Diagnostico de fertilización nitrogenada para trigo en el oeste entrerriano

El nitrógeno (N) es un elemento indispensable para el crecimiento de los cultivos y su baja disponibilidad en suelos agrícolas, junto con la necesidad de desarrollar estrategias que incrementen su eficiencia de uso, son aspectos de gran importancia en la producción de trigo.

El nitrógeno (N) es un elemento indispensable para el crecimiento de los cultivos y su baja disponibilidad en suelos agrícolas, junto con la necesidad de desarrollar estrategias que incrementen su eficiencia de uso, son aspectos de gran importancia en la producción de trigo.
El creciente avance de la siembra directa (SD) como sistema de labranza en el cultivo de trigo en la provincia de Entre Ríos, donde alcanza mas del 55 % de la superficie sembrada, introduce cambios en el ambiente de crecimiento del cultivo relacionados con la dinámica del N, modifica las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, alterando los procesos de transformación de los nutrientes y su eficiencia de uso por los cultivos, lo que es necesario considerar al analizar la respuesta a la fertilización nitrogenada y al ajustar las técnicas de diagnóstico a estas condiciones.
Las deficiencias de N limitan el rendimiento del cultivo a través de reducciones en el número de granos (NG) debidas a efectos sobre el desarrollo del área foliar, la intercepción de la radiación
y/o sobre la eficiencia de uso de la radiación, que limitan el crecimiento del cultivo, aunque también se han informado efectos directos sobre la fijación de los granos.
En el sudeste y norte bonaerense se utiliza habitualmente la medición del contenido de nitratos en el suelo (Ns) al momento de la siembra, como metodología de diagnóstico de fertilización nitrogenada. A partir de la aplicación de esta metodología se han obtenido e informado similares umbrales de respuesta o niveles críticos de disponibilidad de N, a partir del cual no es esperable una respuesta significativa a la aplicación de N, tanto para cultivos de trigo implantados bajo labranza convencional como en sistemas de SD en los primeros años de implementación de la práctica, sin embargo para sistemas de SD estabilizados y en ambientes con mayor potencial de rendimiento se determinaron umbrales de respuesta significativamente mayores.
De lo anteriormente planteado, surge la necesidad de desarrollar una metodología de diagnóstico de fertilización nitrogenada para cultivos de trigo implantados en SD, adaptada a las condiciones edafoclimáticas locales. Los objetivos del presente trabajo son: a) determinar relaciones entre la disponibilidad de N y el N acumulado en planta, b) determinar la relación entre el rendimiento, la respuesta al agregado de nitrógeno y la disponibilidad de N a la siembra y c) determinar la respuesta en rendimiento y la eficiencia de uso del N aplicado ante cambios en la disponibilidad de N.
Para cumplir con estos objetivos de trabajo se condujeron ensayos de fertilización nitrogenada, en lotes de producción de trigo en SD, sobre suelos Argiudoles y Peludertes de los departamentos Paraná, Diamante, Villaguay y La Paz, con diferentes situaciones de historias de manejo previo y cultivos antecesores. En todos los sitios experimentales se determinó previo a la siembra el contenido de N-NO3 en el suelo, hasta la profundidad de 60 cm y los contenidos de fósforo extraíble (P).
Los tratamientos evaluaron diferentes dosis de N, que se aplicó en todos los casos en cobertura en preemergencia y bajo la forma de urea. La disponibilidad de P no fue limitante o se fertilizó cuando fue necesario.
Las condiciones climáticas en ambas campañas que se realizaron los ensayos (precipitaciones y temperatura) permitieron un crecimiento adecuado de los cultivos hasta antesis, pero generaron condiciones predisponentes para el ataque de Fusarium, lo que limitó la productividad de los cultivos en ambas campañas.
La disponibilidad de N-NO3 acumulados a la siembra hasta 0-60 cm en ambas campañas fue baja, con rangos de 25.1 a 60.3 kg ha-1 en la primera y de 36.7 a 82.7 kg ha-1 en la segunda.

