La raza equina Ardenés es novedad en la Expo Rural 2022

La raza equina Ardenés es novedad en la 134ª Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional -Expo Rural 2022-. Su nombre proviene del gentilicio de la región de los Ardennes, Bélgica.

Esta raza se ha instalado en la historia de la humanidad porque, entre otras cosas, fueron usados y elogiados por Julio César, y son los caballos que transportaban los cañones y la artillería pesada del ejército de Napoleón en la campaña de Rusia.

Ardenés está en Argentina (Establecimiento Chanty S.A., Villaguay, Entre Ríos) desde finales de la primera década de este siglo. Los primeros ejemplares fueron ingresados vía aérea en 2009 por gestión de la señora Chantal Badin, quien este sábado en la Pista Central de la Exposición Rural recibió los máximos premios. La raza fue recientemente reconocida oficialmente, luego de un largo proceso de registración genealógica en la SRA.

“Somos los únicos criadores en Argentina, por ahora”, citó, comentando que pretende promover la cría y el uso de la raza. Les insumió doce años la inscripción de ejemplares nacidos en Argentina, “con un apoyo de excelencia de parte del laboratorio de genética de la Sociedad Rural”, dijo, agradecida, la señora Chantal.

Entre las características de la raza resalta la docilidad, inteligencia y fortaleza. Su uso se asocia con tareas de agricultura, viñedos y explotaciones forestales donde no puede acceder el vehículo tradicional. La pisada del caballo de raza Ardenés impacta diez veces menos sobre el suelo.  “Nosotros los usamos como hobby, y también para tirar carruajes”, contó.

“Es un caballo que resiste temperaturas extremadamente bajas. No es un animal que se doma, sino que ‘entra’ en la vida del hombre”, resumió Chantal, añadiendo que “por la simbiosis que se genera es muy requerido en la práctica de la equinoterapia”.

En una nota publicada por el diario Clarín se destaca que en 1985 el francés Jacques Badin llegó por primera vez a la Argentina junto a su mujer Chantal y sus hijos, para trabajar en la filial local de una compañía internacional. Pasaron aquí algo más de cinco años que fueron suficientes para que se enamoraran de estas tierras. A comienzos de los noventa volvieron a Europa, pero en ellos ya había nacido el sueño de tener un campito en la pampa húmeda para despuntar la vida gaucha que habían conocido. En 2003 regresaron al país con la intención de concretar la idea y terminaron creando la compañía Chanty SA, la cual es dueña de la estancia El Malagueño, en la localidad de Villaguay, en el corazón de Entre Ríos.

Casi veinte años después, a Chantal se la puede ver a sus anchas (foto de portada) en el pabellón equino de la Exposición Rural, embarcada en un nuevo capítulo de la aventura de Chanty, que se acaba de transformar oficialmente en la primera cabaña criadora de caballos de tiro Ardenés en la Argentina, y está aprovechando la expo de Palermo para mostrar la belleza y fortaleza de esos animales.

Una raza que conjuga belleza y trabajo

 “Son caballos originarios de la provincia de Ardenés, en Bélgica, una zona por la que solían pasar rutas muy importantes de Europa, era un punto estratégico entre el Mar Mediterráneo y el Mar del Norte. Por eso en su adn hay influencia de muchas razas que lo fueron haciendo muy especial. La raza fue reconocida en 1654 y sus principales cualidades son la fuerza, la resistencia, la inteligencia y la docilidad. Eran los caballos que usaban muchos reyes y emperadores en sus carruajes, como Julio César y como Napoléon en su campaña de Rusia”, describe Badin en diálogo con Clarín Rural.

A la exposición, la criadora trajo cinco ejemplares de los más de treinta que ya galopan en el pasto entrerriano. Una de las participantes es Anneke, una yegua que en 2009, en el vientre de su madre, formó parte del primer contingente importado por Chanty. Eran un padrillo, cuatro yeguas preñadas y una potranca. Badin explica que la inscripción de esos animales en los registros genealógicos de la Sociedad Rural Argentina (SRA) llevó mucho tiempo porque se trata de procesos estrictos en los que tuvieron que articular esfuerzos con la asociación de criadores belga. Había que verificar fehacientemente que se tratara de genética Ardenés pura. Finalmente, con la aprobación de ese proceso, la raza es ahora oficialmente reconocida en la Argentina. Aunque ya hubiera familias que habían traído algunos ejemplares, estos son los primeros que se inscriben.

 “Es parte de un momentum que se está dando -afirma la criadora-. No fue fácil, pero ahora, más de diez años después de traer a los primeros, ya logramos encontrar a una veterinaria que los pueda atender, encontramos al domador indicado, sabemos qué es lo que hay que darles de comer y hasta tuvimos que mandar a hacer herraduras especiales, porque son caballos mucho más grandes que un caballo de polo. Es muy importante contar con un gran equipo con el que tenemos”, afirma, y menciona entre otros a Micaela Schroeder y a la médica veterinaria Nadia Migliarini.

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