“¿Qué es mejor, un Falcon o una Ferrari?”, preguntó el ingeniero agrónomo Carlos Banchero a una mínima audiencia en la sala de reuniones, el viernes pasado en AgroActiva. “La respuesta la tenés después de preguntarte para qué vas a utilizar uno u otro. Lo mismo pasa con las semillas y el paquete tecnológico a usar”.
La metáfora le servía para demostrar la eficiencia en nuestro territorio de las semillas híbridas de maíz (en rigor el germoplasma) producidas en el criadero de la facultad de Agronomía de la UBA, que él dirige. Las mismas son ofrecidas a los medianos y pequeños productores (en especial a cooperadoras), a través de un convenio con la Federación Agraria.
Según Banchero, los híbridos son “muy rústicos y colorados de verdad y no como los que se venden ahora” (“colorados” es una categoría de calidad del producto) y están “entre los siete mejores del mercado”. Además, “responden muy bien a bajos niveles de fertilidad y tienen alta resistencia al Mal del Río Cuarto (virus que absorbe los jugos del maíz y puede dejar el rendimiento en cero)”.
Tecnología barata y estable
Entonces, siguiendo con la metáfora consultó “¿qué nafta vas a usar?”, que traducido significaba cuánto estaría dispuesto el productor a abonar por el paquete tecnológico para la fertilización. “El máximo paquete -subrayó- puede ser el que le dé el mayor rendimiento pero puede ser contraproducente, tanto para el bolsillo de uno como para el medio ambiente. Yo no digo que no haya que usar fertilizantes, sino que cuando sea necesario y en las dosis que correspondan.
Luego, volvió a plantear la comparación: “¿Por qué camino vas a andar?”, en alusión al tipo de lote, los costos y el tipo de suelo. Por eso, aconsejó tener cautela con los fertilizantes, analizando la densidad de siembra y figurarse en cuanto a los transgénicos como el maíz BT (de la bacteria Bacillus thuringiensis, usado como insecticida orgánico) y el RR se deben adquirir.
Las tecnologías propuestas por la facultad incluyen a los híbridos comerciales FAUBA 207, 209 y 3760, con “sobresaliente estabilidad y menor precio que el resto, con variedad de híbridos en colorados 306 (flint)”, indicó técnicamente el ingeniero. Finalmente, plasmó el proyecto con una máxima filosófica: “Lo más rescatable es que perseguimos la independencia tecnológica y la toma de decisiones caseras”. En su momento, Banchero había señalado que “los productores que están usando y los que vayan a usar estos híbridos tendrán una ganancia, pero al mismo tiempo se ha planteado para que no sea con fines de lucro sino que tengan un retorno a la investigación para intensificar el desarrollo tecnológico”.
Fuente: El Diario del Centro del país