El girasol sigue siendo una gran oportunidad para Argentina

El economista Jorge Ingaramo disertó en el marco del Workshop NK Girasol 2020 sobre el mercado de la oleaginosa que abre singulares oportunidades para los productores argentinos.

“Este es un momento especial para Argentina, el mundo demanda girasol, aceite de girasol con gran demanda y Argentina tiene la oportunidad de aumentar su oferta en los próximos años abastecer esa demanda creciente”, comenzó diciendo Ingaramo quien es el principal asesor económico de Asociación Argentina del Girasol.
A la hora de armar una composición de lugar dijo: “El mercado de aceites en general está compuesto por cuatro grandes pilares que son los de soja, palma, canola y girasol de los cuales los sectores de más altos ingresos, sectores acomodados de la sociedad demandan aceite de canola y aceite de girasol por su alta calidad, y en Asia es muy común el consumo del aceite de palma”.
Indico que “el aceite de girasol ha tenido un fuerte crecimiento en los últimos años y ese fue el elemento central para pensar que los precios se han mantenido razonablemente bien, incluso en los momentos difíciles como este de la pandemia, nunca bajo el precio del aceite de girasol porque quienes lo compran son personas con alto nivel adquisitivo”.
Ingaramo puntualizó además que “el aceite de girasol tiene un crecimiento en el consumo mundial en los últimos 10 años del 5,5% anual acumulativo, un valor que ningún commodity alcanza y como hay muy pocos países que lo producen y que lo exportan, básicamente son tres: Argentina, Italia con el 6% del mercado, Rusia que tiene un 27% del mercado pero no es exportador permanente ya que solo exporta cuando le sobra porque tiene alto consumo interno, y el que domina el mercado que es Ucrania donde ha habido un crecimiento sensacional en los últimos 15 años y que tiene el 55% del mercado mundial de aceite de girasol”.

Ucrania cerca del techo

El hecho de que Ucrania mande en el mercado de girasol está a punto de empezar a cuestionarse porque ha tenido un crecimiento impactante pero ahora ha llegado a un nivel de área que no puede seguir creciendo, ya que ocupa 6,3 millones de hectáreas de las 22 millones de hectáreas agrícolas que tiene, reemplazó a la remolacha azucarera, a la ganadería, a la cebada y ahora ya no puede seguir creciendo demasiado, con lo cual claramente la demanda subsiguiente de aceite en el mundo no la va a poder abastecer como hizo anteriormente. “Además el girasol está compitiendo en Ucrania con la introducción de transgénicos de maíz y de soja que si bien son “legales” todo el mundo los usa y en soja ha llegado a superar los 2 millones de hectáreas, entonces la competencia creciente de otros cultivos y las posibilidades de llegar a un techo de producción hace que este país no pueda seguir creciendo en su capacidad para abastecer la demanda creciente”.
En el Workshop NK Girasol 2020, Ingaramo precisó que “si la demanda sigue creciendo al 10,2% anual la demanda de exportaciones, todos los años van a hacer falta 1.190.000 toneladas de aceite de girasol para abastecer esa demanda incremental. Esto significa que alguien tiene que tener 1.300.000 hectáreas en el mundo para hacer el girasol nuevo, el girasol que va a abastecer la futura demanda. Obviamente que como son muy pocos los países con capacidad de exportación, Argentina parece como candidato para tener este potencial de aumentar el área girasolera y abastecer la demanda creciente mundial”.

Argentina va por las 4 millones de hectáreas

“La última previsión que tenemos dice que la campaña 20/21 del hemisferio norte en Ucrania se espera apenas un crecimiento del 2% de la producción, un 6% se espera en Rusia y en Argentina pasaríamos de 3,4 millones de toneladas de producción de girasol a 4 millones de toneladas, es decir un crecimiento de más del 20%, eso se va a expresar en una posibilidad de que nosotros podamos tomar una parte creciente de esa demanda y empecemos a recuperar la posición perdida en los mercados. Argentina era el dueño prácticamente del mercado de girasol, tenía el 50%, Argentina a fines del siglo pasado ocupaba el rol que ahora ocupa Ucrania.
Ahora estamos en apenas el 6% por lo tanto tenemos un horizonte de crecimiento importante. Estamos en un negocio extremadamente dinámico donde abastecemos a sectores de alto nivel adquisitivo y países en desarrollo. Esos mercados compradores básicamente son en un 27% países de Oriente Medio (Irak, Irán, Egipto), después 25% India de manera creciente,  la UE es un mercado importante al cual nosotros no podemos acceder por restricciones sanitarias que tenemos por el límite de tolerancia para insecticidas. La UE compra aproximadamente el 19% de aceite de girasol del mundo que se lo provee Ucrania, y después está China con el 15% del mercado, pero con una característica muy importante: en las últimas cuatro campañas creció 170.000 toneladas más la exportación todos los años”, dijo Inganaramo. Agregó que “ante esto debemos ver hacia donde ir y ya sabemos que tenemos que sembrar más para poder abastecer ese mercado que pide aceite de girasol”.
Cabe destacar que en Argentina el girasol se usa para producir aceite, la soja se produce para producir proteína, la soja tiene 18% de rendimiento para aceite y el girasol tiene entre 42% que es la referencia que usa el Ministerio de Agricultura hasta 54% de contenido de aceite. “El 85% del precio del grano de girasol deviene del aceite de girasol, es decir que el precio del girasol depende del precio del aceite, ya que la proteína de girasol no tiene un mercado tan exitoso, aunque Argentina tiene una capacidad de producción muy grande la cual exporta prácticamente la mitad, o sea se puede vender al precio que paga el mercado”.

