Menos soja en EE.UU. y las dudas en Brasil empujan las pizarras

Pablo Adreani analizó el presente y lo que viene en los mercados de la soja en el Coloquio TodoSoja. La soja tiene registros muy firmes, muy superiores a los de la campaña pasada. Si bien la tardanza de la siembra en Brasil preocupa, lo que viene es alentador para el poroto y derivados.

“Vamos a ver qué escenario construye Biden a partir de que asuma su mandato pero creo que va a incidir positivamente en el ambiente de los negocios. De todos modos, la soja alcanzó registros muy importantes en estos días de casi 60 dólares, y por ello siempre repito que nuestra tarea no es acertar lo que viene sino interpretar y anticiparnos a las tendencias de los mercados”, arrancó Pablo Adreani en el Coloquio TodoSoja organizado por el Grupo TodoAgro.

En la soja estamos en un punto de inflexión y no tiene que ver Biden ni la demanda China, sino que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, y particularmente con Brasil, que lleva un atraso considerable en la siembra de soja para la presente campaña. Debido a la temperatura y la ausencia de lluvias vemos que los estados sojeros brasileños (Mato Grosso, San Pablo y Goias, entre otros) llevan un 35% de atraso si lo comparamos con ciclos anteriores. Las temperaturas altas han impedido la siembra y cuando tengamos magnitud del área sembrada tendrá un impacto en el mercado. Ésa es la causa del ascenso del precio de la soja en Chicago por estos días.
Para un observador no avisado esa sería la causa del incremento del precio de la soja pero el USDA mantiene la expectativa de siembra en Brasil en torno a los 133 millones de toneladas pues la ventana de siembra llega a diciembre. Lo que hizo el USDA es ajustar la cosecha de soja en Estados Unidos en 3 millones de toneladas y arrastró hacia abajo las existencias de casi 18 a 5,2 M tns. Y esta es la primera apreciación: en mercado está sensible y muy atento a oferta, y esto explica los registros en ascenso en estos días.

Lo de EE.UU. es firme, la cosecha está culminando, las existencias caen y la soja está vendida.

No solo el poroto sino también la harina y el aceite muestran posiciones firmes.

En Argentina, la soja mayo 21 muestra una tendencia firme y los precios a futuro son comparables a la disponible, y esto es un dato a tener en cuenta. Y entonces la pregunta que surge y es muy pertinente es: ¿se mantendrá esta tendencia? ¿Podremos tener valores comparables entre ambas?

Hoy la tendencia indica que la soja a futuro va a subir y la disponible muy posiblemente en baja entre enero y febrero. Recordemos que a fines de diciembre vence el descuento a las retenciones que planteó el Gobierno y que permitió a las aceiteras pagar entre 10 y 12 dólares más.

Recordemos que en enero regresan las retenciones de 33% al poroto y 31 al aceite. Ese diferencial fue del 3% en el gobierno de Macri pensaban que había que eliminarla para mejorar la posición del productor y lo que hizo fue igualar con harina y aceite, y por lo tanto la industria pagó precios más bajos. Ahora, con el regreso de ese diferencial la industria puede competir y eso es bueno.

El mercado de la soja 20/21 va a estar liderado por la industria aceitera y solo tenemos que analizar los márgenes. En la soja disponible la industria muestra pérdidas en torno al 3 o 6% pero eso en cada procesadora tiene registros diferentes y las pérdidas tienen que ver con capacidades de volúmenes y eficiencia de cada empresa. Pero, en la soja nueva para mayo pasa a ser positivo y concluimos que hoy la soja tiene un piso de 300 dólares y la soja disponible, de a poco, va a ir buscando el precio futuro, y entonces aquí la recomendación es: soja vieja hay que sacarla rápido, y allí los productores se preguntan qué hacer con los pesos. Bueno, ojalá todos tengan ese problema pues hoy contamos con herramientas financieras para cubrirse de movimientos que pueda tener el dólar en su cotización oficial.
Vemos que el Gobierno está trabajando para recortar diferencias entre el dólar oficial que en diciembre puede estar en torno a los $90 y con eso se reduce la incertidumbre. A partir de enero habrá ajuste de tarifas, combustibles y otros y quizás pueda tener un impulso a una mayor devaluación.

Recuerden que en abril de este año la soja nueva estaba a 205 dólares y hoy, aun con retenciones la soja nueva ya vale U$S 300 por tonelada. No digo que hay que salir corriendo a vender pero habría que asegurar algunas ventas para cubrir costos de producción. Y por eso que la conclusión es que la soja sigue siendo un buen negocio para Argentina.

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