Animal bien tratado, Animal que rinde al gancho

El hombre de campo trata bien al caballo, pero tiene la costumbre de golpear a las vacas. El problema es que la hacienda se va a ir pagando por rinde cada vez más y el maltrato y la rudeza se traducen en el precio pagado por el frigorífico. Conozca los recaudos para evitar descuentos en las ventas de hacienda por maltrato durante la carga y transporte
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""“Los ganaderos siempre tratan de producir más, pero no tienen igual conciencia de las pérdidas que se originan por golpes y estrés de la hacienda durante la carga y transporte” destacó Rodolfo Acerbi, al hablar en una Jornada Ganadera organizada por los CREA de Litoral Sur. Acerbi es docente en la Universidad de Tandil y definió al bienestar animal como el conjunto de medidas que se toman para evitar que el animal sufra golpes y malos tratos desde su crianza al sacrificio, sin sufrir hambre ni sed y desarrollando en un ambiente confortable, con adecuada atención veterinaria.

Comportamiento general
Los bovinos reaccionan por el recuerdo de imágenes asociadas al pasado. Por lo tanto,  sus primeras experiencias tienen un papel fundamental. “Un mal trato producido en la manga, por ejemplo, tendrá efectos negativos para los próximos trabajos que se realicen en ese lugar”, recordó Acerbi.
Al ser los bovinos animales objeto de presa, el miedo es la emoción más importante y un gran factor de estrés. Los estímulos simples, como un movimiento brusco o un grito, les causan miedo. “El miedo en los corrales genera agitación y posteriormente esto se traduce en menores  ganancias de peso con respecto al ganado que permanece en calma al ser encerrado”, apuntó el profesional.
Por lo expuesto, resulta clave el comportamiento tranquilo del personal asignado a las tareas con los bovinos, lo que también contribuye a preservar intacta la calidad de la carne.
“Los vacunos poseen un tipo de visión particularmente sensible a los movimientos bruscos y a los contrastes de luz y sombra. Aunque pueden mantener la visión del horizonte en forma continua, tienen dificultades para ver rápidamente objetos cercanos”,  indicó Acerbi. Por lo tanto, hay moverse lentamente a su alrededor, sin gritos y respetando el área de fuga y punto de balance, como se explica en los recuadros de esta nota.

Trabajo en corrales y mangas
“El ganadero invierte mucho en alimentación, genética y manejo sanitario para obtener la máxima producción de carne por hectárea. Sin embargo, desatiende las pérdidas en la calidad de la carne que se producen en el proceso de carga y transporte de sus animales con destino al frigorífico”, criticó Acerbi. En esas etapas se producen los hechos negativos de mayor impacto económico, a partir de tablas rotas, tornillos y clavos salientes, alambres de púa y uso de perros no entrenados (causan un desorden inapropiado; no deben ladrar, sobre todo frente a vacas con cría).
Los compradores más importantes de nuestras carnes en el exterior establecieron exigencias en este tema y han logrado que se promulguen normativas para la protección de los animales. Éstas llegaron a nuestro país para su cumplimiento en el ámbito de la planta de faena (de carácter obligatorio), en el campo y durante el transporte (aún voluntarias).
“Es frecuente que la manga y las instalaciones destinadas a la carga de los animales para faena estén en malas condiciones. Esto es realmente un contrasentido, porque allí es donde los golpes tienen la mayor probabilidad de ocurrencia”, afirmó Acerbi.
En primer lugar se debe procurar que los animales no sufran caídas ni resbalones mediante pisos antideslizantes. Las puertas y paredes deben estar libres de bordes agudos o piezas rotas que puedan lesionar al ganado.
Por otro lado, aunque las instalaciones estuvieran en condiciones ideales, si el personal asignado a esta parte del proceso no está capacitado en el correcto manejo de los bovinos, el resultado será igualmente malo en relación a la calidad de las carnes. En general, el productor agropecuario está más dispuesto a invertir en instalaciones nuevas que a poner en practica las técnicas sencillas de manejo sin estrés para el trabajo con los bovinos.
El vacuno es un animal que reacciona ante los estímulos provocados por el hombre. Entonces, el personal asignado a la carga debe generar un clima de calma entre los animales. “El mugido es una señal clara de estrés causado por un manejo rudo del ganado por parte del personal; su reducción durante el trabajo en los corrales es un indicador positivo de manejo del ganado”, indicó el profesional.
El silencio y el movimiento al paso o al trote de los bovinos evitarán que se produzcan situaciones indeseables, como golpes o retroceso en la marcha hacia la manga. Acerbi desaconsejó el uso de la picana eléctrica, que produce excitación en los animales y contracción de los músculos, provocando hematomas que rompen los vasos capilares.
Es recomendable la utilización de medios equivalentes pero inofensivos, como una bandera, una varilla con una paleta en la punta, una botella que contenga piedras para hacer ruido o cualquier otro instrumento no eléctrico. Tampoco hay que pegar con rebenque ni palos.
Otro problema son los inyectables mal aplicados. De la mitad para atrás del vacuno, cualquier inyección daña los cortes más caros. Por esa razón, siempre se debe inyectar de la mitad para adelante, con agujas nuevas desinfectadas. Una punta de aguja con tierra infecta y desarrolla nódulos que reducen el valor de la carne.

