Comportamiento varietal de trigo con cinco paquetes tecnológicos

La Agencia de Extensión 9 de Julio del INTA realizó un importante ensayo comparativo sobre variedades de trigo pensando en una nueva campaña fina.

La información generada tras un reciente ensayo realizado por el ingeniero agrónomo Luis Ventimiglia y el licenciado Lisandro Torrens Baudrix, es muy abundante y puede dar respuesta a diferentes productores, de acuerdo a su criterio para manejar un determinado lote de trigo.
Lógicamente hay que tener en cuenta que la información obtenida corresponde a la campaña 2019/20, por lo que como todos saben, al trabajar con plantas y con un ambiente que puede ser muy cambiante de un año a otro, pueden encontrarse resultados diferentes respecto a lo planteado en este trabajo.
“Contar con datos del comportamiento de los diferentes cultivares de trigo presentes en el mercado a la hora de elegir cual sembrar, es una herramienta fundamental”, sostiene Ventimiglia.
Es importante cuando se evalúa este tipo de información, observar que la misma haya sido generada en una zona que presente condiciones agroecológicas similares a las de donde se va a sembrar, también comparar como fue climáticamente la campaña en donde se realizó la experiencia, con respecto a cómo puede ser el año en el que se sembrará.
“Cualquier diferencia en estos parámetros puede hacer que una variedad se comporte de una manera u otra”, indicó el profesional.

Experiencia a campo

Por lo expuesto es que la agencia INTA 9 de julio, durante las últimas campañas viene realizando ensayos comparativos de rendimiento, sometiendo a cada variedad a distintos manejos tecnológicos, a fin de evaluar cuál es el comportamiento de cada una de ellas a tales circunstancias.
“En la campaña 2019-20 dicha experiencia se realizó en un campo trabajado por la familia Masacecci, sobre un suelo hapludol entico característico de la zona, el cual tuvo soja de primera como cultivo antecesor”, comentó Ventimiglia.

El lote fue laboreado a fin de solucionar problemas de compactación, con cincel, disco, rastra y rolo.

“Se establecieron dos fechas de siembra, 12 de junio para las variedades de ciclos intermedio largo y 10 de julio para las de ciclo intermedio corto. La densidad utilizada fueron 200 granos /m2 para los materiales de ciclo largo y 220 granos /m2 para los materiales de ciclo corto”, indicó.

Una campaña buena

La campaña de trigo 19/20 fue una campaña caracterizada en la zona como buena a muy buena. El año se presentó con precipitaciones muy escazas durante el invierno y principio de primavera.
La última lluvia importante en el invierno se registró el 17 de junio con 70 milímetros, a partir de allí no se registraron más precipitaciones de consideración hasta mediados de octubre. El período transcurrido sin lluvias fue de 108 días.
En gran medida esta carencia importante de agua fue suplida por el agua de napa, la cual estaba presente en la mayoría de los lotes.
“El fosfato monoamónico (MAP) se aplicó en la línea de siembra, mientras que la urea y el sulfato de calcio se aplicaron voleados en cobertura total sin incorporar al inicio de macollaje”, detalló Ventimiglia en relación a la fertilización.
Además se realizó fertilización foliar e importantes tratamientos sanitarios con fungicidas.

Los resultados
Los materiales de ciclo largo más destacados fueron: Bag 620; Alhambra y DM Algarrobo. El nivel de proteína para los materiales de ciclo largo disminuyó, alcanzando solo la base comercial el 17 % de los participantes.

En cuanto a los materiales de ciclo corto los que alcanzaron mejores rendimientos fueron: MS INTA 817; Bag 550; DM Ceibo y DM Ñandubay. Para los materiales de ciclo corto ocurrió algo diferente que en los materiales de ciclo largo en cuanto a contenido de proteína, dado que pese a alcanzar rendimientos muy importantes, el 75 % de los participantes superaron la base comercial.
Cuando el nivel de fertilidad aumentó para nitrógeno y azufre y se siguió protegiendo a los materiales con fungicida, los resultados en rendimiento para materiales de ciclo largo más destacados fueron: MS INTA 119; Bag 620; Alhambra y DM Algarrobo.

Ciclo intermedio corto

En el caso de los materiales de ciclo intermedio corto, los destacados en cuanto a rendimiento fueron: MS INTA 817, Bag 550 y DM Ceibo. Para este grupo de variedades el 58 % de las mismas tuvieron un nivel de proteína por encima de la base comercial.
Cuando los niveles de fertilidad utilizados anteriormente fueron complementados con dos fertilizantes foliares, la producción no se modificó mucho. En rendimiento para materiales de ciclo largo se destacaron: Buck Cumelen; MS INTA 119 y DM Algarrobo, también aquí todos los participantes alcanzaron el nivel de proteína mínimo requerido por la base comercial.
Los materiales de ciclo corto más destacados fueron; MS INTA 817; DM Ñandubay y DM Ceibo y en cuanto al nivel proteico el 83 % de los materiales superaron la base comercial.
Dentro de los materiales de ciclo intermedio corto se destacaron: MS INTA 817; DM Ñandubay; Buck Camba; Bag 550 y DM Ceibo. Para este grupo de materiales el fungicida también fue la variable que más aportó a mejorar el rendimiento, mejorando 15 % más la producción, la aplicación de azufre logró una mejora del 7 %, en tanto que el aumento de una mayor fertilidad nitrogenada, y azufrada no produjo mejoras en el rendimiento.

Por Lucas Mich – Publicado en ABCRural.com.ar

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