Avanzan en desarrollo genético para mejores rindes de cultivos

El trabajo de investigación presenta cultivares de la planta Camellia sinensis de mayor calidad y resistencia al clima. En la hoja verde anticipan análisis de cafeína.

El cambio climático afecta desde hace mucho tiempo al sector productivo, que debido a los diversos fenómenos meteorológicos debe avanzar en las nuevas tecnologías y desarrollar mejoramientos para lograr más eficiencia en los cultivos. En tanto, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria se afianza en la innovación en el sector agro con el objetivo de obtener una producción de calidad, resistente a los eventos climáticos y sus variaciones, con efectos certeros y provisorios.

Actualmente el Inta en Misiones trabaja en una investigación que presenta cultivares de té con mejores rendimientos y resistencia al clima. No obstante, en cuanto a la hoja verde, aseguran que es más amplia la gama de trabajo por su demanda, por lo que anticipan una labor en el análisis de dosis del contenido de cafeína.

Al respecto, Sandra Molina, ingeniera agrónoma, es parte de la investigación que tiene como fin registrar cómo los cuatro años de sequía afectaron a los cultivos, y a su vez, mejorar la calidad de los mismos. “Sobre todo los cultivares de té y yerba mate. Como temática buscamos mejorar los rendimientos, y se investiga su comportamiento luego del estrés hídrico”, explicó. El equipo de investigadores está compuesto por siete misioneros profesionales, entre técnicos e ingenieros agrónomos que son parte de la Estación Experimental Agropecuaria del Inta Cerro Azul en Misiones.

Mejoramiento genético

Molina dialogó con El Territorio en el marco de la Expo Té Argentina el pasado viernes. Allí, la ingeniera, quien también cuenta con un doctorado en recursos naturales y es la actual coordinadora del trabajo de investigación, explicó que presentaron 24 nuevos cultivares de Camellia sinensis, cuyas características están enfocadas en la calidad y también en la resistencia del cambio climático. Además, remarcó la labor que llevan adelante sobre el desarrollo genético de las plantas.

En este marco, relató que dicha presentación es el resultado de un trabajo interrumpido del programa de «Mejoramiento Genético». A través del mencionado plan, se inscribieron los cultivares en el Instituto Nacional de Semillas (Inase), los cuales se caracterizan por sus altos rindes. Según detalló Molina, en dicho instituto se inscriben todas las variedades de semillas que van surgiendo y a partir de allí el material puede ser distribuido a los productores.

“El Inta busca ampliar las evaluaciones y caracterizar los clones para detectar la calidad de tasa y también química. Esto está relacionado con el contenido de polifenoles y antioxidantes”, explicó.

Evaluación luego de la sequía

Luego de cuatro años de sequía, se dice que los sectores productivos se van recuperando de a poco. De este modo, desde el Inta también investigan el comportamiento de los cultivos posterior al estrés hídrico, sobre todo las semillas inscriptas en el Inse.

“Tenemos una becaria doctoral que está haciendo su tesis en dicha temática y trata de caracterizar cómo la intensidad del estrés hídrico puede afectar el desarrollo de la planta y también desde la parte molecular, con la utilización de herramientas moleculares que permiten localizar genes de tolerancia sequía en la planta de té”, explicó.

En cuanto a los cultivos de yerba mate, Molina añadió que la demanda es mayor por lo que trabajan en cuestiones no sólo relacionadas al rendimiento y al comportamiento posterior a la crisis hídrica, sino también sobre plagas, ciclo de plagas más dañinas, enfermedades y manejo de cosecha. “Estamos en un proceso donde también comenzaremos a trabajar la calidad de la yerba mate en cuanto al contenido y dosis de cafeína”, anticipó.

Tras ser consultada por el programa de mejoramiento genético, Molina insistió que es una herramienta para el desarrollo de variedades vegetales, aplicando los principios de la genética y otras disciplinas. Así como también, prácticas de la agricultura como la observación, selección y cruzamiento de las plantas. Este surge tras problemas con los cultivos y con el fin de mejorar las plantas en 1958. Y se trató del primer plan de desarrollo genético en té con enfoque científico a través de la Estación Experimental Agropecuaria Cerro Azul del Inta.

Por: Tatiana Tangredi – El Territorio

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