Brechas de rendimiento para el maíz tardío

En el marco de la jornada de capacitación organizada por INTA Manfredi en la que se abordaron diversos temas como manejo de malezas, elección de híbridos y enfermedades, el becario del Conicet Federico Ogando expuso sobre esta temática.

Las investigaciones arrojan que, en la provincia de Córdoba, las brechas de rendimiento están estimadas en un 46 a 54%, dependiendo de la región que se trabaje; y también por las prácticas de manejo que se utilicen, como la densidad de siembra y la fertilización nitrogenada.

Ogando explicó que lo primero que se debe realizar es “analizar los rendimientos que se desea apuntar”, y que se traducirán en retribución monetaria. Una vez que se definió la productividad a alcanzar, corresponde examinar las prácticas de manejo que se utilizarán: el genotipo y la densidad de la fertilización nitrogenada. Éstas interaccionan entre sí para lograr rendimientos más altos de lo que uno obtiene normalmente, y así atenuar las brechas productivas.

Según los estudios, existen brechas o techos de producción para cada nivel de densidad, de lo que se obtiene un marco conceptual a nivel productivo. Para cerrar esa brecha comentó el becario de Conicet que “se debe fertilizar con nitrógeno”, siempre dependiendo del juego en esta interacción. Además apuntó: “En estructuras más bien defensivas, fertilizar no se va a capitalizar en rendimiento, voy a estar perdiendo plata; por el contrario, si yo aumento la densidad de siembra pero no tengo en cuenta la fertilización o el genotipo, no voy a encontrar respuestas al rendimiento”.

Errores comunes

Entre productores hay un concepto muy arraigado sobre que al atrasar la fecha de siembra, el maíz tardío tiene menor potencial de rendimiento, con lo cual hay que manejarlo con pocos insumos, poca densidad y poca fertilización. En la región de Córdoba los potenciales son altos, siendo cercanos a las 15 mil kilos por hectárea, por lo que se debe prestar atención en ajustar las prácticas de manejo.

Ante una campaña Niña en la que hay un déficit hídrico ambiental, la estrategia consiste en elegir una densidad un poco conservadora, no dejando de lado la fertilización nitrogenada.

Por Valentín Orgaz – Estudiante de Comunicación Social de la UNVM – Convenio UNVM-Grupo TodoAgro

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