Así como el fútbol despierta pasiones, y hay fanáticos por una u otra marca de autos, en materia de ganado también se ve el espíritu entusiasta de quienes se enamoran de una raza y hacen de la cría un culto.
Seguramente los investigadores del INTA de la década del 80 apostaban al buen resultado de sus ensayos en las cruzas de razas ovinas, pero no deben haber imaginado que algunos años después la Pampinta iba a agrupar a más de 80 cabañas de criadores. El número de ejemplares se ha triplicado en los últimos años gracias a su buena adaptación, tanto a diferentes ambientes como sistemas productivos, y hoy se hallan diseminadas por todo el país.
Daniel Dummler es uno de estos criadores. En Roque Pérez, ubicado en la depresión de la cuenca del río Salado, está la Cabaña Don Daniel, “donde sus pasturas intensifican el sabor característico de la raza”, grafica su propietario. Desde 2001, este establecimiento se dedica a la cría y venta de reproductores puros de pedigrí, y también ofrecen corderos para consumo. La Pampinta es la primera raza ovina triple propósito, ya que se destaca por su rendimiento carnicero, lechero y su buena calidad de lana.
Un poco de historia
Bautizada así por haber nacido en el seno del INTA de Anguil, provincia de La Pampa, la raza Pampinta se obtiene por medio del cruzamiento entre la raza Frisona del Este (3/4) y Corriedale (1/4) durante la década del ochenta e inscripta como raza en la Sociedad Rural Argentina en el año 1996. Hasta 1994, el desarrollo como raza estuvo dirigido hacia la producción de carne, reorientándose luego también hacia la producción láctea, resultando un animal con características lecheras y carne magra de rápido crecimiento y elevada prolificidad.
Margarita Rosa Busetti, del INTA Anguil, elaboró con otros colegas un documento donde brinda las características de esta nueva raza y el estándar racial: “Los Pampinta son animales de formas alargadas, no demasiado compactos, de tronco poco profundo y tórax redondeado. En general, podemos decir que los índices corporal y torácico señalan una disposición a la producción lechera, mientras que los demás índices zoométricos corresponden a una aptitud carnicera”. En cuanto a la producción de leche, los investigadores observaron que durante el período de amamantamiento (45 días desde el parto) la cría consume el 40% de lo producido y la cantidad de leche aumenta diariamente. En el post destete, la cantidad de leche producida depende de la edad de la oveja y del número de crías amamantadas hasta el destete, siendo mayor en las ovejas de más de tres pariciones y en las que amamantaron mellizos y trillizos. Presenta una buena adaptabilidad para el ordeño mecánico, pero de acuerdo a las técnicas de ordeñe estudiadas, al tamaño de la cisterna mamaria y la posición elevada de los pezones es necesario un repaso a máquina para vaciar la ubre. También según ensayos del INTA Anguil es aconsejable un doble ordeñe en el primer tercio de lactancia, ya que se obtiene de este modo un 16% más de leche. La ubre de Pampinta se caracteriza por ser voluminosa desde el parto hasta el segundo tercio de la lactancia, alrededor de los 5 a 6 meses posparto. La edad y la etapa de lactación modifican sus dimensiones y generalmente el contorno de la ubre se asocia a la mayor producción de leche.
Uno de los aspectos más apreciados en producción ovina de carne es la prolificidad, ya que permite potenciar la producción de la majada. En el caso de las Pampinta estudiadas en Anguil, los índices de parición en ovejas de 4 dientes o mayores, luego de 45 días de servicio otoñal, se aproximan al 190 %, con un promedio de 18% de partos simples, 71% de dobles y 11% de triples. “Otro aspecto importantísimo es la precocidad de las borregas, que pueden ser servidas a los 7-8 meses de edad, dando porcentajes de parición del orden del 135 %. Los corderos nacidos de parto simple tienen más peso al nacimiento y mayores ganancias de pesos comparados a los nacidos mellizos de partos dobles, no obstante los kilos de cordero logrados por oveja por hectárea son superiores ya que la Pampinta es una raza mellicera”, describe la ingeniera Busetti.
