¿Cómo será el control de malezas a futuro?

Mientras que muchos basan el control de malezas principalmente en pulverizaciones y están esperando la aparición del próximo ingrediente activo que se pueda insertar en su programa de control, otros creen que la solución va a venir de la mano de la tecnología integrándose con los métodos actuales.

Hoy en día, aplicamos un producto químico (o una mezcla en el tanque) en la totalidad del lote y agregar productos adicionales al tanque para controlar malezas problemáticas, aumenta fuertemente los costos. Otras recomendaciones de manejo como la aplicación selectiva de malezas o quitarlas con gente a mano no suelen ser prácticas para grandes escalas. Entonces, aplicamos todo el lote y esperamos poder controlar la maleza problema con alguno de los productos utilizados y esperamos que el producto llegue de manera uniforme al suelo y las malezas.

Seguramente las próximas generaciones de técnicos y productores se preguntarán cómo debe haber sido antes de que un dron creara mapas de malezas identificadas, para luego informar y ordenar la aplicación a los aplicadores de precisión. Sacudirán la cabeza al pensar en todo el dinero gastado en productos químicos aplicados donde no eran necesarios. Se preguntarán qué se siente al no tener un dron pulverizador o un desmalezador mecánico automatizado que se preocupa por las cabeceras y escapes en los lotes de forma autónoma.

Se cree firmemente por estos tiempos que el matrimonio entre tecnología y agricultura revolucionará el control de malezas y cambiará las reglas de la agricultura moderna. La investigación hoy se centra en los cultivos intensivos, el gran desafío es que lleguen a ser utilizados en cultivos extensivos de mayor escala. Los ingenieros agrícolas están perfeccionando los sistemas de identificación de imágenes que pronto podrán diferenciar las malezas gramíneas en cultivos de gramíneas. Cuando se combine con sensores inteligentes, una fracción de la cantidad de herbicida que se aplica hoy a un campo podría usarse para obtener el mismo nivel de control de malezas.

Antes de enojarse y pensar que esto es un montón de especulaciones disparatadas, considere que John Deere gastó más de US$ 300 millones en 2017 para adquirir una empresa de robótica especializada en tecnología de «ver y rociar». Además, considere las inversiones recientes de BASF en nuevas empresas que se centran en desmalezadoras mecánicas robóticas con energía solar y tecnologías de pulverización de precisión.

El resultado de esta mayor automatización agrícola será una operación agrícola más precisa y basada en datos. Estas tecnologías no reemplazarán todas las prácticas existentes, serán complementarias, convivirán con las mismas y permitirán una reasignación de tiempo y recursos.

En el manejo integrado de malezas, los productores emplean una diversidad de técnicas para eliminar las malezas, incluida en algunos casos la labranza, las prácticas culturales y los métodos para agotar el banco de semillas de malezas, en lugar de depender únicamente de la pulverización de un solo herbicida u otra herramienta única. Pero la diversificación no es lo mismo que la verdadera integración, advierte Steve Young, ecologista de malezas de la Universidad de Nebraska-Lincoln. ¿Por qué? Porque la mayoría de las prácticas integradas de manejo de malezas aún controlan todas las malezas de la misma manera, independientemente de la ubicación o la temporada, y generalmente se implementan una a la vez en lugar de juntas. Young ahora espera cambiar eso desarrollando un enfoque diferente para el control de malezas.

En los sistemas que el imagina, un productor pasaría por el lote con un tractor mientras que los sensores identifican las malezas y su estado fenológico y una de las varias herramientas para combatir las malezas ubicadas en el tractor podría aplicarse a las malezas identificadas en función de su especie y estado. Si el sistema identificó una maleza resistente a un herbicida, por ejemplo, podría rociarse con otro que si la controle. O se podría usar una herramienta de corte o flameado a bordo para matar la planta.

En otras palabras, el sistema podría aplicar diferentes herbicidas y sistemas de control a malezas específicas, dice Young, “Se trata de ser más precisos con nuestras prácticas de control de malezas integrando los diferentes métodos”, dice Young.

Young ha estado estudiando las dosis de los tratamientos químicos y mecánicos necesarios para matar plantas individuales. La aplicación de microdosis de herbicida a las hojas de plantas individuales eliminaría la deriva de la pulverización y la lixiviación de productos químicos al agua subterránea. Las malezas también tendrían menos probabilidades de desarrollar resistencia a los herbicidas, porque en general se requerirían menos productos químicos y solo las malezas objetivo recibirían la dosis.

Young no defiende el sistema como otra “solución milagrosa”, sino como un enfoque completamente nuevo en los sistemas de cultivo donde se encuentran disponibles múltiples estrategias de control para su uso al mismo tiempo.

Sí, todo suena un poco futurista, pero el futuro no está tan lejos, agrega. El desarrollo de boquillas de aspersión avanzadas y tecnologías de micro aplicación está muy avanzado, y la literatura de ingeniería ya está llena de tecnologías robóticas y de detección para el control automatizado de malezas en cultivos intensivos. Todavía se deben mejorar los sistemas de identificación de malezas para que puedan trabajar con lluvia o viento mientras las plantas se mueven. El gran obstáculo ahora es hacer estos métodos accesibles y para escalas grandes para que los productores extensivos los incorporen en sus operaciones.

Young sostiene que es muy importante que los especialistas en malezas trabajen en conjunto con los ingenieros que desarrollan las maquinas autónomas para lograr mejores productos en menos tiempo.

Por Fundación Producir Conservando

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