Un repaso muy ligero de su historia relata que 16 cooperativas del oeste santafesino y el este cordobés fueron sus fundadoras, y que de manera arrolladora, más de 300 cooperativas se sumaron muy rápidamente, extendiendo así su presencia en la producción primaria de leche -además de Santa Fe y Córdoba- a las provincias de Buenos Aires, Santiago del Estero y Entre Ríos.
El accionar transformador
Pero se trató de algo más que de recolectar leche en lugares alejados y casi inhóspitos (recordemos que hace 85 años no había pavimentos, y muchas veces ni caminos transitables, ni tampoco electricidad ni comunicaciones que hoy nos parecen tan básicas como la telefonía). En cada lugar se comenzó a construir la verdadera solución a las necesidades de las personas y las poblaciones, en una comunidad de intereses que encontraba en la cooperación la manera de enfrentar los desafíos y las carencias que les tocaba atravesar.
A partir de eso, se fueron erigiendo -a la par-, plantas industriales, que demandaban servicios para sí, y que una vez establecidos por SanCor, se extendían en beneficio de los pobladores, que encontraron allí la posibilidad de trabajo especializado, de educación y de crecimiento, para ellos y sus familias. No se trató solamente de erigir edificios, sino de un proceso virtuoso de creación de valor, de saber que no era necesario esperar la ayuda de los gobiernos para progresar; sino de la propia capacidad de unirse en la construcción de una mejor realidad.
SanCor creció y se desarrolló sobre la base de los principios cooperativos arraigados en su gente. Así, fue capaz de llegar rápidamente, en su origen, a mercados internacionales con su producto original, la manteca, y luego, con una variedad creciente de alimentos lácteos de altísima calidad, a todas las mesas argentinas.
Una cadena cooperativa integrada
Uno de los mayores logros de SanCor fue la capacidad de trasladar la calidad y la pureza de la leche producida por sus asociados a los consumidores a través de productos que mantenían inalterables esas características. Presentaciones que desde siempre satisfacen las necesidades más exigentes, ya sea por sus propiedades nutricionales, la variedad o el sabor intacto que recuerda la vivencia en las mesas familiares desde la niñez.
Desde el tambo a la góndola
Un camino que empieza en el campo argentino y conserva toda la naturaleza en la esencia de la leche producida. Algo que desde SanCor siempre se incentivó a la par que se incorporaba tecnología para producir más y para garantizar la conservación de los atributos desde el tambo, el inicio del proceso.
Así, a la recomendación de las prácticas más sencillas de manejo de los rodeos lecheros, se sumaron como innovaciones permanentes las alfalfas sin latencia, la inseminación artificial, los equipos de frío, las instalaciones de ordeño más modernas, los grandes equipos de picado fino, y muchas más. Y junto a eso, para facilitar la vida en el campo y para poder retirar la producción, el aporte para la construcción y mejora de miles de kilómetros de caminos rurales, el tendido de la electrificación rural, la telefonía fija, entre otros aportes de infraestructura.
También, siempre presente, dinamizando los procesos y haciendo posible el progreso, la capacitación y el entrenamiento de los productores, de sus familias y los equipos de trabajo.
Otras soluciones también fueron presentándose en el andar: la posibilidad de acceder a seguros, a servicios de salud, a la compra individual y asociativa de grandes equipos de trabajo en el campo. En definitiva, la capacidad de lograr la organización cooperativa para resolver los problemas que individualmente eran imposibles de abordar.
Todos estos beneficios se fueron trasladando a otros productores, por fuera del sistema, y también a las poblaciones de cercanía, qué así fueron progresando.
Promoción del desarrollo y la innovación
En materia industrial, la radicación de las plantas industriales allí donde estaba la leche, la permanente inversión en tecnología de elaboración, la insistencia en asegurar la calidad de los productos ofrecidos. La innovación en productos tuvo siempre el correlato en una variedad de posibilidades en todos los rubros; tal vez, la evidencia más notoria de eso sea la elaboración y distribución de las fórmulas infantiles que trascendieron las fronteras, toda una demostración de la inventiva y de la capacidad de aplicar el conocimiento y las habilidades para satisfacer las necesidades del mercado, en consonancia con las tendencias de avanzada en todo el mundo.
La relación con los consumidores argentinos y los clientes nacionales e internacionales se basó siempre en la confianza construida sobre la silenciosa y diaria relación reflejada en la preferencia de la marca SanCor por parte de los consumidores. Fue y es sinónimo de calidad y naturaleza en perfecto equilibrio con la innovación y la tecnología.
Presente y futuro de SanCor
Hace pocos años, la Cooperativa se enfrentó a uno de sus momentos más difíciles. Los cambios en el sector y en la economía en general, las dificultades propias y las del entorno generaron un escenario que pusieron en evidencia las necesidades urgentes de enfrentar una imprescindible transformación.
Así, con decisiones muy relevantes, se llevó adelante un proceso de reestructuración muy profundo, tanto en la estructura productiva, comercial y logística como en la instancia societaria y de gestión.
Se asumieron modificaciones profundas, con un significativo impacto en cada uno de los grupos de interés de la Cooperativa (asociados, empleados, proveedores, clientes y consumidores). Así, se redujo el nivel de actividad y también la estructura industrial y comercial. Se realizaron acuerdos con proveedores y acreedores, a la vez que se concentró la oferta de productos en una canasta más acotada pero siempre valorada por los consumidores.
Hoy, ese enorme esfuerzo realizado por productores, empleados y allegados de todo tipo exhibe una realidad menos acuciante, pero siempre desafiante.