ZONA DE FUGA Y PUNTO DE BALANCE
Temple Grandón, especialista en bienestar animal, desarrolló los conceptos de zona de fuga y punto de balance para el movimiento correcto de los animales.
La zona de fuga se determina desplazándonos despacio hacia los animales. Cuando estos se dan vuelta para mirarnos, todavía no ingresamos a aquélla. Pero cuando lo hacemos efectivamente, los bovinos se darán vuelta y comenzarán a desplazarse.
Para que los animales se mantengan en calma y se los pueda mover fácilmente, el operario debe trabajar en el borde de la zona de fuga: para hacer que se muevan, ingresará en la zona de fuga y para hacer que se queden quietos, saldrá de ella. Las mejores posiciones son las indicadas en el siguiente diagrama:

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El operario debe evitar el punto ciego detrás de la cola del animal. También debe abstenerse de penetrar profundamente en la zona de fuga. Los animales se perturban cuando alguien se introduce en su espacio propio y no tienen la posibilidad de alejarse. Cuando se arrea al ganado por un callejón y los animales se dan vuelta y corren hacia atrás, sobrepasando al jinete, lo más probable es que éste haya penetrado demasiado en su zona de fuga. Si los animales comienzan a darse vuelta, el jinete debe retroceder y aumentar su distancia con ellos. Este retroceso debe hacerse a la primera señal de que el ganado empieza a darse vuelta.
Si un grupo de animales se frena de golpe ante una sombra o un olor, hay que tener paciencia y esperar que los que encabezan el grupo atraviesen el obstáculo; luego el resto los seguirá.

El punto de balance
El punto de balance se encuentra en la cruz del animal. El ganado avanzará si el operario se ubica detrás de ese punto y retrocederá si se ubica adelante del mismo. Muchos cometen el error de quedarse parados delante del punto de balance mientras tratan de que el animal avance por la manga. El ganado tiende a avanzar sin necesidad de aplicar la picana si el operario camina hacia atrás, pasando los puntos de balance de los sucesivos animales.
Temple Grandón da los siguientes consejos para el movimiento de vacunos:
– Hacer que el ganado fluya. Los vacunos se moverán con facilidad a lo largo de una rampa y entrará al camión sin dificultades si se los lleva en calma y se los embarca de inmediato. No hay que permitir que los animales se detengan y se den vuelta en el corral de embarque. Tampoco hay que meter al ganado en el corral de embarque antes de que el camión esté listo para la operación.
– Si los animales se rehúsan a subir a una rampa de embarque o a avanzar por un callejón, hay que suprimir las causas que provocan ese comportamiento. Entre las más comunes se cuentan: gente parada adelante, reflejos en charcos, vehículos detenidos cerca de la manga y perros. Si se pintan las instalaciones de un mismo color, se reducen los contrastes. Si las paredes de las rampas o de los corrales son cerradas, el movimiento de los animales suele mejorar.
– Los vacunos deben estar acostumbrados a ser manejados por personas de a pie antes de que se los embarque al camión.
– Todo el proceso conceptualmente desarrollado más arriba es perfectamente auditable a través de una planilla de fácil confección y que debe tener los siguientes tópicos:
a) Resbalones y caídas
b) Velocidad de movimientos
c) Uso de picana eléctrica
d) Ocurrencia de golpes
La calificación se realiza por porcentajes de ocurrencia y comprende los conceptos “excelente”, “aceptable”, “no aceptable” hasta “problema grave”.

LA CARGA DEL CAMIÓN
La temperatura ambiente al momento de la carga y del traslado es un factor de alta incidencia en la calidad final de las carnes. Un golpe de calor es la principal causa de carne oscura, que tiene un pH superior a 7. ""

