La Tuberculosis es una de las enfermedades infecciosas más letales

La tuberculosis sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más letales transmitida por el aire y mata al menos 1,4 millones de personas en todo el mundo cada año. En Argentina se desconoce el resultado del tratamiento en casi el 30% de infectados.

Un informe, preparado por las comunidades afectadas por la Tuberculosis (TBC) y la sociedad civil de todo el mundo, demuestra una brecha importante entre los objetivos mundiales en materia de TBC que fueron acordados por los líderes mundiales en 2018 y el grado en que dichos compromisos políticos se han traducido en acciones.

En la Argentina, de los 10293 casos y recaídas informados en el último boletín epidemiológico solo el 71% fue exitoso mientras se desconoce el resultado del tratamiento del 29% de los casos restantes. Es para destacar que el 30% de los fallecidos por tuberculosis entre 25 y 39 años, estaban co-infectados con VIH.

AHF Argentina adhiere e insta al Gobierno a implementar los seis ámbitos de actuación y a financiar y poner en práctica las recomendaciones en todos los niveles con la participación significativa de las comunidades afectadas por la TB y la sociedad civil en cada paso.

 Las comunidades afectadas piden una inversión urgente en la prevención, el diagnóstico y los cuidados de la Tuberculosis

Un nuevo informe muestra una “brecha mortal” entre las promesas políticas y la actuación significativa. En Argentina se desconoce el resultado del tratamiento del  29 % de los casos.

En la Argentina, de los 10293 casos y recaídas informados en el último boletín epidemiológico solo el 71% fue exitoso mientras se desconoce el resultado del tratamiento del 29% de los casos restantes. Es para destacar que el 30% de los fallecidos por tuberculosis entre 25 y 39 años, estaban co-infectados con VIH.

El informe Una brecha mortal: compromisos vs la realidad de la tuberculosis documenta cómo, dos años después de la primera Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis, el progreso en el logro en las metas comprometidas ha sido demasiado escaso y lento para cumplir con la fecha límite de 2022.

Las restricciones por la COVID-19 están exacerbando las desigualdades, lo que hace que sea aún más difícil llegar a las personas con la prevención y el tratamiento de la TBC. Esto está provocando muertes innecesarias y sufrimiento a causa de una enfermedad que se puede prevenir y curar.

La tuberculosis sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más letales transmitida por el aire y mata al menos 1,4 millones de personas en todo el mundo cada año. Las últimas pruebas que permiten diagnosticar precozmente la TBC y los nuevos tratamientos pueden curarla rápidamente. Pero actualmente las personas (en su mayoría de bajos recursos) siguen muriendo por una enfermedad que debería haberse erradicado hace décadas.

Hace dos años, en la Reunión de Alto Nivel de la ONU sobre la tuberculosis, los líderes mundiales acordaron una Declaración Política, Unidos para poner fin a la tuberculosis: una respuesta urgente a una epidemia mundial, comprometiéndose a aumentar sus esfuerzos para combatir la TBC. Los jefes de Gobierno y de Estado acordaron objetivos globales, que sentaron la base para los objetivos a nivel de país desarrollados por la Alianza Alto a la Tuberculosis (StopTBPartnership).

La fecha límite del 2022 para el logro de estos objetivos se acerca rápidamente, pero el informe de 2020 del Secretario General de las Naciones Unidas (SGNU) concluyó que los esfuerzos deben ampliarse e implementarse con urgencia si se quieren conseguir los objetivos. En Una brecha mortal, que se preparó para complementar el informe del SGNU, las personas más afectadas por la TBC hacen una serie de recomendaciones concretas sobre cómo los Gobiernos, como signatarios de la Declaración Política, pueden mejorar su respuesta a la TBC y reducir la carga innecesaria de la enfermedad sobre las personas y la salud pública.

El informe, al cual AHF Argentina adhiere, insta al Gobierno a implementar los seis ámbitos de actuación y a financiar y poner en práctica las recomendaciones en todos los niveles con la participación significativa de las comunidades afectadas por la TB y la sociedad civil en cada paso.

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