Fracasó una cumbre decisiva para bajar los subsidios agrícolas

Un día antes de lo previsto, finalizó ayer la reunión de 60 ministros de Comercio en Ginebra para intentar reflotar la Ronda de Doha de liberalización comercial, atentos a que les era imposible ceder lo suficiente para llegar a un acuerdo.

Se consideraba que esta minicumbre, entre un tercio de los 149 miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC), era la última oportunidad para reconducir la Ronda de Doha, iniciada hace cinco años en esa ciudad de Qatar para discutir, entre otros aspectos, sobre la reducción de los subsidios agrícolas del Primer Mundo. El director general de la OMC, Pascal Lamy, había advertido que era necesario un acuerdo sobre la apertura agrícola e industrial antes de las semifinales del Mundial, pero las partes han decidido levantar la reunión iniciada el jueves pasado y postergar hasta fines de mes la declaración oficial sobre el fracaso de las negociaciones.
"No hemos hecho progresos. Hay que admitirlo, pero creo que no es insuperable", dijo Lamy, encargado ahora de entablar contactos con el Grupo de los Seis (G-6, integrado por Estados Unidos, la Unión Europea, Japón, Australia, Brasil e India) y otros socios de la OMC, como un nuevo y último intento por acercar a las partes. "Es una crisis, pero parece manejable, y todavía no hay pánico", se consoló el francés que conduce la organización.
"Llegué diciendo que había pocas razones para ser optimistas y se cumplieron esas expectativas", declaró a LA NACION el canciller argentino, Jorge Taiana. "Ni Estados Unidos ni la UE han avanzado en sus propuestas [de liberalización agrícola] para que sean posibles de aceptar para los países en desarrollo. Seguirán las consultas, pero aquí no se avanzó en los temas grandes ni en los menores, como los subsidios al algodón [que perjudican a ciertos países africanos]. Estamos en una crisis del proceso de negociación y las diferencias son grandes."
Así como en la última cumbre bienal de la OMC, en diciembre, en Hong Kong, el malo de la película fue la UE, por su negativa a mejorar su oferta de baja de los aranceles a la importación agrícola. En el encuentro finalizado ayer ese papel lo cumplió Estados Unidos, renuente a ofrecer una mayor disminución de las subvenciones.
Las dos potencias atlánticas siguen reclamando a los países en desarrollo un más amplio recorte de los aranceles industriales. LA NACION preguntó a Taiana si el grupo NAMA 11 (naciones del Tercer Mundo con desarrollo manufacturero) había mejorado su propuesta de liberalización del sector y el canciller respondió: "El mayor esfuerzo deben hacerlo los países desarrollados".
Fuentes de la delegación argentina se preguntan con escepticismo qué puede cambiar a lo largo de julio para que se arribe a un acuerdo. Como resumen de tres días de encuentros, destacaron que la UE había aceptado un "poquito más" la liberalización de aranceles agrícolas, de una reducción del 39% a una del 50%, cerca del 54% que le pide el Grupo de los 20 (G20, que agrupa países en desarrollo exportadores agrícolas), pero a cambio pide "mucho" en materia industrial. Por ejemplo, la cuota europea de carne bovina, que interesa principalmente a la Argentina y a Brasil, se incrementaría en 800.000 toneladas. El comisario de Comercio de la UE, Peter Mandelson, dijo que la reunión no había sido "exitosa", pero que tampoco había resultado "un desastre".
Diplomáticos argentinos relatan que "Estados Unidos no se mueve porque considera que su oferta es excesiva", y su nueva representante comercial, Susan Schwab, carece de "margen" para proponer más, dada la presión de los senadores de su país, cuando restan cuatro meses para las elecciones legislativas. El secretario norteamericano de Agricultura, Mike Johanns, se mostró optimista sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo este mes.
El equipo del Palacio San Martín reconoce que la falta de acuerdo multilateral puede conducir a una etapa de más pactos bilaterales, como el que se negocia con Israel o el estancado con la UE, pero advierten que sólo en la OMC se debate sobre la principal distorsión del comercio mundial : los subsidios.

Fuente: diario La Nación ( www.lanacion.com )

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