En enero de 2021 la faena de hacienda vacuna se ubicó levemente por encima del millón de cabezas. Fue uno de los peores eneros de los últimos 42 años. El factor principal fue la caída de oferta de la hacienda terminada, afectada también por los conflictos gremiales de los transportistas. La caída de la oferta en el mercado de Liniers fue de 18,3%. La participación de las hembras en la faena total se ubicó en 45%, es decir en el límite superior del rango compatible con el sostenimiento del rodeo vacuno.
Es el primer párrafo del informe de Enero de 2021 de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina
En el primer mes del año la faena total ascendió a 1,002 millones de cabezas de hacienda vacuna. En términos interanuales experimentó una caída de 12,4%, que se llegó a -14,4% cuando se corrige la serie por el número de días laborables. En términos absolutos se faenaron 142.027 cabezas menos que en enero de 2020.
En la perspectiva histórica, enero de 2021 fue uno de los que menor nivel de actividad mostró.
La importancia de las hembras en la faena total disminuyó a 45%, lo cual implicó una pérdida de 1,5 puntos porcentuales en relación a enero de 2020. La faena de hembras se mantuvo dentro del rango compatible con el sostenimiento del rodeo vacuno por sexto mes consecutivo (igualmente, el proceso de corrección del ciclo ganadero se inició de forma gradual a partir de julio de 2019, cuando se abandonó la restrictiva política monetaria encarada a partir de octubre de 2018, que había ubicado la tasa de interés real en un nivel muy elevado).
En lo que respecta a la producción de carne vacuna, el informe de la CICCRA de autoría de Miguel Schiaritti, en enero de 2021 ubica en un nivel de 226 mil toneladas res con hueso (tn r/c/h), lo que arrojó una baja de 12,4% anual (sin corregir por días laborables). El peso promedio en gancho del animal faenado se habría mantenido en 225 kilos.
Considerando un volumen exportado de carne vacuna de 63,0 mil tn r/c/h (+1,4% anual), el mercado interno habría absorbido un total de 163 mil tn r/c/h en el primer mes del año, volumen que resultaría 16,8% menor al recibido en enero de 2020. En términos absolutos el consumo interno se habría retraído en casi 33 mil tn r/c/h. Del total producido, el mercado interno habría representado 72,1% (-3,8 puntos porcentuales interanuales).
El consumo (aparente) de carne vacuna por habitante se habría ubicado en 49,2 kg/año, al considerar el promedio móvil de los últimos doce meses. Este guarismo resultó 3,1% menor al de doce meses atrás (-1,56 kg/hab/año). En tanto, comparado con enero de 2008, período en el cual el consumo se vio favorecido por la mayor liquidación de existencias en décadas generada a su vez por la política antiganadera, experimentó una contracción de 28,4%.
En 2020 las exportaciones de carne vacuna alcanzaron un nuevo récord histórico, al totalizar 616,2 mil toneladas peso producto (tn pp). Este volumen resultó 8,6% superior al máximo que se había registrado en 2019 (+48,8 mil tn pp). China se consolidó como el principal cliente, al haber comprado 3 de cada 4 toneladas de carne vacuna exportadas por la industria frigorífica argentina. Además, las ventas al gigante asiático explicaron casi 70% del crecimiento del volumen exportado en el último año. Medidas en toneladas res con hueso (tn r/c/h), equivalieron a 900,7 mil tn, ubicándose 6,5% por encima del máximo verificado en 2019.
En diciembre se certificaron exportaciones de carne vacuna por 49 mil tn pp. En la comparación con diciembre de 2019 se observó una caída de 19,7% (-12 mil tn pp). Los envíos a China experimentaron una contracción mayor al total general (-25% anual), ubicándose en 37,3 mil tn pp. También registraron importantes caídas interanuales los embarques a Alemania, Rusia, Países Bajos e Italia. Por su parte, los mayores envíos a Chile, Israel y, en menor medida, Brasil, morigeraron la caída del volumen total. Al medir las exportaciones en toneladas res con hueso (tn r/c/h), surge que en diciembre pasado el volumen total fue equivalente a 69.908 tn.
