El maíz en tiempos de pandemia

Con mucha incertidumbre y lluvias que se hicieron esperar, el grueso de la siembra del cereal en Tucumán y zonas aledañas arrancó a toda máquina a mediados de enero.

Desde el arranque fue una campaña marcada por la disparidad en las precipitaciones y por eso hoy se observa gran variabilidad en los rindes, generando una gran sorpresa en los productores.
Con un 3.2% menos, lo que representa 2.900 has menos con respecto a la campaña anterior, en Tucumán y zona de influencia (campos al límite con Tucumán en Santiago del Estero, Catamarca y Salta) sembraron 120.000 has aproximadas. El cultivo tuvo la particularidad de tener una ventana productiva muy estrecha. Lo que se sembró antes de la sequía de diciembre y enero fracasó. Adicionalmente las altas temperaturas de marzo estresaron los cultivos, y para aquellos sembrados posteriores al 25 de enero se vieron afectados por heladas tempranas ocasionando inmadurez fisiológica. Podemos observar que quienes acertaron en fecha de siembra, manejo, materiales utilizados y además fueron bendecidos por las lluvias tienen buenos rindes con picos superiores a 10.000 kg. De toda la torta éstos representan el menor porcentaje. En la vereda opuesta nos encontramos con rindes moderados a bajos y hasta lotes que quedarán sin trillar.
Con respecto a la trilla del cereal, según datos obtenidos por Apronor, se estima que la recolección del cereal está en un grado de avance cercano al 60%, pero muy lejos estamos de decir que se desarrolla en “condiciones normales”. Por un lado, como es de público conocimiento, los productores agropecuarios y proveedores de servicios por lo acontecido con la pandemia Covid-19 agravamos nuestra situación laboral ante el impedimento de libre tránsito (consagrado constitucionalmente) por las rutas interprovinciales, con requisitorias de imposible cumplimiento, llegando a la gravedad de fajar las puertas de los vehículos para que así los transportistas no puedan descender del vehículo por doce horas, lo que torna inexorablemente una violatoria a los derechos humanos. La situación más crítica se da en los puestos de control limítrofe de Santiago y Tucumán. En tal sentido, celosos custodios de lo que cada productor con su sacrificio y volumen económico aporta a la productividad argentina, la actual representación de Apronor ha instruido a las direcciones técnicas legales la presentación de un amparo en Tribunales Federales para permitir que las tareas agropecuarias declaradas esenciales se lleven a cabo.

Por otro lado, el hecho que el grueso la siembra se haya atrasado, muchos maíces todavía no lograron bajar el porcentaje de humedad requerido por el mercado, lo que retrasó aún más la recolección del cereal. A nivel nacional, la buena noticia fue que la producción estimada del cereal (mayor a 50 Millones de Tons.) superó por primera vez en 23 años a la de la soja, un gran incentivo para este cultivo encantador que permite agregar valor de distintos modos.

Frente a un escenario muy complicado derivado de un esquema impositivo donde las retenciones se duplicaron en el último año, una pandemia que golpea fuertemente al precio internacional del grano arrastrado por la crisis del petróleo y los biocombustibles, rendimientos de indiferencia por encima de los 6.000 kgs/ha, los productores deberán tener los márgenes muy actualizados para tomar decisiones y evitar los quebrantos.

Fuente: Informe Técnico Apronor

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