La Carne Bovina tiene todas las oportunidades para crecer

La oferta de pasto, la creciente demanda mundial, las buenas prácticas y la tecnología son algunas de las claves.

Por Ing. Agr. Fernando Canosa –  Consultor de la Fundación Producir Conservando.

China determinó años atrás que el consumo de carne vacuna va a ser abastecido por terceros países y que ellos no van a aumentar su producción. Independientemente del problema de la peste porcina africana, China va a seguir siendo un fuerte demandante de carne bovina. Hasta 2012, se autoabastecía de carne vacuna, pero en ese momento comienza a importar y las proyecciones indicaban (antes de la aparición de la peste porcina africana) que llegaría a comprar cerca de 4 millones de tn hacia 2022, producto del crecimiento económico. Por otro lado hasta el 2023 inclusive continuará la escasez de carne porcina fruto de la pandemia.
 
La carne vacuna no puede aumentar rápidamente la oferta debido al ciclo biológico del vacuno, que es más lento que el crecimiento de la demanda.

Es mayor la cantidad de bocas que deciden comer carne vacuna que la capacidad de ofrecer más carne. Por eso decimos que hay una demanda estructural insatisfecha que va a permanecer en el tiempo. No existe en la historia cercana una situación como la que se está dando hoy en el mundo, y esto es independiente del coronavirus y de la peste porcina africana. Estas son las cosas que no hay que perder de vista cuando se toman decisiones sobre producción.

Tenemos una población mundial en crecimiento, con mayor poder adquisitivo y cambios en los hábitos de consumo, y un consumo interno abastecido. Hay que tener en cuenta que en China, cada año una población equivalente a la argentina pasa a ser clase media y a consumir carne vacuna. Otra cosa a tener en cuenta es que si en los últimos años esa demanda era para guisos, ahora va variando hacia cortes de calidad, con carne enfriada con y sin hueso, de mayor precio.

La oportunidad de crecer
Si tenemos una demanda importante asegurada, tenemos que ver de qué manera responder, siendo uno de los pocos países en condiciones de crecer. Debemos pensar cómo abastecer esa demanda creciente y constante. Ante esto, la producción ganadera argentina tiene dos cuestiones fundamentales:

● aumentar el índice de destete
● el peso medio de faena.

Hace más de 40 años que el porcentaje de destete no supera el 63%. La región pampeana tiene la mayor cantidad de vacas y muestra un 73% de destete, pero el NEA tiene 48%, el NOA 51%, 50% en región semiárida y 52% en Patagonia. Cuando se analizan las causas surgen algunas cuestiones tecnológicas que no se manejan bien: el 50% del rodeo nacional no tiene servicio controlado, sólo el 48% tiene diagnóstico de preñez, se revisan el 20% de los toros. Desde una mirada positiva, hay una enorme oportunidad para crecer utilizando estas herramientas. Cuando nos comparamos con países que tienen situaciones productivas parecidas a las nuestras, o incluso mucho más difíciles, como Australia, que tiene un 78% de destete; o EE.UU. donde la cría es a cielo abierto y con varios meses bajo la nieve, y tiene 87%, vemos que tenemos muchas posibilidades de crecer.

Otro aspecto a considerar para crecer en producción es el peso medio de faena, en nuestro caso es de 225 kg, mientras que Uruguay y Australia, con sistemas parecidos, están en 250 kg.

El principal problema de la producción ganadera argentina es la oferta de pasto: ¡NO ALCANZA!

A partir de la información satelital, hoy podemos conocer la oferta de forraje -tanto natural como cultivado- a nivel nacional, que es de aproximadamente de 38,7 millones de raciones. Para obtener el destete actual del 62% hay una demanda de 36,6 millones de raciones, que es sólo un 5% inferior a la oferta que tenemos. Esto significa que cuando viene una sequía la comida no alcanza, como pasó en 2008-2009 donde tuvimos un 55% de destete. Y para tener un destete del 75-80%, la demanda de pasto es de 39,2 millones, es decir está muy por encima de la oferta actual.

El problema más importante que tiene la ganadería argentina es que falta pasto para mejorar los índices de destete. Pero, ¿por qué pasa esto desde hace tantos años? Mi hipótesis es que los profesionales asesores del sector ganadero (agrónomos, veterinarios) creemos que la mayoría de los productores busca la máxima renta, pero la experiencia indica que en realidad una cantidad muy importante busca el menor costo y un esquema de supervivencia. Así como el hombre urbano busca acumular dólares como defensa ante la inflación y la inestabilidad crónica de nuestro país, el productor agropecuario busca acumular vacas, independientemente de que tenga pasto o no.

Hay que romper un paradigma: no aconsejarle que tenga menos vacas sino incentivarlo a que tenga más pasto.

El pasto sigue siendo muy importante, incluso luego de la aparición de los corrales para engorde. Este sistema de feed lot está hoy bien establecido en nuestro país y la producción actual no tiene nada que ver con la de 20 años atrás. Pero la etapa de corral abarca sólo los últimos tres meses. En un trabajo del Ing. Aníbal Pordomingo, del INTA, se ve que la energía necesaria para lograr un novillo terminado a grano en los últimos 60-90 días proviene en un 90% del pasto, independientemente del peso y de la eficiencia reproductiva. El pasto es fundamental, no hay forma de tener un sistema donde se solucionen con granos los problemas estructurales de alimentación de la ganadería argentina. Sin un aumento de la producción de pasto, que es el ingrediente más barato, no vamos a poder crecer ni aprovechar la situación que nos presenta el mundo. Cambiarán las especies de pastos según las regiones del país, pero en todas hay posibilidades de tener una mayor producción a través de una mejor alimentación.
 
