Hace varios años especialistas del INTA acompañan, mediante la extensión y la investigación, a dos productores familiares del sudoeste bonaerense que trabajan en experiencias extensivas de agroecología y de bajos insumos, respectivamente.
Los planteos agroecológicos y los de bajos insumos tiene puntos en común, pero presentan diferencias relevantes: “la agroecología supone cambios en las relaciones de poder, en los ámbitos de producción y en la circulación de sus productos; mientras que la producción de bajos insumos puede ser una estrategia dentro de un proceso de transición o parte de una intensificación sostenible”, explicó Gabriela Giordani, investigadora del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF) Región Pampeana.
A través de una metodología desarrollada por la Universidad Nacional de Río Cuarto, los investigadores analizaron la productividad y la eficiencia económica de cada establecimiento, pero también otros indicadores de estabilidad económica: canales de comercialización, tasa de especialización y vinculación social. “Esto permite tener una apreciación del riesgo ante distintas situaciones que pueden variar de un año a otro”, precisó la especialista.
En el caso del productor agroecológico, se pudo observar que para el manejo no utiliza agroquímicos, remueve muy poco el suelo y resiembra al voleo, al mismo tiempo que realiza pastoreo rotativo con alambrado eléctrico. En este marco, el indicador de productividad es un 7 % superior a los valores de referencia de la zona.
“Es un productor que se vincula con el Centro de Educación Agraria de Guaminí y, a partir de ello, se reúne periódicamente con otros productores con los que intercambia información, servicios, maquinaria y participa de un proyecto de molienda de trigo para hacer harina integral agroecológica”, aseguró Giordani.
El productor que realiza un manejo de bajos insumos se llama Mario Schwindt, tiene 73 vacas y 200 ovejas y produce terneros y corderos en una explotación de 85 hectáreas. Los investigadores explican que hace 5 años que no utiliza fertilizantes, redujo al 50 % el uso de herbicidas en un primer momento, y en 2021 cumplió un año sin usarlos. “En una economía tan chiquita, valores tan altos de herbicidas y fertilizantes hubieran hecho que dejase de trabajar”, expresó el productor.
“Desde el INTA contamos con distintas herramientas para acompañar a los productores que, como Mario, eligen otra forma de producir”, explicó Giordani.
En este sentido, cabe destacar que Mario encontró asesoramiento en Agencia de Extensión Rural (AER) Coronel Suárez del INTA y prestó su campo para numerosos ensayos, pruebas y visitas de productores, técnicos y estudiantes.
“Es muy importante contar con productores como Mario. En el trabajo de investigación y extensión, valoramos los saberes del productor, que son una pieza clave de los procesos productivos”, señaló Darío Morris, jefe de la AER Coronel Suárez del INTA.
Los investigadores observaron que ambos productores ponen énfasis en favorecer procesos naturales que mejoren la disponibilidad y calidad de recursos para la producción.
“En estos casos el aporte al desarrollo local sustentable se da en función del logro de buenos niveles de productividad y eficiencia económica, con menores externalidades negativas para el ambiente y menores riesgos para el productor”, puntualizó Giordani.
Programa de Evaluación de alternativas
Desde el proyecto Evaluación de Impacto de Tecnologías y del Cambio Tecnológico de la actual cartera de proyectos del INTA, los investigadores aprendieron a usar el programa de evaluación de alternativas multicriterio Visual Promethee.
“Ensayamos alternativas pensadas para mejorar la situación predial de productores como Mario: la tendencial (todo sigue igual), la utilización de bioinsumos, la disminución del uso de insumos químicos y el reemplazo de sus efectos por tecnologías de procesos, la intensificación de la producción ovina y la silvopastoril”, explicó Giordani.
En el software se cargan los criterios para los que el propio productor otorgó valores. Mario valoró como importante el cuidado de los recursos naturales de su campo y en segundo lugar el ingreso económico y algunos aspectos sociales. En base a esto, el programa ordenó las alternativas planteadas según las fortalezas y las debilidades del productor.
Como conclusión, los investigadores hallaron que las alternativas basadas en técnicas de procesos (intensificación ovina, disminución gradual de insumos químicos y silvopastoril) son preferidas a las que utilizan insumos (bioinsumos y tendencial).
“Así, Mario valora el cuidado de los recursos naturales, sin dejar de considerar los aspectos económicos y sociales, pero sabiendo que la base para producir es mantener y mejorar la fertilidad del suelo y la biodiversidad predial”, señaló Giordani.
En este sentido, Estela Cristeche, coordinadora del Proyecto, advierte que “el análisis multicriterio discreto facilita procesos de toma de decisiones informados al permitir comparar y ordenar diversas alternativas de acuerdo a su desempeño integral, considerando criterios de tipo económico, social y ambiental”.
“De esta manera, y sumando a la información técnica las preferencias del productor al asignar distintos pesos a los criterios de evaluación, constituye una herramienta de apoyo a la toma de decisiones del productor a la hora de optar por realizar cambios en su sistema productivo”, finalizó Cristeche.
Fuente: INTA