pasaron de largo, y se verificó una gran selectividad ante cada oferta.
Cabe destacar que además de Rancho Grande y San Juan de Maroni, consignaron en el remate Zabalegui Hnos, La Piemunteisa S.A, José Vayra y Francisco Landra.
Los compradores más importantes fueron Tolosa de Gálvez (Santa Fe), Osvaldo Audizzio de Villa Huidobro, Cristian Plaza de Villa Nueva, Remo Berna, Buchardo Tambos y Los Molles.
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