Ante un auditorio colmado se desarrolló un panel dedicado a la cebada. En él se abordaron aspectos técnico/productivo —en un contexto marcado por crecimiento sostenido de superficie— y una coyuntura internacional favorable.
Así arrancó Iván Ullmann, asesor de mercados, que se volcó de lleno a analizar la realidad internacional. “Vivimos en un contexto global marcado por la guerra y el clima”, arrancó sin titubeos y consideró que la oferta mundial está muy afectada por el conflicto bélico entre Rusia a Ucrania (equivale al 30% de la cebada) pero también por la merma en la producción de Canadá (otro jugador importante), una Europa sin crecimiento productivo y una expansión de la demanda de China que no da tregua.
En este escenario, Ullmann consideró que hay condiciones “más interesantes” para que la cebada crezca en área y producción en la Argentina puesto que sus sistema productivo tiene potencial para captar espacios e ir “por programas de embarque ambiciosos”. Consideró que el productor debe hacer un cuidadoso diagnóstico, en un momento marcado por buenos precios pero también por los altos costos, principalmente de los fertilizantes nitrogenados y fosforados y advirtió que entre las amenazas latentes se encuentran la posibilidad del ingreso de cebada australiana a China (luego de una sanción) y, en el plano local, las siempre vigente incertidumbre política y económica argentina.
El asesor privado Mario Cattáneo destacó que la cebada experimenta un importante crecimiento. La cebada forrajera, por ejemplo, alcanza en la actualidad los 144 kg/ha por año. Esta realidad se produjo por varios factores, entre ellos el recambio varietal y la inversión tecnológica. Según este técnico, en la campaña 2021/22 la Argentina produjo un total de 5MT, de las cuales 1,2MT abastecieron la industria maltera local, mientras que 2,5MT se destinaron a las exportación forrajera y 1MT se comercializó al exterior como cebada destinada a la producción de cervezas.
En sintonía con su antecesor en el panel, Cattáneo consideró que la Argentina cuenta con condiciones agroecológicas y tecnologías de cultivo muy favorables para incentivar la producción de la cebada, aunque consideró que falta un abanico varietal más diversificado.
¿Pero qué sucede con los márgenes brutos? El asesor Fidel Cortese señaló que los cálculos para la zona de Tres Arroyos, por ejemplo, podrían alcanzar los 507,9 USD para la cebada de exportación, 490,8 USD para la cebada con destino a maltería y de 417 USD para la cebada forrajera. En tanto que para la zona de Bragado los márgenes serían menores y se ubicarían en los 307,6 USD para la cebada de exportación y con destino a maltería y los 260 USD para la cebada forrajera.
Luego llegó el turno de las malterías: INBEV-Quilmes, por un lado, y Boortmalt, por otro, dos gigantes cerveceros mundiales con ramificaciones en el país. Diego Caponi, de INBEV-Quilmes, destacó la enorme penetración que tienen en el mercado de cervezas con marcas emblemáticas como Quilmes, Stella Artoix y Patagonia, pero también destacó el rol social económico de estas compañía al emplear a 5.500 personas de manera directa y 130.000 de manera indirecta, con 6.000 proveedores (95% nacionales y muchos de ellos Pymes).
En cuanto a la cebada argentina, Caponi destacó que “1 de cada 4 cervezas que se hacen en el mundo se producen con materia prima de la provincia de Buenos Aires”. A su vez, subrayó que la cebada es el 10° complejo exportador del país pero el 2° de mayor crecimiento, con 500 mil toneladas exportadas, convirtiéndose en el principal proveedor para Latinoamérica.
Luego llegó el turno de Daniel Menella quien presentó Boortmalt como la compañía maltera líder en el mundo y Latinoamérica, con presencia en los 5 continentes y con 27 plantas capaces de producir 3 millones de toneladas anuales de malta.
Los representantes de ambas compañías destacaron el enorme potencial de crecimiento que tiene el cultivo de cebada en la Argentina y marcaron los desafíos ambientales y de sustentabilidad como uno de los principales preocupaciones de la industria de hoy.