“Es importante medir la huella de carbono y por ello estamos ofreciendo el servicio de medición de ese impacto. En Argentina hemos medido el impacto del cultivo de trigo y estamos por debajo que otras regiones del mundo”, introdujo María Inés Di Nápoli en el Seminario de Carbono, organizado por Sema-Servicios y Marketing.
La Ceo de Puma apuntó que la producción agropecuaria tiene el desafío de intervenir para manejar y atenuar el impacto que producen los gases de efecto invernadero (GEI).
“Cuando planeamos una campaña de siembra a la elección de la variedad ahora debemos pensar qué fertilizante usaremos y en esta elección ahora intervendrá el impacto que tiene en la huella de carbono. Y para tomar esas decisiones necesitamos herramientas simples, de gestión sencilla, y para arrimar una respuesta a esa demanda que debe agregar en la agenda la empresa agropecuaria”, ofreció la ejecutiva.
La primer calculadora geodigital
Puma tiene el desarrollo de un dispositivo tecnológico para medir el balance de carbono en nuestro país y promete tenerlo desde diciembre para Brasil y otros países del cono Sur.
“Cuando decidimos desarrollar esta herramienta nos propusimos dos cuestiones fundamentales: en primer lugar que fuera de fácil manejo a pesar de la multiplicidad de variables para magnitudes de escala diversa; pero lo fundamental para Puma era dar certeza de nuestras mediciones, y que pudieran ser validadas por cualquier contralor”, contó Di Nápoli.
El paso a paso del trabajo del dispositivo se vale del ingreso de datos y va siguiendo el proceso de siembra en un lote determinado.
En la puesta en acción de la calculadora ofrece prestaciones en:
– Cálculo inmediato y automático de la huella de carbono
– Monitorear el balance del carbono
– Modelar estrategias y simular el impacto
Una de las acciones interesantes de esta solución tecnológica reside en comparar nuestros registros con el de otros productores en lotes con ambientes parecidos y en otras regiones. Esto se logra a partir de los datos que desde hace varios años elabora la Bolsa de Cereales en sus regiones ReTAA y que están ingresados a la calculadora Puma.
Una vez seleccionado el lote, con sus características propias y la perspectiva climática es posible simular una producción determinada, y eso, como un juego permite evaluar posibilidades y capacitarse. También puede compararse con registros obtenidos o planear a cinco años un balance de huella de carbono.
Di Napoli apunta además que los buenos parámetros en los registros de carbono comienzan a ser admitidos y calificados por el sistema financiero para mejorar condiciones de créditos y tasas, o ser parte de una cadena de agregado de valor con certificación low carbon.
La calculadora Puma cuenta con un interfaz que puede ser asociado a un sistema de planillas y compartirlo para analizar situaciones diversas.
Por Osvaldo iachetta – Redacción TodoAgro