Diversos ensayos referidos a la producción de carne y conformación de res muestran los excelentes resultados obtenidos cuando se cruzan madres Pampinta con carneros de diversas razas carniceras como Texel, Hampshire Down o Ile de France. A este buen carácter productivo se suma una reconocida calidad en la producción cárnica, con la obtención de corderos con un alto índice de transformación y muy buena calidad de res, que se adaptan perfectamente a la producción de corderos magros de 85 días de vida y con un peso cercano a los 30kg. “Son animales grandes”, coincide Dummler, “las hembras pesan hasta 100kg y machos hasta 140kg, con cabeza chica y sin lana. Tampoco tienen lana en las patas hasta el tronco, ni en los genitales y barriga. Esto es una ventaja ya que no es necesario hacer limpieza de ojos, ubre, genitales ni patas, y permite una esquila más rápida por tener lana solamente en el cuerpo.
Con el comienzo del verano se produce la esquila, obteniendo de 4 a 6kg de lana por animal, con lo cual estamos frente a una raza con mayor rinde en kg de lana”. “Por otra parte, estos ejemplares son de rápido crecimiento (aproximadamente 1kg. cada 3días) y de una parición del 200%”, agrega el criador, “Con nacimientos entre 4,500 kg. y 6 kg., se posiciona en unos de los nacimientos más grandes, y teniendo en cuenta el rápido crecimiento llegamos en 90 días a un peso de 35 kg, con alimentación natural”.
Dummler asegura que el mantenimiento de los ovinos es sencillo: basta con un antiparasitario cada cambio de estación y si hace falta, depende de la alimentación, un refuerzo de calcio, hierro o algún mineral que esté faltando. “Quisiera agregar que antiguamente se calculaba 10 ovejas por una vaca. Hoy con las ovejas Pampinta estamos en 8 por vaca. Pero teniendo en cuenta que hablamos de una parición del 200% al nacimiento, podemos decir que en 10has, donde podríamos tener 10 vacas a una producción de 9 terneros, con ovinos Pampinta obtenemos 80 ovejas que producen más de 120 corderos al año. Es una muy buena alternativa para pequeños productores o como alternativa a otras actividades”, concluye.
Algunas características de la raza Pampinta
Cabeza: Está totalmente desprovista de cornamenta, cubierta con pelos finos color blanco hasta la nuca. Los ojos con orbitales salientes y bien marcados. Tiene orejas largas y finas, con inserciones laterales dirigidas hacia delante y caídas levemente.
Cuello: Robusto, proporcionado, no muy largo y cubierto de lana.
Cuerpo: Costillar arqueado conforme al tipo cárnico, de largo mediano, profundo, medianamente ancho y de aspecto general fuerte. Dorso de largo mediano, con pelvis ancha y amplia en la región lumbar, grupa de iguales dimensiones en sus diámetros y levemente caída. Los machos presentan sus testículos bien desarrollados y desprovistos de lana. Las hembras tienen la ubre desarrollada, de tipo globoso, amplia inserción lateral y pezones inclinados levemente hacia delante.
Extremidades: De hueso fuerte y buena musculatura, cubiertas de lana hasta el codo en las anteriores y hasta el garrón en las posteriores. Los aplomos deben ser correctos, no admitiéndose ningún tipo de desviaciones.
Cola: Desprovista de lana en toda su extensión, buena inserción, fina y larga.
Lana: Vellón semiabierto, poco denso, y mecha de mediana longitud. En ovejas, el peso promedio del vellón es de 4,000 a 5,000 Kg. y en carneros de 6,000 a 7,000 Kg. Al lavado su rendimiento es, aproximadamente, del 70 % y la finura de 31 a 35 micras.
Por Verónica Salamanco – Artículo publicado en la Revista Chacra