Atentos a la mancha amarilla y a una vieja enfermedad en trigo

El fitopatólogo Marcelo Carmona hizo un análisis pormenorizado del aspecto sanitario del trigo de cara a la próxima siembra. Alertó que la mancha amarilla es hoy el patógeno más complicado a tratar y brindó algunas recomendaciones para su diagnóstico y control. También se refirió a la reaparición de Carbón volador.

El especialista y profesor de la FAUBA fue uno de los conferencistas del módulo técnico de la jornada A TodoTrigo online, que se realizó este jueves de la mano de la Federación de Acopiadores.

En primer término, se expresó sobre los cuidados en la semilla. En este caso se refirió a la reaparición de una vieja enfermedad: Carbón volador, que “parece más grave de lo que realmente es”, dijo. Si tenemos 0,5% de espigas carbonudas, la pérdida será del mismo nivel. Es una enfermedad de fácil control químico en semilla. Se recomienda monitoreo, y si el porcentaje de infección va de 0,5 a 2%, evaluar las dosis.

Por otra parte, el docente aclaró que el principal patógeno para la semilla de trigo hoy, es la mancha amarilla. ¿Por qué?  Porque es de difícil diagnóstico, de difícil control y se suman las resistencias a estrobirulinas. Los fungicidas eficientes son fluxapirozad, difenoconazole y protioconazole (viendo dosis) y iprodione + difenoconazale (antiresistencia). “Para mancha amarilla hay que reconocer la prioridad del problema, luego hacer análisis de semilla, elegir adecuadamente las moléculas y dosis, y cumplir con las rotaciones”, dijo.

Luego se refirió a la Roya amarilla como “la asesina del trigo. La principal enfermedad a nivel mundial”. ¿Las razones?: su alta capacidad migratoria, variabilidad, virulencia, nivel de daños y pérdidas superlativos. Es muy sensible a los fungicidas. “La resolución es elegir cultivares resistentes, tratar las semillas, monitorear y utilizar fungicidas como estrobirulinas, triazoles y adyuvantes. Puede genera entre el 40% y el 50% de pérdida de rendimiento”, especificó.

Otro caso abordado por Carmona fue el de la Roya naranja de trigo, “el eterno retorno”. Tiene alta variabilidad, capacidad migratoria, grandes daños, se produce una infección localizada y es menos sensible a los triazoles. Desde 2007 se sabe esto. “Todavía me asombro que técnicos y productores usen triazoles cuando está probado que han dejado de ser efectivos. Hoy el control lo hacen las estrobirulinas y algunas carboxamidas. Por eso, no llegue tarde. Calcular el umbral, del 2 al 7%”, recomendó.

Sobre Mancha amarilla mencionó además que la recomendación es buscar cultivares tolerantes, hacer tratamiento de semillas, rotación de cultivos, fertilización, calcular un umbral de 15 al 30%, y sumar fungicidas por bioinducción como silicio y fosfitos que aumentan la defensa de las plantas. “Primero traten de llegar a tiempo. Recurran a mezclas dobles o triples, usen multisitios como mancozeb, y agregados de triazoles como epoxiconazole. Esta enfermedad puede generar pérdidas del 20%”, apuntó para agregar que hay que pensar en la semilla y en rotar moléculas con el fin de proteger las carboxamidas.

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