Las razones del mercado sostenido del girasol están asociadas a los menores derechos de exportación que la soja (7%) y a que el área sembrada fue menor a la de años anteriores. Ante esa realidad, la industria está obligada a pagar precios de paridad para que los productores vacíen los silobolsas confeccionados con el remanente de grano que quedó luego de pagar las cuentas. Por esa razón, "frente a una cosecha modesta, del orden de los 3,4 millones de toneladas, menor a la de los últimos 3 años, son poco probables bajas de precios en el segundo semestre", dice Catalina Ferrari, analista de granos de la consultora AZ-Group.
Otra alternativa que están evaluando los productores que deben comercializar su cosecha es hacer canjes por insumos y asegurarse su disponibilidad para la nueva campaña. Además, "es una forma de mantenerse en dólares en un contexto incierto", propone Ferrari. Esta decisión también puede ser útil en los casos en que el exportador exija pesificar operaciones forward pactadas en dólares argumentando que debe fijar un precio interno para cerrar su negocio en un entorno volátil.
Por otro lado, para cancelar cuentas pendientes de la campaña anterior, muchos productores piensan que es más conveniente vender maíz, con precios a la par, que soja con valores insólitamente bajos. Ferrari entiende que la oleaginosa está en un piso de precios y puede tener cierta recuperación si los importadores chinos siguen privilegiando las compras en Sudamérica.
Por: Carlos Marín Moreno – Publicado en el diario La Nación ( www.lanacion.com.ar )