Arrendamientos en el ciclo 2006/2007: ¿Quién paga más?

Con la cosecha en su tramo final, propietarios e inquilinos negocian los alquileres para la próxima campaña; hay incrementos promedio del 10% en varias zonas agrícolas.

Al compás del fervor que genera por estos días la cosecha, con el ir y venir de modernas máquinas, camiones que pueblan las rutas del interior y zonas portuarias que no dan abasto para recibir la mercadería, hay otro fenómeno que, aunque con menos bullicio, va concentrando la atención de productores, contratistas, pools y fondos de inversión: la renovación de alquileres para la campaña 2006/2007.
En un momento en donde propietarios e inquilinos comienzan a cruzarse llamadas telefónicas, se hacen largas reuniones para discutir contratos y se programan visitas a los campos, el próximo ciclo asoma con una sorpresa tras una campaña marcada por una fuerte sequía: lejos de bajar, los alquileres en la pampa húmeda parecen venirse en muchos casos con techos de precios más altos en quintales de soja. A valores similares para Rosario a igual época de 2005 se pagaría más por la suba en quintales.
Aunque hay una importante disparidad de valores, la zona agrícola núcleo sigue empujando los alquileres y hoy ya se habla de incrementos promedio de un 10% respecto de la última campaña. Toda una noticia si se considera que en campos de terceros se hace en torno del 40% de la producción y se destinan por año unos 2000 millones de dólares al pago de arrendamientos, según distintas proyecciones.
Sólo en el triángulo Pergamino, Rojas, Colón se manejan, según varias fuentes, dos rangos: de 15 a 17 quintales de soja para los campos no necesariamente con riego y de 17 a 20 quintales para los establecimientos con riego y para producción de semilla. Hoy es algo más común escuchar a los propietarios pedir hasta 17/18 quintales. Aquí el año pasado el rango se ubicaba entre 14 y 18 quintales, con muchos contratos en 15/16 quintales.
"Lo mínimo para esa zona son los 18 quintales, 300 dólares por hectárea, lo cual significa alzas de un 10/15%. Creo que estamos en valores récords", dijo Alejandro de Elizalde, director general de la firma Elizalde, Garrahan y Cía.
Abriendo el abanico, en otras regiones también hay valores más altos, según los especialistas consultados. Hoy se habla de 15-16,5 quintales hasta 20 quintales (en este caso con riego) en Venado Tuerto, Villa Cañás, Santa Isabel, en el sur santafecino, contra los 14/18 quintales del ciclo 2005/2006. Mientras tanto, en el sur cordobés, esto es Marcos Juárez, Inriville, Leones, el rango va de 15 a 18 quintales, contra los 12/15 de la campaña que finaliza.
Hay un empuje de los arrendamientos incluso en otras zonas. Eso ocurre por ejemplo en el oeste agrícola bonaerense, donde en General Villegas, Lincoln, Ameghino y General Pinto el rango de valores se ubica entre 12 y 17 quintales, versus los 10/15 quintales del ciclo 2005/2006. "En líneas generales, para todas estas zonas hay incrementos promedio de un 10 por ciento", comentó Luis Clucellas, presidente de Bullrich Campos SA.
También en Entre Ríos hay un impulso sobre los precios. "Hoy es la zona más barata (por su proximidad a la zona núcleo); no obstante, se están pidiendo 9,5/10 quintales de soja, contra 7/8 quintales del año pasado", indicó De Elizalde. Distinto es el panorama en zonas más de riesgo productivo en San Luis y La Pampa, donde los alquileres están entre 5 y 6 quintales, en un nivel similar al año pasado.
A todo esto, con sus arrendamientos en trigo, el sudeste bonaerense no escapa a la presión sobre los precios. Así, en Mar del Plata, Necochea, Lobería, Tandil y Balcarce el rango va de 18 a 20 quintales del cereal, contra los 15 de la última campaña. En términos de dólares, donde antes se pedían 150 dólares por hectárea, o a lo sumo 190, hoy ya se habla de 200 y hasta 250 dólares por hectárea. "Acá en el sudeste hay una competencia feroz para tomar campos", afirmó Guillermo Cavalleri, del Grupo Ceres Tolvas.

