Impulsan la producción de Paltas en el Noroeste Argentino

Producir paltas constituye una buena alternativa para el sector fruti-hortícola del noroeste argentino, debido a las excelentes perspectivas de comercialización y a la demanda de mano de obra que significa.

La palta fue introducida en la Provincia de Tucumán por iniciativa del propietario del ingenio Concepción y fundador de la Estación Experimental Agrícola (EEA) actualmente conocida como Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC). En 1983, sobre una finca situada en Sauce Huascho, al sur de la Provincia, se fundó la empresa El Guayal S.A., precursora de la actividad paltera. El programa de este emprendimiento incluyó una fuerte estrategia de marketing y el desarrollo de la actividad se vio favorecido por el asesoramiento que brindaron expertos extranjeros (especialmente sudafricanos) a empresas como Ledesma, Guayal S.A. y Trapani. Fruto de años de trabajo, y por la envergadura del sector, en 1997 nació la Asociación de Productores de Palta del Noroeste Argentino (APPNOA), entidad que en 2002 se amplió a nivel nacional convirtiéndose en la Asociación Argentina de Productores de Palta (AAPROPAL), que incluye a la mayoría de los palteros del país. Hasta el año 2002 la mayor parte de las exportaciones de palta eran realizadas por grandes empresas, pero luego se iniciaron en la actividad exportadora pequeños y medianos productores, tendencia que se mantuvo en campañas subsiguientes que llegaron a contabilizar en Tucumán varias firmas exportadoras.

Pymes palteras de Tucumán
Esta provincia cuenta con 80 pequeños y medianos productores de palta. Aunque ninguno de ellos sobrepasa las 50 hectáreas, en conjunto totalizan alrededor de 1000 hectáreas. La superficie implantada con paltos en la región creció el 448% en los últimos siete años. En Salta y Jujuy, los cultivos están aumentando a un promedio de 70 hectáreas por año, mientras que en Tucumán el crecimiento supera las 110 hectáreas anuales. Se especula con que gran parte de las plantaciones citrícolas que saldrán del circuito por razones sanitarias y económicas, serían reemplazadas por el cultivo del palto. Este y otros factores confluyen para que se proyecten niveles de producción cercanos a las 12.000 toneladas para el 2009, generándose así ventas que rondarían los 12 millones de dólares anuales. Es decir, a razón de 1000 dólares la hectárea.

Nuevos escenarios y desafíos
El crecimiento del sector y su entrada en los mercados internacionales han hecho necesario que los empresarios adquieran mayor conocimiento, tanto sobre el cultivo como sobre la comercialización del producto y la salida al extranjero, a fin de lograr mejores resultados en las transacciones encaradas. Un ejemplo de lo anterior son los desafíos que plantea la consolidación del mercado europeo, al cual sólo se accede con productos de calidad garantizada, esto es, etiquetado con certificaciones, se les exige trazabilidad (poder saber en qué condiciones fue plantada y como siguió el proceso hasta que llegó a manos del consumidor), y otros requisitos, entre los que se encuentra el cumplimiento de estándares como las normas EUREP – GAP para frutas y hortalizas. Ante esta exigencia la AAPROPAL solicitó por intermedio de organismos provinciales la colaboración técnica de la Dirección Nacional de Alimentos (DNA) de la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA), a fin de encarar la implementación de los protocolos reclamados por los clientes internacionales.
Aplicación de normas de calidad
La respuesta a esa necesidad fue el Proyecto Piloto “Diagnóstico e Implementación de Buenas Prácticas Agrícolas a Productores de Palta de la Provincia de Tucumán”, que se inició en agosto de 2005 y finalizará a mediados de Marzo de 2006, en el marco del Programa de Calidad de los Alimentos Argentinos (PROCAL). Los nueve beneficiarios son productores primarios de palta y uno de ellos es propietario de una planta de acondicionamiento y empaque. El objetivo del Proyecto es contribuir a garantizar la inocuidad de las paltas y mejorar la inserción y posicionamiento de las mismas en los mercados a través de la difusión y promoción intensiva del uso de los sistemas de gestión y aseguramiento de la calidad. Para ello se cuenta con el Asesoramiento de dos técnicos externos contratados desde el PROCAL. La primera etapa del Proyecto consistió en realizar un diagnóstico de situación con relación al cumplimento de las normas internacionales. Sobre la base del resultado, todos los beneficiarios, conjuntamente con los técnicos, acordaron un plan de trabajo que incluyó diversas acciones de capacitación previstas en el Proyecto. La implementación consiste básicamente en el asesoramiento personalizado a cada una de las 9 fincas en plazos acordados a fin de sustentar el trabajo a campo. Paralelamente, el PROCAL brindó capacitación técnica sobre Buenas Prácticas Agrícolas, Documentación y Registros, e Higiene del personal. La realización de las actividades requirió determinadas inversiones en las fincas. Algunas de ellas han sido de bajo costo y alto impacto, como la confección de registros y procedimientos, la capacitación de los productores y del personal, la confección de cartelería específica, el manejo racional de agroquímicos, y otros aspectos. Después de varios años, y con las ayudas en capacitación, se observa un cambio importante en cuanto al conocimiento que tienen los empresarios y sus empleados sobre las exigencias internacionales de calidad e inocuidad, lo que impacta de manera favorable sobre el tratamiento de los cultivos, el producto, el personal y el medio ambiente, haciendo que la eficiencia productiva se haya incrementado en un 15%.
Mejoras productivas y efectos expansivos
El cuidado del producto a campo (derivado de la capacitación del personal cosechero y encargado del transporte de la finca a la planta de empaque), se ve reflejado en la calidad final del producto, que logra así un mejor precio de venta. Se estima que este incremento en los precios será de un 10% cuando culminen los trabajos encarados en 2006. Estos cambios han generado un nuevo orden en las empresas, lo que contribuyó a mejorar el proceso de producción y cosecha de palta y ayudó a reducir los costos de producción. Los beneficiarios están implementando las normas EUREP – GAP y tienen prevista la certificación de sus fincas durante el año 2006. La aplicación de las normas EUREP está posibilitando que los productores tengan la opción de elegir a quién vender su fruta, pudiendo ingresar a mercados de alta exigencia. En virtud de las acciones llevadas a cabo hasta el momento, se estima que las exportaciones aumentarán un 10% en el primer semestre posterior a la finalización del proyecto. Los resultados de estas acciones se evalúan a través de visitas de diagnóstico y seguimiento que realizan los técnicos del PROCAL a cada una de las fincas. Además de fomentar el asociativismo entre los productores de palta tucumanos, que interactúan e intercambian información para la mejora de sus explotaciones, este proyecto ha generado el interés dentro del sector paltero de Tucumán por agregar valor a través de la industrialización. Seguramente, la red asociativa conformada por el Proyecto permitirá la integración vertical de la cadena de la palta, a fin de obtener productos elaborados cuya producción aporte al desarrollo de la economía de la región.
 
Fuente: agromeat.com

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