La FDA concluyó favorablemente la evaluación del trigo HB4 para consumo humano.
Luego de una revisión de toda la información reglamentaria y de seguridad presentada, la FDA concluyó que no tiene más preguntas con respecto a la seguridad del trigo HB4 y que no plantea problemas que requieran una revisión o aprobación previa a la comercialización por parte de la FDA.
La conclusión de este programa de consulta voluntaria es un paso clave hacia la habilitación comercial en Estados Unidos, que está a la espera de la aprobación del Departamento de Agricultura (USDA).
Estados Unidos es el quinto mayor productor de trigo, con un promedio de 15 millones de hectáreas sembradas cada año, y el tercer mayor exportador, ocupando una posición clave en el comercio mundial de trigo.
La conclusión de la FDA sigue a las aprobaciones recientes de Brasil, Colombia, Australia y Nueva Zelanda para su uso en alimentos y piensos.
El trigo HB4 está autorizado comercialmente para producción y consumo en Argentina, donde cinco variedades han sido aprobadas para su registro en la temporada de cultivo actual.
Se ha demostrado que la tecnología de tolerancia a la sequía HB4 aumenta los rendimientos de trigo en un promedio del 20 % en condiciones de escasez de agua, una adaptación clave que favorece los sistemas de doble cultivo, donde la gestión del agua es cada vez más crítica.
Con prácticas de labranza cero, las rotaciones de soja-trigo HB4 dan como resultado un estimado de 1650 kg de carbono fijado en el suelo por hectárea por año, en comparación con las emisiones positivas del monocultivo de soja convencional.
«Bioceres continuará con el sistema de identidad preservada, es decir, no comercializará las semillas, lo cual le permite a la empresa preservar el valor de la tecnología. Argentina tiene legitimidad para impulsar estos avances en la agenda global, con la responsabilidad y el orgullo de ser pioneros en desarrollos en ciencia y tecnología», concluyeron desde la empresa.