Cinco datos que no sabías sobre la seguridad alimentaria

La seguridad alimentaria es la garantía de disponibilidad y acceso permanente a los alimentos, el consumo pleno desde el punto de vista nutricional y de la sostenibilidad en los procesos productivos.

El término, aunque ha ganado cada vez más protagonismo en el escenario contemporáneo, la seguridad alimentaria es un tema centenario, fomentado por discusiones fundamentales para la existencia humana desde el siglo XX.

Actualmente, este concepto va más allá de asegurar que la producción de alimentos cubra la demanda mundial, teniendo ramificaciones en los más diversos ámbitos del escenario geopolítico global. Atravesando logros y desafíos, la garantía de la producción mundial de alimentos aún tiene aspectos poco conocidos por el público en general, pero que influyen directamente en la vida cotidiana de todos. Estos son solo cinco datos importantes que quizás no conozca sobre la seguridad alimentaria y la producción de alimentos:

1. Su control es fundamental para garantizar la vida

El concepto de seguridad alimentaria nació en el siglo XX, en Europa, durante la Primera Guerra Mundial. Los conflictos y la escasez de ese período destacaron la importancia de cuidar la producción y el suministro de alimentos. Las experiencias vividas durante la guerra comenzaron a suscitar una necesidad compleja: las naciones debían ser capaces de producir y suministrar, por sí mismas, alimentos para satisfacer la demanda nacional.

La seguridad alimentaria también tiene como objetivo que la producción de alimentos garantice la nutrición de la población incluso frente a amenazas biológicas, físicas y químicas. Esta política, así como sus acciones, es la clave para garantizar el sustento y la vida de esta y futuras generaciones. Cuando se prioriza la seguridad alimentaria, el hambre y la escasez se vuelven amenazas cada vez más lejanas.

2. Cumple con los principios de la FAO

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que forma parte de la ONU, está involucrada en la protección de los Derechos Humanos, centrándose en los parámetros que se relacionan con la nutrición y la producción agrícola. Así, la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece el Derecho a la Alimentación para todos los seres humanos. Avalado por todos los países desde hace más de siete décadas, el documento busca erradicar la desnutrición y enfatizar la alimentación como condición básica para la vida humana.

La seguridad alimentaria es una de las herramientas más importantes para garantizar este derecho. Al mantener una producción de alimentos suficiente para la población, es posible asegurar que no haya escasez de alimentos en el mercado nacional y mundial, además de priorizar la calidad de los productos que llegarán al consumidor final.

3. Las guerras pueden interferir con el precio y la disponibilidad de alimentos incluso en regiones que no están involucradas en el conflicto

Los efectos devastadores de los conflictos armados, como el de Rusia y Ucrania, afectan la producción y distribución de alimentos y, en consecuencia, incluso el precio de los productos en las regiones no involucradas. La guerra representa una amenaza para los cultivos básicos de las principales regiones europeas productoras de cereales. Esta situación impacta directamente en el mercado de alimentos, agravando la inflación de estos productos. Actualmente, según las Naciones Unidas, los costos mundiales de los alimentos, que ya son récord, podrían aumentar en un 22%.

Además, el conflicto genera un impasse en el comercio de insumos agrícolas. La reducción de las exportaciones de fertilizantes de Rusia es alarmante y amenaza los ciclos de producción de la mayoría de las naciones. El aumento del precio del petróleo, fundamental en numerosos procesos de producción agrícola, también ha generado preocupación para los productores rurales. Todos estos aspectos sitúan la producción mundial de alimentos en una coyuntura delicada, agravada aún más por la tensión generada por la guerra.

4. El tamaño del área plantada no siempre refleja la cantidad de alimento disponible.

La misma área puede producir un 30% más con la ayuda del riego. En medio de un escenario conflictivo, que impone varios obstáculos a la producción de alimentos y al mantenimiento de la seguridad alimentaria mundial, las tecnologías de riego representan una valiosa alternativa para potenciar la productividad de los cultivos en todo el mundo, asegurando que los alimentos lleguen a la mesa de toda la población mundial.

Según la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), la agricultura de riego representa el 17% de la agricultura y produce aproximadamente el 40% de la producción mundial de alimentos. Con el riego, el productor puede vencer las limitaciones físicas para el crecimiento de la agricultura y producir más en menos tiempo. Con la intensificación de las inversiones en riego y la expansión de la superficie regada en el mundo, el retorno es una producción cada vez mayor y más eficiente, contribuyendo directamente a garantizar la seguridad alimentaria.

5. América Latina es el granero productivo del mundo

Los países latinos, especialmente en los últimos años, han jugado un papel clave para garantizar la seguridad alimentaria mundial. Según la FAO, América Latina y el Caribe son los pilares de la seguridad alimentaria mundial. Los datos de la organización indican que las regiones son responsables de cerca del 14% de toda la producción mundial de alimentos, además de tener una participación del 45% en el comercio agroalimentario internacional.

América Latina es una de las principales regiones productoras y exportadoras de alimentos del mundo. La producción de estos países podría incluso abastecer a toda la población latina, pero la región también es uno de los principales actores en la exportación de estos productos.

En 2014, el Banco Interamericano de Desarrollo y Global Harvest Initiative publicaron un informe sobre la producción de alimentos en América Latina. La expectativa de las organizaciones es que, con condiciones climáticas ideales, suelos fértiles y una vasta área productiva, América Latina se consolide como el próximo granero mundial para la producción de alimentos.

Según estudios, Latinoamérica es uno de los únicos lugares en el mundo donde se puede obtener cinco cosechas en dos años. Esto se debe especialmente al clima húmedo, que es un gran aliado del riego.

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