¿Cómo lograr Aplicaciones Periurbanas responsables?

El uso de productos fitosanitarios, comúnmente conocidos como agroquímicos, en las cercanías de zonas pobladas es un tema que provoca inquietud. Esto es así por la controversia existente acerca de los potenciales perjuicios que podrían provocar a la salud humana y el ambiente.

Las aplicaciones de fitosanitarios en zonas periurbanas, y las posibles derivas originadas durante las mismas, preocupan especialmente a aquellas personas que residen en la proximidad a las zonas de tratamiento. Es por esto que diversas instituciones y organizaciones, tanto públicas como privadas, entre ellas Casafe, han participado de diferentes iniciativas con el objeto de abordar el tema y proponer soluciones.

Tamaño de la gota y condiciones ambientales

Al trabajar en las zonas periurbanas es condición indispensable hacerlo aplicando gotas grandes (mayores a 250 micrones) a muy grandes (mayores a 400 micrones) ya que, a mayor tamaño menor probabilidad de que sean arrastrada por el viento y se generen derivas.

Uno de los factores que más afectan su tamaño y su movimiento son las condiciones ambientales existentes cuando se aplica un fitosanitario: temperatura, humedad relativa y -especialmente- velocidad y dirección del viento. Por eso es clave monitorearlas permanentemente.

La dirección del viento es la condición más importante para determinar si la aplicación en una zona periurbana puede continuar o no. Si el viento se registra en dirección hacia la zona que se busca resguardar, la aplicación no debe iniciarse. Si el viento rota, la aplicación debe suspenderse.

Experiencias en zonas periurbanas

El documento de divulgación técnica publicado en el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI por sus siglas en inglés) por el Ing. Agr. Federico Elorza (Casafe) y el Ing. Agr. Eduardo Moavro (Magyp), aporta información para las regulaciones provinciales y municipales sobre las aplicaciones periurbanas. El trabajo denominado “Buenas Prácticas de Aplicación de Productos Fitosanitarios (BPAF) con énfasis en entornos periurbanos” consiste en un análisis de la experiencia de buenas prácticas de aplicación de fitosanitarios en 39 jornadas realizadas en 34 localidades pertenecientes a diferentes zonas agroecológicas de nuestro país en condiciones ambientales muy diversas. Las derivas promedio fueron de 9,7 m para aplicaciones terrestres y 45 m para aplicaciones aéreas.

Zona de exclusión versus Zona de amortiguamiento

Desde 2013, existe una recomendación por parte del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y un gran número de instituciones públicas y privadas, que promueve el concepto de zona de amortiguamiento por sobre el de zona de exclusión.

La principal diferencia entre ambas es que en la zona de exclusión no se permite la aplicación de ningún producto fitosanitario, lo que genera un espacio para el desarrollo de insectos, malezas y enfermedades que afectan la productividad de las áreas vecinas y puede terminar convirtiendo esa porción de terreno en un área abandonada.

Mientras que, en la zona de amortiguamiento, al momento de aplicar un producto fitosanitario, se requiere de un tratamiento especial para garantizar la conservación del espacio protegido, permitiendo las actividades productivas que allí se desarrollen y simultáneamente minimizando los riesgos para el ambiente y para la salud.

Conocé las recomendaciones sobre cómo trabajar en las zonas de amortiguamiento:

Fuente: Portal Casafe.org

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