La facturación por las ventas al exterior de carne vacuna fue de casi 197 millones de dólares en el último mes del año que acaba de finalizar, resultando 45,3% inferior a la registrada en diciembre del año previo (-162,7 millones de dólares). Al menor volumen embarcado, se agregó la caída de 29,5% anual del precio promedio de exportación (2.815 dólares por tn r/c/h). El ajuste a la baja del precio pagado por China en los primeros meses de 2020 y su posterior mantenimiento en un nivel 30% inferior al promedio del último trimestre de 2019 (3.500 dólares por tonelada pp vs. 5.000 dólares por tn pp), fue el principal factor explicativo de la contracción del precio promedio de exportación en el último año.
Los envíos a China, que como se señaló más arriba totalizaron 37,3 mil tn pp en diciembre de 2020 y cayeron 25% interanual, generaron una facturación de 127,1 millones de dólares, la cual resultó 53,7% menor a la registrada en diciembre de 2019. El precio promedio pagado por los compradores chinos pasó de 5.526 dólares por tn pp en noviembre de 2019 a 3.409 dólares por tn pp en el último mes de 2020 (-38,3%).
Los ingresos por ventas al exterior de carne vacuna totalizaron 2.719,4 millones de dólares en 2020. Se registró una caída de 12,5% anual (-389,0 millones de dólares). El crecimiento del volumen se vio más que compensado por la contracción del precio promedio, que como ya se estableció más arriba, se vio afectado fundamentalmente por la baja del precio pagado por los compradores chinos entre finales de 2019 y comienzos de 2020. El precio promedio pasó de 4.845 dólares por toneladas pp en 2019 a 3.713 dólares por tn pp en 2020 (-23,4% anual).
En un escenario de exceso de oferta de pesos, cada vez más evidente a medida que las restricciones y miedos asociados a la ‘cuarentena’ van quedando atrás, y de mayores costos de operación, dados por los protocolos sanitarios que hay que respetar, los precios ‘libres’ aceleraron su ritmo de ajuste. Y los valores de la hacienda en pie y de las carnes no fueron la excepción.
En el “mientras tanto”, una vez más el gobierno nacional recurrió a medidas ineficaces como son los ‘acuerdos’ de precio/volumen con un sector de la economía, confundiendo un fenómeno de raíz macroeconómica con un problema de carácter sectorial. La experiencia en la materia demuestra claramente que un acuerdo sectorial no sólo no soluciona el problema que lo disparó (para lo cual se requiere un plan económico integral y consistente, pero además que resulte creíble para la población), sino que además termina provocando más efectos negativos a corto, mediano y largo plazo (más informalidad, más distorsiones de precios relativos que llevan a sobreconsumo inmediato y desinversión y liquidación de stocks, que se traducen en una caída de la producción al cabo del ciclo biológico (3 años) y en nuevos saltos de precios relativos, con desplome del consumo interno).
En enero de 2021 el precio promedio de la hacienda en pie registró un alza de 3% promedio mensual. Las mayores alzas mensuales correspondieron a los toros y vacas (8,3% y 5,4%, respectivamente), que fueron seguidas por las de las vaquillonas (4,0%), novillos (2,4%), novillitos (2,1%) y MEJ (1,0%).
El aumento de enero sumado al ajuste de 85% registrado en los siete meses previos, hizo que la suba del precio promedio de la hacienda en pie llegara a 90,4% desde que se levantó la ‘cuarentena’ más estricta y a 77,5% cuando se contrasta con el cierre de 2019. En tanto, desde que se desató la huida del peso a finales de abril de 2018, el valor de la hacienda acumuló una suba de 396,5%. En todos los períodos considerados fueron toros y vacas las categorías que mayores ajustes registraron: 178,3% y 160,3%, respectivamente, con respecto a diciembre de 2019, y 541,4% y 518,3%, con relación a abril de 2018. Las restantes categorías también tuvieron aumentos significativos, de 136,7% a 143,5% respecto a diciembre de 2019, que en la comparación más larga (abril 2018) todavía resultan inferiores a los registrados por toros y vacas (335,5% a 372,6%).
