La vacunación era optativa por una disposición de Senasa (Resolución 521 del 2016), y ante el aumento estacional de casos de este año, las autoridades sanitarias cambiaron su decisión del año 2016 y dispusieron que sea nuevamente obligatoria. Ahora en el mes de setiembre, nos encontramos con una época donde las condiciones climáticas imperantes facilitan el contagio a través de mosquitos que pican a los equinos y transmiten la enfermedad.
¿Dónde obtienen los mosquitos el virus que transmiten? El virus se encuentra en la naturaleza en las aves y roedores que actúan como reservorios o depósitos virales, éstos se trasladan libremente por diferentes zonas geográficas contribuyendo a la difusión y supervivencia del virus en el ambiente. En el momento que el insecto pica a un reservorio, obtiene el material infectante, el virus tiene la particularidad de multiplicarse en su organismo, y lo transmite cuando se dirige a “picar” al caballo, aves, roedores o al ser humano.
Como el virus se encuentra alojado en los reservorios, la llegada de la primavera y verano caracterizada por poseer alta presencia de insectos, representa un serio peligro para desencadenar la enfermedad.
¿Hay una manera de proteger a los animales? Si, sin duda la principal es la vacunación (con premura y en la dosis indicada). La conveniente y necesaria vacunación de los animales, debería ser difundida en todos los medios periodísticos que el productor o dueño de caballos tenga acceso cotidianamente.
Como lamentablemente desconocemos la presencia o circulación del virus ya sea en insectos o reservorios, debemos tomar los recaudos para la profilaxis de los équidos y la manera más adecuada de protegerlos es mediante la inmunización con las vacunas existentes, porque la época del año, la existencia de grandes cantidades de vectores y el estado inmunitario de los huéspedes, son primordiales para el desarrollo y su extensión.
¿Cuándo es conveniente vacunar? El consejo es hacerlo lo antes posible porque la vacuna una vez inyectada en el animal, necesita de un tiempo variable para capacitar a los mecanismos de defensa del organismo, o sea, no lo protege desde el instante de su aplicación.
Dr. Jorge M. Genoud – Médico Veterinario