El contenido de N acumulado en planta hasta madurez fisiológica se relacionó en forma lineal con el rendimiento del cultivo, obteniéndose a partir de la pendiente de esta relación una eficiencia fisiológica de uso del N de 26.6 kg grano kg-1 de N acumulado en planta.
La disponibilidad de N-NO3 en el suelo hasta 60 cm se relacionó en forma lineal con el N acumulado hasta antesis, explicando el 76% de la variación de esta variable y se relacionó en forma cuadrática con el N acumulado total en madurez.
El rendimiento en grano de los tratamientos testigo variaron de 572 a 2717 kg ha-1 y de 479 a
2217 kg ha-1 para la primera y segunda campaña, respectivamente. Mientras que los rendimientos máximos alcanzados fueron de 4076 y 2430 ,kg ha-1, lo que pone en evidencia la fuerte afectación del potencial de rendimiento de los cultivos debido a la presencia de enfermedades, principalmente
“fusariosis de la espiga”.
En la primer campaña se obtuvo una respuesta media en rendimiento ante el agregado de N de 527, 730 y 876 kg ha-1 para los tres niveles de N disponible evaluados (80, 120 y 160 kg de N ha-1). Dichos niveles de N disponible se alcanzaron con dosis de de 39.5, 79 y 119 kg de N ha-1 , respectivamente. En la segunda hubo respuestas medias en rendimiento al agregado de N de 266, 363, 498 y 538 kg ha-1 para las dosis de 40, 80, 120 y 160 kg de N ha-1 de fertilizante aplicado. Las diferentes metodologías empleadas para el establecimiento de los tratamientos en las dos campañas, imposibilitaron realizar un análisis conjunto del total de los sitios.
Las relaciones obtenidas permiten evaluar la eficiencia económica de la fertilización nitrogenada a partir de los kg de trigo obtenidos por kg de N aplicado y el costo de las dosis de N. Utilizando como punto de comparación una relación histórica de precios de 4.71 kg de trigo kg-1 N de fertilizante, los resultados demuestran que aún en el máximo nivel de Nd evaluado en la primer campaña –año 2000- (N160) se superó dicho valor. De manera similar en la campaña 2001, con menores respuestas medias del cultivo, las relaciones obtenidas permiten estimar que el punto de igualación entre la dosis de N aplicada y el retorno en kg de trigo obtenidos debido a ésta se logra en 87 kg de N de fertilizante ha-1.
Se analizaron en forma individual por campaña (Gráfico 1) y para el conjunto de las observaciones las relaciones entre el rendimiento del cultivo expresado en términos relativos (RR) y el N disponible considerando diferentes profundidades de muestreo (0-20, 0-40 y 0-60 cm respectivamente).
El RR se relacionó significativamente con el N disponible a la siembra (Ns + Nf), esta relación se ajustó a un modelo lineal-meseta (r2= 0.75, p<0.001), estableciéndose a partir de este modelo un umbral de 103.7 kg de Nd ha-1 a partir del cual no se registran incrementos en el RR (Cuadro 1).
Para la segunda campaña, también se logró con buen ajuste un modelo similar estableciéndose el umbral de respuesta en un valor superior de disponibilidad de N (156 kg N ha-1). La relación obtenida mostró un comportamiento similar en ambas campañas evaluadas por lo que se agruparon las observaciones para el análisis conjunto.
El rango de disponibilidad establecido por los umbrales de respuesta en las campañas en forma individual o en el conjunto de las observaciones, incluye valores similares a los valores 100 a
110 kg N ha-1 obtenidos por García et al. (1998) en el sudeste bonaerense y el de 125 kg N ha-1 establecido por González Montaner et al. (1991) para trigos en sistemas de labranza convencional.
Por otra parte, el umbral medio de 135 kg de N ha-1, resultó de manera esperable inferior al de 150
kg N ha-1 determinado por Calviño et al. (2000), en ambientes de mayor productividad del sudeste bonaerense.
La determinación del contenido de N-NO3 hasta 60 cm de profundidad no es una práctica habitual en la región, y resulta un esfuerzo adicional importante debido a la presencia habitual en los suelos de la zona de horizontes texturales densos. Esta característica además podrían limitar el movimiento rápido de nitratos con el agua del suelo, situación por la cual en otros ambiente se recomienda la profundización de los muestreos (Berardo, 1994). El contenido de N-NO3 determinado, considerando la profundidad de 0 a 60 cm, se asoció estrechamente al contenido de estos en las capas de 0 a 40 cm y con el contenido de N-NO3 en la capa de 0-20.
La existencia de estas estrechas relaciones sugiere la conveniencia de evaluar los modelos de diagnóstico considerando una profundidad de muestreo de solo 20 cm. El análisis de la misma sobre la base del conjunto de observaciones de ambas campañas permitió, restringiendo la optimización de los parámetros del modelo con el establecimiento de la meseta dentro del rango de 95 a 97.5 % de RR, obtener un modelo similar (Gráfico 2) a los descriptos anteriormente:
RR (%) = 60.5 + 0.337 X si X < 99,3
RR (%) = 97.5 si X> 99.3
Donde X = N disponible a la siembra en 0-20 cm
El ajuste obtenido para el mismo fue similar a los anteriores (R2= 0.60; Pr<F < 0.00001; n =
74), lo que posibilita una simplificación del método mediante la menor profundidad de muestreo, sin pérdidas importantes de eficiencia.
Los resultados obtenidos contribuyen al objetivo de lograr un uso eficiente de los fertilizantes nitrogenados, aunque es necesario validar su generalidad en condiciones productivas más diversas y de mayor productividad.

Fuente:  Melchiori, Ricardo

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