Impacto del riego suplementario en maíz en el centro-norte de Córdoba

Ensayos realizados por la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC) arrojaron algunos datos para considerar respecto a cual fue el impacto del riego en cultivos de maíz en un año signado por problemas de sequía. Tecnología aplicada, época de siembra, energía utilizada y otros datos más para considerar.

Por Ricardo Héctor Maich / Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC).

El resumen del trabajo a largo plazo (1996-2020) conducido en Manfredi por Giubergia y colab. (2021) comienza con el siguiente párrafo “El riego suplementario mejora el rendimiento de los cultivos cuando el suministro hídrico es limitado en algún momento del ciclo”.

Estas palabras alcanzan una inusual envergadura cuando se analizan los resultados de la campaña agrícola estival 2022-2023. Las siembras de maíz en el centro norte de la provincia de Córdoba durante gran parte de diciembre arrojaron rendimientos en grano propios de un cereal de invierno, en el mejor de los casos se cosecharon 4 ton ha-1. Sin querer queriendo, y en el Campo Escuela dependiente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC), se condujeron dos ensayos en paralelo; el clásico en secano con distintas fechas de siembra (seis), densidades (tres) y dosis de nitrógeno (dos), más un ensayo con riego suplementario en surcos en cinco fechas de siembra.

El híbrido usado, la densidad de siembra y la dosis de nitrógeno fueron comunes en ambos ensayos, DK 72-10, 55-60 mil plantas ha-1 y 0 N. En cada una de las dos repeticiones de las que se dispuso en cada ensayo, las parcelas estuvieron constituidas por cuatros surcos de 5 m de longitud, distanciados por 50 cm (secano) y por 70 cm (riego). Las fechas de siembra en el ensayo en secano estuvieron en función de contar con una adecuada cama, por el contrario, en el ensayo con riego suplementario las fechas de siembra se planificaron con antelación distanciadas aproximadamente entre sí por treinta días. Las fechas de siembra objeto de evaluación fueron cuatro para cada sistema de manejo, resultando exactamente coincidentes las siembras de enero.

A partir de los dos surcos centrales de cada unidad experimental se tomó una muestra de 2 m2 a las que se determinó el rendimiento en grano (kg ha-1) al 0 % de humedad. En la siguiente tabla se resumen los resultados obtenidos.

FS: fecha de siembra
PP*: precipitación pluvial desde siembra a madurez fisiológica
Riego*: riego acumulado desde siembra a madurez fisiológica 
Rend: rendimiento en grano al 0% de humedad
IB: ingreso bruto (rendimiento por cotización de la tonelada de grano de maíz =195 U$S)
MB: margen bruto (diferencia entre IB y el costo del riego)
CR: costo mm de riego, electricidad 0,8 U$S mm-1 (1) y gasoil 1,6 U$S mm-1 (2).
Dif.: Diferencia en U$S cultivo regado versus cultivo secano

Antes de proceder a, o intentar, interpretar los resultados que se presentan en la presente nota, no debo pasar por alto la desinteresada colaboración de los colegas Ariel Carlos Masgrau y Luis Ramón Carraro, con los que conformé un triunvirato de opinadores sobre el impacto que tiene el riego suplementario en maíz. También fueron ellos los que me acercaron los costos del mm de riego según se recurriese a la energía eléctrica o el gasoil.

Las conclusiones a las que se llegó, totalmente discutibles, son las siguientes:
1) Independientemente del manejo (secano o riego) la fecha óptima de siembra se ubicó en la tercera semana de noviembre.
2) En promedio el riego representó la 2/3 partes del total del agua recibida por el cultivo entre la siembra y la madurez fisiológica.
3) La brecha económica entre el uso de la energía eléctrica o el gasoil tendió a achicarse cuando los rendimientos en grano fueron más altos.
4) La brecha tecnológica entre ambos sistemas de manejo en promedio fue del 50%, por cada dos kilos de grano con riego se obtuvo un kilo de grano en secano.
5) Como bien dice el Ing. Masgrau, se le debe sacar punta al lápiz cuando es el gasoil el combustible que se usa en el sistema de riego.
6) Las trece toneladas y media de grano al 0% de humedad alcanzadas con la siembra del 22 de noviembre se lograron solo a fuerza de agua. Quedará como desafío para el prójimo el impacto que hubiese tenido una adecuada nutrición mineral.

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