Labores de descompactación del suelo

Mejorar el suelo y prepararlo para una buena producción. Cuestiones a tener en cuenta en las labranzas mecánicas. Reporte del Consejo Regional de Conservación de Suelos (CRCS) Río Cuarto

Ante la presencia de suelos compactados en los campos se pueden realizar labores con determinadas herramientas y en ciertas épocas del año, para reparar el deterioro físico que pueda tener el suelo y prepararlo para la siembra. Sin embargo, se requiere de un diagnóstico previo para corroborar la existencia de capas densificadas. Así, según lo explica Carmen Cholaky, docente de la UNRC, se podrá definir la profundidad de trabajo de las labores, la herramienta a elegir y la potencia necesaria para poder realizarlas correctamente.
Según explica esta especialista, las labores para descompactar se agrupan en lo que se denomina “labranzas de corte vertical”. Las herramientas utilizadas en ellas, como el cincel o el paratill, no cortan el suelo sino que presionan haciendo que éste se levante de su lugar de origen y la capa afectada se fisure, generando la ruptura o estallido de las capas compactadas. “Para lograr ese efecto y hacer una buena labor, una variable a considerar es la humedad del suelo a trabajar. Debe ser una humedad adecuada, es decir, cuando el suelo se encuentra oreado, luego de una lluvia”, explica Cholaky. “Esto es fundamental porque si el suelo está pasado de humedad, cualquier tipo de labor o presión por tránsito con la labranza, por ejemplo, genera compactación, porque el suelo no resiste esas presiones y se deforma. Lo que comúnmente se observa a nivel superficial a partir de las huellas de maquinarias”, agrega.
"Una variable a considerar es la humedad del suelo a trabajar. Debe ser una humedad adecuada, es decir, cuando el suelo se encuentra oreado, luego de una lluvia".

Cómo comprobar la humedad del suelo
Romper un terrón de suelo con los dedos fácilmente permite comprobar si está en condiciones para realizar la labranza, es decir, si está en una condición de “friabilidad”. Otra forma práctica de verlo es tomar una porción de suelo, enrollarla con los dedos y formar un cordón alargado de no más de 3 mm de diámetro. “Si logramos esto significa que la condición de humedad está pasada, es excesiva. Al aplicar presión, el suelo se deforma. Si no logramos hacer ese cordón puede suceder que el suelo esté en la humedad correcta”, explica Carmen.

También puede ocurrir que el suelo esté demasiado seco y, en ese caso, la resistencia al paso de la herramienta será muy alta, se gaste más potencia para poder romper la capa densificada y en algunas situaciones la profundidad de trabajo puede resultar irregular.
 El factor humedad es importante en todos los casos pero sobre todo en aquellos suelos con un cierto contenido de arcilla (arriba del 12 o 15%), ya que éstos son más propensos a deformarse cuando están pasados de humedad. “Por eso es importante verificar esta condición no sólo en la superficie sino también abrir una pequeña calicata hasta la profundidad donde se va a realizar el trabajo, para poder chequear que todas las capas o todos los horizontes del perfil se presenten con esa humedad óptima, con una consistencia friable”, remarcó la docente. 
El factor humedad es importante en todos los casos pero sobre todo en aquellos suelos con un cierto contenido de arcilla (arriba del 12 o 15%), ya que éstos son más propensos a deformarse cuando están pasados de humedad. “Por eso es importante verificar esta condición no sólo en la superficie sino también abrir una pequeña calicata hasta la profundidad donde se va a realizar el trabajo".

 Perpendicular a la pendiente
Otro aspecto importante para lograr una labor eficiente es realizarla de manera perpendicular a la pendiente del terreno, especialmente en terrenos ondulados. “Porque si la labor se realiza a favor de la pendiente y el suelo queda esponjoso, suelto, cualquier lluvia intensa luego puede dar inicio a surcos de erosión e incluso cárcavas”.

 "Si la labor se realiza a favor de la pendiente y el suelo queda esponjoso, suelto, cualquier lluvia intensa luego puede dar inicio a surcos de erosión e incluso cárcavas".

Preparación de la maquinaria

Otra cuestión a tener en cuenta para una buena labor es regular el distanciamiento entre cuerpos (órganos activos) de la maquinaria. Por eso es necesario regular la máquina antes de comenzar la labor en todo el lote a trabajar. “Ajustar distanciamientos, los ángulos de los timones, en un sector de lote a trabajar y luego abrir una calicata para observar cómo la herramienta va rompiendo. Y una vez que se tenga la certeza de que todos los cuerpos están trabajando a la misma profundidad, recién ahí se lanza a trabajar la totalidad de la superficie del campo”, aconseja Cholaky.
 La diferencia de características entre arados de cinceles y paratill tiene implicancias en cuanto a la potencia o al esfuerzo de tracción que requiere uno y otro. También influye en el grado de enterramiento del rastrojo superficial. “Es decir, una labor con cincel genera mayor enterramiento del rastrojo, del cultivo antecedente, que una herramienta paratill”, explica Cholaky.
 Por otro lado, la potencia de la maquinaria dependerá del grado de dureza o resistencia que presente el suelo a descompactar.
"Una vez que se tenga la certeza de que todos los cuerpos están trabajando a la misma profundidad, recién ahí se lanza a trabajar la totalidad de la superficie del campo".

Cuándo realizar labores de descompactación

Cuando se aplican este tipo de laboreos, la capa donde se trabaja queda totalmente floja. El suelo no opone resistencia si inmediatamente después de la labor se le aplica presión, por lo que es aconsejable realizar este tipo de labores lo suficientemente antes de la siembra para evitar hundimientos, por ejemplo. Carmen Cholaky considera que lo ideal es realizarlo en el otoño, luego de la cosecha para que, si hubo algunas lluvias, el suelo alcance una condición de friabilidad. “Si se logra esto se le da tiempo al suelo, hasta la próxima siembra, de que se asiente, de que se vaya acomodando sin compactarse. De esta manera, podrá soportar la presión que significa el tránsito de la sembradora”.
"Es aconsejable realizar este tipo de labores lo suficientemente antes de la siembra para evitar hundimientos…Lo ideal es realizarlo en el otoño, luego de la cosecha para que, si hubo algunas lluvias, el suelo alcance una condición de friabilidad".

Manejo del suelo posterior a las labores

Una vez aplicadas las labores de descompactación es fundamental el manejo posterior del lote trabajado, sobre todo en cuanto al tránsito, ya que muchas pasadas de ruedas harán que se pierdan los efectos de aplicación de estas labores y su durabilidad. “Entonces es muy importante organizar el tránsito posterior, especialmente el de cosecha, que más impacta en la condición física del suelo”.

Cabe destacar también la importancia de hacer una integración de distintos manejos ante estas problemáticas, es decir combinar la utilización de las herramientas mencionadas con rotaciones de cultivos que colaboren en la descompactación del suelo.
 
Fuente: Consejo Regional de Conservación de Suelos (CRCS) Río Cuarto – Febrero 2020 
Subsolador plano tipo paratill, con alas y cuchilla circular de corte del rastrojo. Gentileza SECYOT-FAV-UNRC
¿Quiénes somos?
El Consejo es el segundo en su tipo dentro de la provincia, impulsado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentos de Córdoba. Su función es realizar análisis sobre la problemática de la conservación de suelos y elevar propuestas razonables que puedan ser aplicables de manera gradual y progresiva por el productor medio. Busca prevenir los procesos erosivos y mejorar las zonas donde la degradación ha sido más grave, siempre con la intención de mantener y aumentar la capacidad productiva del suelo.
 
 

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