Cómo prevenir el daño por Phomopsis, la enfermedad del girasol que ocasiona pérdidas de hasta el 50%

En la actualidad, la Phomopsis en girasol no cuenta con genética ni fungicidas específicos para su control, pero el manejo preventivo es clave para evitar sus efectos destructivos.

Phomopsis tuvo su primera epidemia importante en muchos países de Europa en los años 80. En Argentina, la enfermedad resurgió en el noroeste de Buenos Aires en 2014/15 extendiéndose hacia el sur y sudeste bonaerense. El epicentro actual se encuentra en Necochea-Pieres.

Esta enfermedad se propaga a través del inóculo que sobrevive en los rastrojos de girasol de años anteriores y de hospedantes alternativos infectados, como el girasolillo. Las esporas liberadas por los rastrojos infectados pueden ser dispersadas por el viento a distancias medianas, lo que hace que la rotación de cultivos no sea una solución efectiva.

Potencial de daño de Phomopsis
El cancro del tallo, es una de las expresiones más letales de la enfermedad, que puede llevar a pérdidas de rendimiento de hasta un 50% y reducir el contenido de aceite en un 10%, explicaron desde Aapresid. La pudrición seca del capítulo, otra manifestación de Phomopsis que se da principalmente en Argentina, afecta alrededor del 5-10% de la porción del capítulo que infecta.

Además de las pérdidas cuantitativas, esta enfermedad genera efectos colaterales perjudiciales. Altera la uniformidad en el secado del lote a la cosecha, lo que dificulta la regulación de las máquinas y aumenta la cantidad de materias extrañas en el grano. También reduce el rendimiento de los fletes a su destino.

Prevención: la clave contra Phomopsis
Segun un artículo de Juan Pablo Edwards Molina y Magali Gutierrez (experto y coordinadora Técnica de la Red de Girasol de Aapresid) publicado en la Revista especial de Girasol de Aapresid, la complicación de esta patología es que cuando detectamos los cancros o pudriciones de capítulo, ya es tarde. Sin embargo, queda mucho por hacer en cuanto al manejo preventivo:

Elección de híbridos: si bien no hay girasoles específicamente resistentes a la enfermedad, no todos los materiales son igualmente susceptibles. Optar por híbridos que sean menos susceptibles a la enfermedad es una estrategia clave, especialmente en regiones con historial de Phomopsis.

Manejo de la densidad de siembra: Evitar conopeos densos es importante para reducir la probabilidad de infecciones graves.

Uso de fungicidas: aunque la efectividad de los fungicidas en nuestro país aún está en investigación, experiencias en otros lugares sugieren que productos con alta concentración de estrobirulinas aplicados en R1 (cuando el botón floral comienza a diferenciarse) pueden ofrecer buenos resultados. Se necesita más investigación para determinar su eficacia.

Prevención temprana: La ventana de infección se abre desde R1 hasta R6, con un período crítico entre R1 y R3 (cuando el botón floral se encuentra a más de 2 cm de la hoja más cercana). El monitoreo constante durante esta fase y la identificación temprana de la enfermedad son fundamentales para tomar medidas preventivas.

Historial de la enfermedad: El historial reciente de Phomopsis en la región debe ser considerado al planificar estrategias defensivas. Si hay antecedentes de la enfermedad, se deben extremar las precauciones.

A pesar de los desafíos que presenta Phomopsis, los programas de mejoramiento genético son prometedores y podrían proporcionar soluciones a largo plazo. Mientras tanto, la prevención y la elección de prácticas de manejo adecuadas son clave para proteger los cultivos de girasol en Argentina.

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