Déficits y excesos que afectan a la vaca preparto y define el futuro del ternero

Vetifarma convocó a Juan Grigera para exponer sobre criterios útiles al momento de alimentar vacas que recorren las últimas semanas de preñez, y para un proceso sin complicaciones de la ternerada en la guachera.

Todos sabemos que la preñez transita un momento clave en las últimas semanas debido a un esfuerzo metabólico que realiza la vaca y que si no se observa que se desenvuelva de modo óptimo hace que el animal deba acudir a reservas corporales propias con lo que queda expuesta a patologías que desafiarán su estabilidad sanitaria y amenazará su capacidad reproductiva futura.

Una reducida disposición de calcio en ese momento clave conduce a múltiples problemas como retención de placenta, mortalidad embrionaria, acidosis y acetosis, entre otros problemas.

“A partir de una cantidad de relevamientos decidimos realizar una base de datos que lograron integrar unos 44 mil partos, con el objetivo que pudiéramos precisar la magnitud de este problema en vacas que recorren el preparto”, dijo.    

“Analicemos las pérdidas por estas patologías y observaremos que es un punto determinante que permite diferenciar las pérdidas en tambos estándar, pues sabemos que las muertes y los descartes son dos parámetros que permiten identificar la eficiencia de un tambo. Veamos como impactan estas patologías en los asientos contables” señaló Grigera y expuso el siguiente cuadro:

“Nuestro objetivo es bajar del 33 al 23% las bajas totales, y con ello veremos mejoras muy sensibles, que nos conducirá a un 43% de mejora económica”, aseguró.

Y para darle porte a sus proposiciones, el médico veterinario Juan Grigera precisó: “A veces se pone mucho el acento en aumentar la producción y eso no está mal pero perdemos de vista a tres patologías que recortan objetivos. Y la base de todas ellas está en la alimentación”.
   
Patología mata bienestar y agujerea el bolsillo
El especialista convocado por Vetifarma propuso analizar tres patologías en las que la alimentación tiene mucho que ver. Repasemos:

a) Riesgo de acidosis

Cuando pensamos en acidosis nos surge el primer interrogante: ¿Qué tipo de granos estamos utilizando en la alimentación?
La vaca lechera en cada etapa debe alimentarse con un grano procesado según el rodeo sea de vacas pre parto, frescas u otras. “Si desafiamos al rumen concentrando energía en las vacas conducirá a una acidez. Y para cuidar el rumen hay que trabajar en la ecuación entre granos y fibra, sin olvidar que los granos húmedos fermentan más rápido y el riesgo es mayor.  También en el centro está el tamaño de la fibra”, recordó el profesional.

“Hay que picar en tamaño moderado, en unos 17 mm, esto es, fibras un poco más largas y secas, pues como es sabido se mantienen en la superficie en el rumen y eso mejora mucho en el remasticado”, aseveró. Y referido a este punto aconsejó manejar bien el mixer ingresando abajo lo pesado y arriba lo más liviano, en otras palabras diseñar un buen balance físico de las dietas, sin perder de vista la competencia que se da en los patios por la comida.

b) Cetosis
“Esta patología nos confunde a veces, pues no se ve, aparentemente. Y la notamos en el exceso del estado corporal. La vaca tiene un peso excesivo, le cuesta más la motricidad y hace un mayor esfuerzo para movilizar las grasas, y entonces el hígado sufre, y al final nos conduce a una menor producción, menor preñez y otras patologías asociadas”, dijo Grigera.

El estado ideal de una vaca es 3,5 y cuando sobrepasan este límite se desbalancean. Los diagnósticos se hacen a través de un análisis de sangre o leche. Pero la inversa es dejarlas con hambre en el período preparto, antes y después, lo que las obliga a movilizar las grasa exageradamente y eso abre la puerta a la cetosis. “Y no comen  porque falta alimento, comen menos porque la comida no es buena y está mal dispuesta. A veces se pone comida de más, y la comida se queda mucho tiempo en el comedero, abajo se entibia, se aprieta y no se airea, y la vaca no la come”, describe Grigera.
El experto aconseja que la comida esté disponible, en abundancia y hay que retirar la comida que se ha estacionado, y para ello se debe cambiar la rutina de alimentación.
De la investigación que expuso Grigera se desprende que esto puede tener un impacto económico de unos 400 litros de leche, hoy $6783.

c) Hipocalcemia

Es el recurrente acto de vaca en el suelo. Se trata de hipocalcemias subclínicas que, en algunos casos pueden llegar hasta el 30% del rodeo. “Es importante evitar el pastoreo directo y en la composición de  la ración preparto no agregar calcio ni en la mezcla ni en el balanceado, por ejemplo, conchilla”, aseguró Grigera.

Aquí se trata de mejorar la presencia de calcio en el momento del parto, pues es un momento de demanda y en esta etapa el calcio es absorbido por una hormona.

-¿Y cómo llevamos adelante esta estimulación?
Bueno, en la etapa de preparto hay que reducir el calcio y la vaca lo moviliza desde los huesos y para ello debemos recurrir a sales aniónicas. Para ello se debe consultar a especialistas y definir las dosis; hay que evaluar también la composición alimentaria y por último realizar un buen control del pH en la orina.

Luego de una semana de sales aniónicas las vacas deben estar en un pH entre 6,2 y 6,8. Si se observa que el pH aumenta a 7,4 se deben agregar unos 100 gramos de sales aniónicas (cloruro de Ca o cloruro de Magnesio, por ejemplo), y si se reduce mucho hay que retirarlas, y si se observa heterogeneidad en las vacas que integran el rodeo hay que revisar la composición de la ración y la competencia por comida entre las vacas.

En este sentido el especialista sugirió algunas cuestiones para dar combate a esta patología:
-Es necesario mejorar el bienestar en el preparto. Hay que evitar que la vaca deba moverse en el barro, esto es muy malo para ella.
-Hay que evitar el estrés por calor y el estrés que deviene de la competencia por el alimento. El estrés en el preparto hace perder eficiencia en la alimentación y ocasiona importantes pérdidas. Grigera le puso número: esta patología pueden llevar a pérdidas de unos 285 litros, o sea unos $4845, al precio actual de la leche (abril 2020).

El especialista subrayó que en un rodeo de 400 vacas las pérdidas pueden orillar el millón de pesos.

El problema se traslada a la guachera
Los problemas de acidosis e hipocalcemia se trasladan a la guachera a través de la producción de un calostro deficiente.

“Tengamos en cuenta que esto también tendrá que ver con la producción de leche futura de esa vaca. Los problemas de calostrado se arrastran hacia el futuro pues terneras hijas de una vaca con dificultades tendrán un desempeño menor en el futuro”, afirmó el técnico, y para sustentarlo precisó que “los 4 litros que se ofrecen en la guachera son muy poco para garantizar un futuro de prestaciones eficientes”

Por último, recomendó los sustituto lácteos con el 21% de proteínas como estrategia para mejorar resultados.

Desde la organización emitieron un comunicado que señala: “Queremos pedirles disculpas a quienes no pudieron conectarse, lamentablemente la empresa de streaming que contratamos para llevar adelante este Taller virtual tuvo un inconveniente al momento de comenzar con su servidor por dónde íbamos a transmitir. Dejamos a disposición nuevamente la conferencia completa y también les informamos que pueden descargar la Guía de buenas prácticas de crianza de terneros” haciendo click aquí

Osvaldo iachetta / Redacción TodoAgro

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