En busca del límite físico de los bajos volúmenes de aplicación

¿Es correcto usar muy poco volúmenes de caldo por unidad de superficie?. El experto Alejandro Gorgni que trabaja en las provincias de Córdoba y Santa Fe arroja luz sobre el tema.

A lo largo de mi carrera profesional y como especialista en el tema, siempre me llamó la atención del apasionamiento con que muchos colegas y aplicadores esgrimiendo su experiencia en el tema, defendían recetas magistrales en lo referente a una buena aplicación con muy pocos volúmenes de caldo por unidad de superficie (tasas) en la mayoría de los casos, sin mayores sustentos al respecto.
Así es que, a los fines de colaborar en la formación del criterio necesario para entender mejor el tema, presento aquí de manera más o menos ordenada el proceso vivido, fundamentando el cómo llegué a las conclusiones manifiestas al final del presente escrito, siempre con el ánimo de ayudar a un tratamiento más profesional a este tema.

El inicio del proceso

Podría decir que todo comenzó gracias al advenimiento de los cultivos transgénicos tolerantes a glifosato (RR): la masividad del uso de este principio activo comenzó a demandar a quienes nos encontrábamos en el ámbito de las aplicaciones, búsquedas de mejoras en las mismas, fundamentalmente en lo referente al tema deriva, ya que los reclamos por daños en cultivos no transgénicos no tardaron en aparecer.
Esta realidad nos obligó a conocer mejor a este herbicida, el cual ostentaba muchas características que resultaban sumamente interesantes: producto sistémico, bajas coberturas (impactos / cm2 sobre tarjetas hidrosensibles), D.V.M. (Diámetros Volumétricos Medios) medianos a grandes, con un importante nivel de interferencia en su performance por parte de las sales de calcio y magnesio, todo lo cual nos indicaban claramente por dónde pasaba “la cosa”: debíamos reducir las tasas de aplicación (litros de caldo/ha) y aumentar los D.V.M.

El “combo” no podía cerrar mejor: además de simplificarle el control de malezas al productor (pilar de la acelerada agriculturización y expulsión de la ganadería), los aplicadores reducían sus riesgos de deriva y aumentaban las autonomías de trabajo, los fabricantes de boquillas de aspersión comenzaron a ofrecernos diseños más apropiados y a las compañías químicas, le abría todo un nuevo nicho de mercado para ofrecer los primeros correctores de agua.

Vea el trabajo competo de Alejandro Gorgni haciendo click aquí

Trabajo realizado Ing. Agr. Alejandro Gorgni
Especialista en Manejo de Agroquímicos (U.N.L.)
Posgrado en Gestión Ambiental (U.N.R.C.)
Asesor Fitosanitario
MP Pcia. Santa Fe Nº 1-0414 – MP Pcia. Córdoba Nº 0675
Para más información www.portonverde.com.ar  
En FacebooK: https://www.facebook.com/PortonVerdeConsultora
Web: http://site.geoagro.com/es
Av. Simón Daniele 799 – 2415 – Porteña – Córdoba – Argentina – Tel. 03564 450 572

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