Los factores intervinientes en el precio

El experto señaló que en la formación de este precio intervienen muchos factores:
“El factor internacional: nosotros no entramos en el mercado de la UE, pero el mercado de Rotterdam es la referencia de precios para fijar cual es  el precio internacional al cual van a competir nuestras industrias exportadoras que son las industrias aceiteras que muelen y exportan girasol. Rotterdam es una referencia de precios para países del Mar Negro, pero nosotros no entramos. Rotterdam es un contrato que no tiene timba como tiene Chicago para el trigo, el maíz y la soja, es un mercado de contratos en firme donde se pueden hacer contratos a contra entrega presentes, disponible y a futuro pero el contrato se firma entre importadores y exportadores, o sea que la referencia de precios es de contratos reales, no de intervención de fondos  de inversión, ahí solamente hay operadores comerciales. Ese precio que son 800 dólares la tonelada nos sirve como referencia a nosotros para mirar la  tendencia futura del precio para el hemisferio norte”.
Argumentó además que “por supuesto tenemos que saber que cuando entre la cosecha ucraniana del 55% del mercado mundial de aceite de girasol va a tener una baja ese precio, la cosecha ucraniana entra en sep-oct por eso cuando usted mira las posiciones de los contratos de aceite de girasol en Rotterdam va a encontrar que ahora el precio está en US$800 y el futuro US$755”.
Jorge Ingaramo indicó además que “del precio de Rotterdam nos vamos al precio del Mar Negro que normalmente es aproximadamente un 92% del precio de Rotterdam. Ese es el precio al cual sale Ucrania a vender, ese precio es el que mira nuestra industria porque es el competidor. Ucrania tiene una protección a la industria de 10 puntos porcentuales, hay un diferencial de 10 puntos entre el precio que paga al productor la industria aceitera y el precio que cobra su exportación. En cambio nosotros tenemos apenas 2 puntos de protección, pero así también paga aranceles para entrar a la UE, por consiguiente el CIF de Rotterdam es 8% más alto que la posición de Ucrania. Pero nosotros competimos con Ucrania y no con la UE, y esta competencia se hace al son del Mar Negro al cual Ucrania vende menos un diferencial de fletes que Argentina tiene que pagar a ese precio de Ucrania y así se forma nuestro precio al cual la industria registra y vende”.
A esta explicación de precios, Ingaramo la hizo porque de ahí hay que deducir después el pago de retenciones y sumar los eventuales reintegros y descontar todos los costos que tiene la industria de elaboración. “En este momento tenemos un faz teórico de aproximadamente US$250 al productor que es el que estamos observando en las pantallas de Rosario. La perspectiva es que la industria por suerte este año con esta situación internacional que estoy describiendo, ya está dando forward, uno tranquilamente puede conseguir un fordward que puede oscilar entre US$235 y US$245 según donde venda pero ya hay una referencia de cuál puede ser el precio al productor”, dijo el especialista que asesora a la Asociación Asagir.
En la campaña pasada nosotros tuvimos una situación que voy a tratar de describir muy rápidamente dijo Ingaramo: “La Argentina había pasado de 1.350.000 hectáreas  en el peor momento de las retenciones a 1.900.000 hectáreas en 3 años, ahí hubo un aumento fenomenal que se expresó en el aumento de 300.000 hectáreas en el Chaco y norte de Santa Fe hasta que volvieron a aplicar las retenciones y con esto Argentina en lugar de sembrar 1.900.000 hectáreas en la campaña pasada sembró 1.600.000. De estas que se perdieron 200.000 son de Chaco y Santa Fe, y las otras 100.000 de Buenos Aires y La Pampa”.
Puntualizó que “esa situación de precios que estamos mencionando el año pasado tuvo el siguiente comportamiento: cuando sembraron la campaña pasada los productores esperaban ganar un precio de 270-280 dólares pero cayó el precio internacional del aceite, volvieron las retenciones y lamentablemente se redujeron los reintegros por cuestiones fiscales. Con lo cual al momento de siembra de la campaña pasada el precio observado no pasaba de los 230-240 dólares, y la gente se sintió muy desconforme con ese precio y por eso redujeron la siembra. Afortunadamente en Chaco y Centro Norte de Santa Fe tuvieron excelentes resultados en rendimiento y rentabilidad por lo cual en este momento están bastante entusiasmados para comenzar la siembra que como todos saben empieza a fines de julio, principios de agosto el girasol del norte y es evidente de que nuestros amigos que producen semillas en estos momentos ya saben que hay una evidente demanda porque claramente el girasol de la última campaña ha sido rentable y quieren incrementar su participación del cultivo en el portafolio. Así que la posibilidad de que Argentina comience a aumentar fuertemente su producción de girasol está bien al alcance de la vista y hay mercado para eso”.