Es importante señalar que el aumento del precio de la hacienda en pie en el Mercado de Liniers siguió desde atrás el proceso de ajuste que registró el precio de la invernada desde mediados de 2019 en adelante. El abandono de la rígida política monetaria (que había generado una elevada tasa de interés real, incompatible con el desarrollo de un planteo ganadero) encarada por el Banco Central entre octubre de 2018 y julio de 2019, hizo que a partir de entonces reapareciera el interés de los productores por recomponer existencias, fenómeno que durante 2020 se sostuvo en la búsqueda por resguardar el capital de trabajo en el bien de cambio (comportamiento lógico, que también se observó en otros sectores de la economía), a medida que se evidenciaba el exceso de oferta de pesos. Entre julio de 2019 y diciembre de 2020 el precio de la invernada aumentó 6,4% equivalente mensual (185,7% entre puntas), mientras que el precio promedio de la hacienda negociada en el Mercado de Liniers aumentó a un ritmo de 5,5% equivalente mensual (acumulando un alza de 149,6% entre julio ’19 y diciembre ‘20).
Asimismo, el aumento del precio del animal en pie también resultó inferior al ajuste del tipo de cambio libre (240,3% vs. julio 2019), al tiempo que superó al aumento del dólar oficial (101,2%) y del nivel general de los precios mayoristas (86,4%).
En tanto, en los mostradores de las carnicerías del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en promedio los cortes vacunos registraron un aumento de 4,9% entre diciembre de 2020 y enero de 2021. Por su parte, el precio del pollo subió 3,8% mensual y en promedio los cortes porcinos subieron 1,4% en el último mes. Con estos guarismos, las subas acumuladas en relación a julio de 2019 llegaron a 123,7% para la carne vacuna (157,1% para la hacienda en pie), 110,4% para el pollo y 117,5% para el promedio de los cortes porcinos. Y cuando se contrasta con abril de 2018, las subas llegaron a 288,0% (carne vacuna; 396,5% para la hacienda en pie), 298,5% (pollo) y 264,4% (cortes porcinos).
En consecuencia, tanto en el último mes como al comparar con julio de 2019 se observó un encarecimiento leve de la carne vacuna respecto a las carnes aviar y porcina. En relación a diciembre de 2020 la carne vacuna se encareció 1.0% con respecto al pollo y 3,5% respecto a la carne porcina. En relación a julio de 2019, las subas relativas fueron de 6,3% y 2,9%, respectivamente.
Pero, cuando se extiende el período de análisis hasta el inicio del proceso de huida del peso al dólar y/o bienes, surge que fue el pollo el que más subió de precio. Entonces, la carne vacuna registró un abaratamiento relativo al pollo de 2,6% en este periodo. En tanto, la carne vacuna se encareció 6,5% en relación a la carne porcina. Y todas las carnes registraron subas superiores al nivel general del Índice de Precios al Consumidor (IPC) elaborado por el INDEC. La carne vacuna subió 35,2% respecto al nivel general del IPC, el pollo 38,8% y la carne porcina 26,9%. Asimismo, el poder adquisitivo de los trabajadores formales cayó con relación a todas las carnes en este período de tiempo: -36,2% en el caso de la carne vacuna, -37,9% en el caso del pollo y -32,1% en el caso de la carne porcina.
El aumento de la carne se dio por el arrastre del incremento de diciembre. En tanto, la merma del consumo ocurrió en el contexto de una fuerte caída de la faena y la producción, además del menor poder adquisitivo de la población.