En pocas semanas más pondrá primera la implantación de granos gruesos 2020/21 y, como en cada inicio de campaña, los productores hacen números, otean los precios y, por supuesto, están atentos a los pronósticos meteorológicos para ver qué pasará con el clima en los próximos meses, sobre todo si habrá lluvias suficientes.
La Bolsa de Cereales de Entre Ríos, a través de su Sistema de Información Agrícola (Siber), en este sentido, realizó una primera estimación de siembra y proyectó una posible disminución del área maicera, básicamente porque los especialistas en clima ya vaticinaron para el próximo verano la presencia de La Niña, el evento que supone escasez de precipitaciones.
Lluvias por debajo de los valores normales en el trimestre noviembre – diciembre – enero pueden complicar al maíz, cultivo que, se sabe, demanda una buena cantidad de humedad durante su período crítico, en donde comienzan a definirse los rendimientos.
Ante este escenario, el sorgo –especialmente el granífero–, según los técnicos bursátiles, recuperaría hectáreas en la campaña 2020/21 dado que cuenta con un atractivo adicional: los precios. La cotización del sorgo, tanto en el mercado disponible como en el futuro, es muy atractiva, debido al alza de su valor por un incremento en la demanda por parte de China.
De ser así, agregan los profesionales de la Bolsa de Cereales entrerriana, se daría un cambio en la tendencia de los últimos tres o cuatro años donde la superficie cultivada con maíz experimentó una expansión, mientras que el área dedicada al sorgo se redujo gradualmente.
La Niña.
Esta semana, durante una videoconferencia organizada por la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, el especialista en clima Germán Heinzenknecht señaló que “vamos a una primavera con un evento La Niña, ya que los pronósticos consolidan este enfriamiento de las aguas del pacifico ecuatorial” y reclamó: “Claramente estará la pelea entre una Niña y la neutralidad, pero cuando vayamos a septiembre, La Niña le ganaría a la neutralidad”, mientras que hacia “febrero o marzo, la tendencia tiende a volver a la normalidad”.
“Hacer buenos trabajos de campo, para mantener la humedad durante el trimestre de la primavera, es una buena recomendación que debemos hacer”, agregó Heinzenknecht.
El especialista, asimismo, enumeró una serie de puntos a tener en cuenta:
– Las condiciones actuales se caracterizan por una disponibilidad de reservas inferiores a las normales.
– La floración de trigo puede sufrir estrés hídrico en septiembre, mejorando en la primera quincena de octubre.
– Es un campaña para desarrollar estrategias agronómicas conservadoras, con objetivos en rendimientos normales.
La segunda parte de enero y febrero ya no tendría el efecto Niña como forzante negativo. Esto puede favorecer la floración de la soja.
Fuente: Danilo Lima – Portal Dos Florines