Con este contexto, hay que tomar decisiones para esta coyuntura sin perder de vista el cuidado de uno de los principales recursos: el suelo. Al reponer nutrientes a los campos, los fertilizantes logran que la tierra produzca más y mejores alimentos en un escenario de creciente demanda mundial de alimentos.
Decisiones hoy con mirada estratégica
¿Fertilizo o no? Fertilizar implica devolverle al suelo parte de lo que cada año nos da, y cuando tenemos un escenario donde La Niña parece extenderse es aún más importante hacerlo. En este sentido, ¿qué podemos esperar de una nutrición balanceada?
Señala Reussi Calvo que en campañas como ésta la aplicación de P mejora en más de 34% la respuesta relativa mientras que en años más húmedos el aporte de fósforo lo hace en una quinta parte.
¿Cuántos kilos extra puedo producir por mm de agua? El investigador echa mano a los resultados de la Red de Nutrición CREA del sur de Santa Fe para explicitar que en la presente campaña obliga a una utilización más eficiente en el uso del agua:
En las barras podemos observar el aporte de los diversos nutrientes, tanto de fósforo, nitrógeno y azufre con referencia al lote testigo del ensayo.
Mucha agricultura de precisión pero se desconoce el suelo que trabaja
Para ilustrarlo, Reussi Calvo habla de una cita a ciegas para referirse a un encuentro con alguien desconocido: el suelo que se siembra. A esta altura parece una perogrullada repetir que para tomar decisiones debemos conocer a partir de qué lo hacemos pero hay información copiosa sobre la ausencia de muestreos de lotes y a partir de ello configurar ambientes diversos. “No todos los lotes son iguales, cada uno tiene su propia historia y sus características y no se está haciendo la tarea de conocer sus propiedades y necesidades. Tomamos decisiones creyendo que todos los lotes son iguales y esto no es así”, subraya el especialista, y redondea: “Por ello tenemos brechas muy pronunciadas de rendimientos, con lotes vecinos que producen la mitad al no asumir sus propias características”. Hay datos que indican que solo el 25 del área de siembra se muestrea.
El expositor señala que con una nutrición balanceada se puede conseguir más de un 40% de rendimiento y mejoras en la eficiencia en el uso del agua de más del 70%.
“Hasta diciembre tendremos Niña”, apunta Reussi y este pronóstico obliga a diseñar una estrategia que atienda esta circunstancia y no pierda de vista la sustentabilidad del principal recurso: la tierra.
N
El nitrógeno está reconocido como “la bala de plata” y en el análisis sobre qué ganamos y qué perdemos con su introducción afloran las mejoras en los rendimientos de estos últimos años, que en muchos casos llega a un 100%.
P
“El fósforo no es barato y por ello no hay que disponerlo sin criterio, hay que medir bien y administrar las dosis necesarias”, señala el especialista. Y para precisarlo comparte el siguiente cuadro:
S
“El azufre es distinto pero tiene una dinámica muy parecida al N. Es un nutriente barato, con prestaciones muy altas en maíz”, da cuenta Reussi y recuerda que el S queda en la planta y por ello aconseja enterrar 20 kilos y luego medir.
Zn
“El 67% de los lotes de la región Pampeana tiene menos de una parte por millón”, asegura el especialista.
“Esto no es todo” -aclara Reussi-, “este abordaje del problema de sembrar en una año de restricción hídrica debe ser parte de un manejo integral de tecnología en los procesos de siembra: elección de híbrido, tratamiento de malezas, maquinaria, cobertura, fertilización y otros temas que integran la tecnología en el proceso de siembra”, concluye.