El estrés calórico es altamente negativo para los animales por transportar, por lo que, en lo posible, la carga y posterior traslado deben realizarse de noche o a la mañana bien temprano.
Los bovinos tienen mayor resistencia al frío. No obstante, hay que considerar que cuando un camión circula a 80 Km/h con una temperatura ambiente de -5 ºC, la sensación térmica por efecto del viento es de –30 ºC.
Las lluvias bloquean la capacidad de aislamiento térmico del vacuno. Ante esa eventualidad, es recomendable que el conductor de una jaula detenga su marcha y busque un lugar reparado.
Generalmente, a la hora de cargar la hacienda, el encargado del campo está solo con el camionero. El productor no controla como se van ni como viajan los animales y se pierde esfuerzo, porque algunos llegan muertos o con golpes de calor.
Los animales se deben preparar de acuerdo a las horas de duración del viaje y a las condiciones climáticas. Se recomienda un tiempo de descanso previo en un potrero ubicado en las cercanías del lugar de carga, para que los animales repongan  apropiadamente sus reservas energéticas y para la observación de su estado de general de salud.
La cantidad de horas de descanso previas al inicio del transporte depende de si los animales llegan al lugar por arreo desde una distancia considerable o si provienen de un potrero cercano. Teniendo en cuenta estas consideraciones, se recomienda un tiempo mínimo de descanso de 12 horas hasta un máximo de 72.
El potrero debe dar la posibilidad de que los animales se echen a la sombra  protegidos de los vientos fríos con cortinas de árboles y/o refugios naturales o artificiales.
La provisión de agua deberá ser permanente y la alimentación se debe suspender en las 6 horas previas al embarque.
En el camión se debe esperar a que los animales se acomoden solos, tras lo cual se les da media hora de descanso. “Hay que pensar que cada novillo vale 1400 pesos, por lo que hay que controlar el camión, verificar que la ruta elegida para llegar al frigorífico sea la más corta y conocer el tiempo estimado para recorrerla y las paradas planificadas” aconseja Acerbi. También hay que evitar que se produzcan golpes con la puerta al descargar la guillotina en el lomo o en el cuadril del animal (uno de cada diez animales que va a faena tiene golpes de guillotina y eso significa una pérdida de 3 kilos por cada res).
El conductor debe conocer los conceptos de transporte en condiciones de bienestar animal, asegurando que el camión tenga divisiones y una densidad de carga adecuada para el número y categoría de animales. Debe estar comunicado con el productor, para avisar ante un problema imprevisto.

Rampas de carga y descarga
Temple Grandin aconseja mantener en buen estado las rampas y los corrales, con las siguientes medidas:
– La observación de centenares de instalaciones indica que el problema número uno en ellas es el piso resbaladizo, que provoca que los animales se caigan. En las instalaciones nuevas conviene que el piso de concreto tenga surcos cada 20 centímetros con un diseño romboidal o cuadrado, y que esos surcos tengan perfil en V con 3 centímetros de profundidad.
– Las superficies resbaladizas en las instalaciones existentes pueden ser mejoradas mediante una máquina que abra surcos en el piso de concreto, o con una malla metálica hecha con barras de 2 a 3 centímetros de diámetro, sobre todo en las zonas de mucho tráfico animal. Las mallas deben estar soldadas con un diseño en damero con 30 centímetros de lado.
– Hay que evitar las rampas sean excesivamente empinadas. La pendiente recomendada es de 20 grados. Además se pueden usar escalones o listones.
– Para embarcar ganado en camiones cuya puerta trasera es de 76 centímetros de ancho, las rampas más funcionales son las de esa misma dimensión, para que los animales entren en fila india. El error más común es hacerlas demasiado anchas, lo que produce amontonamientos.

Mejorar el rinde en gancho
Todos los factores mencionados se deben tener en cuenta porque todo lo malo que se hace en el campo no se puede arreglar en el frigorífico; en cambio, sí se puede mejorar lo bueno, agregándole etiquetado, maduración, etcétera. “Los productores tienen que entender que el circuito ganadero no termina cuando el camión se va, sino en el frigorífico” destacó Acerbi.
“Asegurar el bienestar animal redunda en un beneficio económico al lograr un mayor rinde de carne en el frigorífico”, apuntó Acerbi. Además, quitar los cortes en mal estado produce demoras en el proceso y eso lleva a que los compradores vayan dejando de lado a quienes envían animales constantemente golpeados.
“Las pérdidas económicas que produce el mal trato a los animales son una razón suficiente para que los productores tomen conciencia y cambien de actitud en el manejo de la hacienda”  concluyó el profesional.

Animales no aptos para la carga
Hay un concepto general que dice que la condición física del animal debe corresponderse con la duración del traslado. Pero hay otras situaciones que escapan a este concepto, como cuando se cargan distintas categorías (vacas y terneros) o animales en diferentes estados fisiológicos (hembras en celo y toros).
 A continuación se hará un listado de situaciones en las cuales los animales no estarían aptos para ser cargados:
– Hembras en su última etapa de gestación (90 días para parir)
– Hembras con menos de 4 días de paridas
– Animales con trastornos locomotivos graves
– Animales de distintas categorías
– Animales con síndrome febril
–  Hembras en celo junto a machos enteros
– Terneros recién nacidos (con cordón sin cicatrizar)
– Animales con neoplasia ocular (cáncer de ojos) que haya invadido el tejido facial.
– Animales con cirugías recientes (menos de 7 días)
– Animales con problemas respiratorios severos

 

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