¿A dónde podemos llegar si cambiamos?
En el trabajo sobre el potencial de producción de carne de la Argentina del 2014, el cual sigue y transita hacia ese objetivo, propusimos el desafío de producir 5 millones de tn y, eventualmente, llegar en un futuro a 8 millones de tn. (ver el gráfico).

Hoy estamos produciendo 3,1 millones, exportamos 800.000 tn y consumimos 2,3 millones. Si todos los productores que están del medio para abajo en términos tecnológicos aplicaran las tecnologías que utilizan los productores medios, se podría llegar a los 5 millones de tn. Para eso, hay que aumentar la producción de pasto en un 40% (para 5 millones de tn) o un 70% (para 8m tn). Esto también implica consumir más grano: 9 millones de tn de maíz (para 5m tn) o 14 millones (para 8m tn). Con esto se podría subir la cantidad de vientres y también alcanzar mejores porcentajes de destete, es decir tener más terneros para engordar. Yo no quiero decir que hay que reemplazar todos los pastizales naturales por pasturas, en algunos lugares de implantarán, en otros se intensificará lo que ya hay, pero en todas las regiones hay posibilidades de crecimiento a través del uso del pasto. Sin duda, más allá del tema del pasto, hay cuestiones sanitarias y de manejo que le siguen en importancia que también deben ser atendidas correctamente como se señaló más arriba: enfermedades venéreas, servicio estacionado, selección por fertilidad.

La integración pasto-grano llegó para quedarse, y esto, más que ser un problema, es un índice de eficiencia.

En un país en el que tenemos una producción de pasto tan irregular entre primavera y verano, así como entre años, por las irregularidades de las lluvias, la integración con el grano permite utilizar la gran cantidad de pasto producida, que es nuestro recurso más barato.

Estos cambios cruzan transversalmente todo el país: más pasto y su interacción con productos y subproductos agrícolas.

La producción de pasto y su uso merece un esfuerzo adicional, como producción primaria de bajo costo para el uso pastoril debería ser mirada con mayor detenimiento por todos los involucrados en la cadena cárnica en el país. Su potencial desarrollo amerita un esfuerzo acorde de la cadena. ¿Porque tenemos cadenas por cultivos agrícolas desarrolladas institucionalmente y no está la del pasto?

Las herramientas tecnológicas para poder crecer están disponibles, debe generarse el ambiente de negocios adecuado para que el ganadero pueda pensar en crecer.

Si el potencial de producción de carne supone que el consumo insuma el 70% de la producción o el 30% de la misma, el abastecimiento interno estaría asegurado, bajo cualquier escenario. Trabajar sobre el potencial avizora por donde se lo mire un horizonte de mejor negocio para el país, el consumidor y el ganadero.

Con la producción actual se abastece plenamente el consumo interno, uno de los mayores del mundo. Quiere decir que cualquier aumento de la producción puede ir derecho a exportación con los consiguientes beneficios para el país.

El crecimiento de carne implica producir entre 1 millón de tn más a 5,5 millones más. En divisas ello implicaría entre 5000 millones y 27500 millones de dólares. Seguramente cualquier gobernante debería sentirse más que tentado por un negocio de esta envergadura.

Es posible en el mediano plazo trazarse un objetivo de 5 millones de toneladas, 10 mil millones de dólares más de exportación y luego llegar 8 millones de toneladas, equivalente a una exportación de 27,5 mil millones de dólares.

Los escenarios analizados no implicaron trabajar sobre el techo de la producción de pasto, que según información de INTA estaría un 47% por encima del escenario de mayor produccion, hablando de forraje utilizable con 65% de uso a nivel país.

Estos niveles de producción implican consumir entre 14 y 25 millones de toneladas de maíz.

Hay que transitar este camino de crecimiento porque si no vamos a perder una oportunidad que no tiene antecedentes en la historia

Propuesta
La tecnología de producción para alcanzar altos potenciales de producción de carne está disponible y es usada por productores de punta. Se necesita repensar la extensión, así como conocer cuáles son las reales motivaciones de los ganaderos y qué haría falta para alcanzar el potencial que otros productores ya llevan adelante.

El crecimiento está ligado al gerenciamiento, la capacitación, la producción de pasto y su interacción con el grano y suplementos así como el manejo reproductivo y sanitario.

Hace falta un horizonte de previsibilidad hacia adelante para que la ganadería bovina pueda tomar un horizonte de crecimiento sostenido.

Los mercados están y podemos producir más ¿qué hace falta?
*Continuar Instalando en la sociedad la importancia de la cadena de la carne: generadora de riqueza, divisas, empleo y arraigo.
*Actitud proactiva / Propuestas superadoras.
* Diálogo reflexivo – Generativo.
* Continuar con el trabajo en equipo con el conjunto de los eslabones de la cadena.

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