Mirando la campaña 2020/2021

“La siembra como todos saben empieza en el norte y después en septiembre-octubre se traslada al sur del país. Nosotros somos un país que tenemos un potencial de crecimient0o muy grande, estamos en este momento con rendimientos de 22 quintales promedio, en las últimas campañas siempre superamos los 20 quintales por hectárea, anteriormente estábamos en 17 quintales de rendimiento, o sea que tenemos un potencial de seguir creciendo en producción, área y rendimiento como para abastecer este creciente mercado de demanda internacional. Siempre se dice que la demanda de aceite de girasol en el mercado argentino está muy concentrada. Evidentemente hay menos compradores que para soja, trigo, maíz. Hemos tenido que sufrir como sector desde 2007 la vigencia de retenciones que en su momento fueron del 32% durante 7 años hasta que las eliminó Macri, pero produjeron una caída sustantiva en el área de girasol y lamentablemente eso va a costar recuperarlo”, indicó Ingaramo.
Dijo también que “el resultado del último semestre donde Argentina podría haber aumentado sus exportaciones se vio afectado por el simple hecho de que, pese a que hubo un buen rendimiento, el girasol del norte no alcanzó para la demanda externa por eso tuvimos bajas exportaciones. El girasol del norte es un componente importante para abastecer la demanda interna, así que el girasol del sur está básicamente orientado a la exportación. Es un mercado donde el girasol del norte entra a las plantas de molienda entre diciembre y marzo y prácticamente eso va a consumo interno y a abastecer el refinado y embotellado que va al resto de América Latina, y el girasol del sur está mucho más orientado, aunque no exclusivamente, a aumentar al crecimiento de las exportaciones de aceite de girasol crudo”.
Mirando hacia el futuro el experto realizó el siguiente resumen: “El crecimiento de la demanda internacional de aceite de girasol es del 10% anual acumulativo, o sea que hacen falta todos los años incorporar 1.300.000 hectáreas, si es que este ritmo de crecimiento sigue. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos dice que calcula que vamos a tener 4 millones de toneladas, es posible que sea un poco más. Para eso harían falta 1.900.000 hectáreas. Nosotros ya tuvimos esa cantidad de hectáreas en la anteúltima campaña así que estamos ahí nomás para poder llegar a este nivel  y ahí ingresar a un crecimiento dinámico y que pueda abastecer esa creciente demanda”.

Ingaramo indicó que “nadie tiene 1.300.000 hectáreas disponibles por año para hacer el crecimiento que hace falta en la demanda mundial. Argentina por supuesto no tiene 1.300.000 hectáreas pero puede tomar una parte significativa de ese crecimiento para ir para adelante. Las perspectivas de precios para adelante son muy buenas.  Rotterdam está hoy con US$800, 10% arriba que el año pasado y desde mayo ha subido 5,5%. Claramente cuando miren las perspectivas de precios acuérdense de eso, cuando entra Ucrania en el mercado (sept-oct) el precio se pincha y por consiguiente también se “pincha” nuestro faz teórico, pero eso no quiere decir nada porque nuestra industria puede perfectamente manejar los contratos y empezar a vender desde marzo en adelante que es cuando otra vez va a faltar el aceite de Ucrania y el precio va a empezar a ir hacia arriba. El precio tiene una estacionalidad marcada exclusivamente por la oferta ucraniana y tenemos que aprovechar la oportunidad, somos el único proveedor de hemisferio sur que entra a contra estación en el mercado, tenemos una industria absolutamente desarrollada que tiene capacidad de moler 1.500.000 toneladas más que las que está moliendo”, sentenció.

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