Alquileres en alza
A la hora de explicar qué es lo que está sucediendo con los alquileres en la pampa húmeda, productores consultados señalaron unos cuantos factores:
*Hay una gran demanda pero una oferta que no alcanza, lo cual se traduce en una dura competencia.
*La soja sigue con un precio óptimo y continúa ofreciendo una renta aceptable.
*A pesar de la sequía de esta campaña, la tendencia pasa por seguir logrando mayores rendimientos, empujados por la genética. "La soja no sólo es segura en la zona núcleo, sino también en las regiones aledañas", sostuvo Roberto Frenkel Santillán, vicepresidente de Bullrich Campos.
*A los ojos de los productores no se presentan productos financieros más atractivos que la actividad agrícola.
*Los pools, fideicomisos y fondos de inversión se muestran cada vez más activos.
Eduardo Fitz Gerald, director de Compañía Argentina de Tierras (CAT), graficó bien parte de la realidad de lo que ocurre con los arrendamientos. "El que pierde un campo no lo recupera. En la pampa húmeda, por cada inquilino hay tres o cuatro personas esperando en la tranquera a que se vaya", afirmó.
Semejante puja por la tierra ha llevado a inquilinos a apresurarse a renovar contratos por anticipado. "La cosecha no terminó, pero se ha adelantado el cierre de contratos. Acá en de Venado Tuerto ya se ha cerrado entre el 70 y el 80% de los alquileres", remarcó el productor Andrés Martiarena.
Ahora bien, con estos valores también se abre la polémica: ¿tiene lógica un contrato de 18 quintales?, ¿así sólo queda en camino la soja?, ¿qué pasa con el maíz?, ¿a los propietarios les interesa que les cuiden el campo?
"Así lo único que queda en pie es la soja. Hay dueños de campos que no resignan rentabilidad para que se rote con maíz", aseveró el asesor Julio Lieutier.
Pero también están los que van tras los pasos de los propietarios que piden alquileres exorbitantes. "Se ve a mucha gente tirándose a la pileta sin hacer los números. A mí me ofrecieron un campo en 19 quintales en Villegas y directamente ni lo fui a ver", subrayó el productor Marcos Rodrigué.
En un punto intermedio aparecen los propietarios que negocian poniendo como condición el cuidado del "sistema", con rotaciones. "En la zona núcleo trabajamos con dueños de campo que piden una rotación del 33% (un tercio trigo/soja, otro tercio maíz y el resto soja). Hay gente dispuesta a trabajar a porcentaje o a que le paguen en maíz lo que se hace con el cereal. Hacemos análisis de suelo para que los dueños vean cómo trabajando de esta manera evolucionan los nutrientes", dijo Rodrigué.
El debate sigue abierto y la cuestión pasa por cómo puede quedar la ecuación económica con los alquileres altos. "La rentabilidad del que alquila va a seguir bajando porque hay más gastos, ya sea en fletes, personal o maquinaria", explicó Alberto Marchionni, del sur de Santa Fe.
Con estos alquileres, distintos productores coinciden en un solo número para la zona núcleo: a alguien que cierra un contrato en 18 quintales de soja sólo le pueden quedar, sin considerar la carga impositiva, no más de seis quintales de ganancia si obtiene un rinde de 38 quintales (tras presupuestar 35 q) y a eso luego le debe descontar el costo de producción, el pago del arrendamiento, la cosecha y el gasto de comercialización. Así, con un alquiler de 18 quintales, el rinde de indiferencia trepa a 32 quintales.
Pese a los valores en discusión en materia de alquileres, en la región núcleo todavía hay quienes mantienen la esperanza de lo que hoy parece ser moneda corriente no sea la regla cuando en unos meses estén cerrados todos los contratos. "Esperemos que los 17/18 quintales sólo se tomen como un pico", dijo Abelardo Portugal, presidente de la Asociación de Ingenieros Agrónomos de la zona norte de Buenos Aires (Aianba).

Por Fernando Bertello – publicado en el diario La Nación ( www.lanacion.com )

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