Casafe puso todo el foco en Buenas Prácticas Agrícolas y aplicaciones periurbanas

La Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe) participó de la Expoagro 2020 haciendo mucho hincapié en la necesidad de sostener buenas prácticas agrícolas, que incluyeron las aplicaciones en el periurbano. También mostró en forma práctica la tarea del triple lavado de envases de fitosanitarios.

Casafe participó en la décima edición de Expoagro que tendrá lugar en el Corredor Productivo Ramallo – San Nicolás, y propuso un Circuito de Buenas Prácticas Agrícolas que incluía a las empresas Bayer, Syngenta y Metalfor entre otras.
Las Buenas Prácticas Agrícolas son un conjunto de principios, normas y recomendaciones técnicas aplicables a la producción, procesamiento y transporte de alimentos, orientadas a asegurar la protección de la higiene, la salud humana y el medio ambiente, mediante métodos ecológicamente seguros, higiénicamente aceptables y económicamente factibles. “Casafe tiene como principal actividad la difusión de estas premisas. Creemos que hay que generar conciencia en la gente sobre la importancia que conlleva una agricultura sustentable”, se enfatizó en la oportunidad.
El lavado de los envases fue uno de los temas relacionados a las BPA. El tema del manejo de envases es central en un país en el que se utilizan más de 17 millones de envases de productos fitosanitarios al año, 60 por ciento de los cuales son de 20 litros. Sobre el particular se indicó que existe un régimen especial de tratamiento de envases, basado en el triple lavado o lavado a presión de los recipientes, que luego se deben reunir y clasificar en centros de acopio transitorios. El productor deberá separar los envases -triple lavados o lavados a presión-, de aquellos a los que no se les pueda aplicar ese procedimiento. “Esta posibilidad de recuperar envases es importante no sólo desde el punto de vista económico, sino desde la perspectiva ambiental: el triple lavado es una operación clave para ahorrar recursos y para evitar mayores niveles de contaminación”, dijeron los expertos de Casafe.
En el stand se montó un espacio para aplicaciones periurbanas. Sobre el particular los técnicos participantes indicaron: “Existen tecnologías que permiten medir con gran precisión cómo y cuándo debe aplicarse un fitosanitario en zonas aledañas a las localidades, aunque su correcto uso depende del criterio técnico-profesional de quienes las apliquen”. Apuntaron que “entre los elementos que permiten emplear correctas tecnologías de aplicación de fitosanitarios, se encuentran la regulación y registro de los productos ante la autoridad competente, cumplir con la legislación del lugar donde se los aplique y considerar factores tales como las condiciones ambientales, la regulación del pulverizador terrestre o aéreo, el tipo de producto a utilizar y el momento de aplicación, entre otros. Todos ellos afectan el parámetro más importante en una aplicación: el tamaño de la gota”.
Cabe destacar que las gotas se producen por el proceso mecánico de pulverización, que se desarrolla dentro de las boquillas de aplicación de los equipos pulverizadores. Y hay distintos tipos de boquillas adaptadas a diferentes productos y tamaños de gota, según el cultivo a aplicar y la adversidad. Al respecto, es muy importante establecer tanto el tamaño de gota adecuado y eficiente, que se debe mantener durante toda la operación.

El periurbano, un espacio sensible
Al trabajar en las zonas periurbanas, aquellas linderas a las áreas urbanas que se quieran resguardar, es condición indispensable usar gotas grandes (250 micrones) a muy grandes (mayor a 400 micrones), ya que a mayor tamaño, menor es la probabilidad que sean arrastrada por el viento y se generen derivas.

Uno de los factores que más afectan su tamaño y su movimiento son las condiciones ambientales existentes cuando se aplica un fitosanitario. Por eso es clave monitorearlas permanentemente, sobre todo cuando se trabaja en estas zonas.

Esas condiciones se establecen por los registros de temperatura, humedad relativa y -especialmente- la velocidad y dirección del viento, siendo esta última la más importante para determinar si la aplicación en una zona periurbana puede continuar o no. Si el viento rota o se registra en dirección a esa zona, la aplicación debe suspenderse o no iniciarse. La misma decisión debe tomarse cuando la combinación de los parámetros de humedad relativa y temperatura no son los adecuados.

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