Un trabajo sobre Nutrición del cultivo de Trigo en el centro este de Entre Ríos, realizado por los ingenieros Orcellet y De Battista, técnicos del INTA. Concepción del Uruguay arroja luz sobre estos tópicos.
El trigo (Triticum aestivum L.) es el cultivo de invierno más importante de los sistemas agrícolas de la región pampeana, con una producción anual de 17,6 millones Mg (MAGYP, 2021). La provincia de Entre Ríos, en la última campaña contribuyó con un 8 % a la producción nacional, destinando 523.300 ha al cultivo de trigo de las cuales 193.000 (36,8 %) en el centro este de la provincia (BCER 2021).
El nitrógeno (N) es el nutriente que con mayor frecuencia limita el rendimiento del cultivo de trigo, y además es un factor fundamental para determinar la calidad del grano, especialmente el contenido de proteína bruta (PB). Es por esto que un correcto manejo de la fertilización nitrogenada (dosis, fuente, momento) contribuye a un mayor rendimiento y calidad del grano producido.
En la región pampeana, la metodología más utilizada para definir la dosis de N para el cultivo de trigo, se basa en el contenido de N-NO3- en pre-siembra del cultivo y umbrales de suficiencia varían según zona, sistema de labranza y rendimiento objetivo (Calviño et al., 2002; Fontanetto et al., 2005).
Otro aspecto que afecta la dosis de N es el cultivo antecesor, en la actualidad el antecesor más común de trigo es soja, sin embargo en las últimas campañas debido a los precios relativos de los granos, y la necesidad de incorporar más gramíneas en la rotación ha aumentado la superficie de trigo con antecesor maíz. Tal es así que en la campaña 2020-21, el 30% de la superficie de trigo en el CREA Litoral Sur tuvo maíz como antecesor. Esta secuencia de gramíneas tiene impacto en el manejo de N, dada la inmovilización de N por parte de los microorganismos para la descomposición del rastrojo de maíz.
Otro aspecto clave para maximizar la eficiencia de uso de N, es el momento de aplicación. Lo óptimo sería sincronizar la oferta de N con la demanda por parte del cultivo, la cual es máxima a partir del estadio de 1 nudo (Z 3.1 según Zadocks et al., 1974).
Para maximizar los rendimientos del cultivo de trigo es necesaria una nutrición balanceada. La reducción de materia orgánica de los suelos, no solo trae deficiencia de N, sino también de otros nutrientes, como por ejemplo Azufre (S). Además, en el centro este de Entre Ríos el 30 % de los lotes bajo agricultura presentan los niveles de potasio (K) están por debajo del umbral de suficiencia.
Frente a este escenario productivo los objetivos del presente trabajo son: 1) evaluar el manejo de N (umbral, fuente y momento) en trigo para diferentes antecesores (Soja y Maíz). 2) Evaluar el impacto del fraccionamiento de N sobre el rendimiento del cultivo y el contenido de PB del grano, y 3) evaluar la respuesta al agregado de azufre y potasio.
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