Andrade: “Hay que desacoplar producción de impacto ambiental”

Con la proyección a 2050 de que la población a nivel mundial llegará a los 10.000 millones y que las personas tendrán un mayor poder adquisitivo para demandar más calorías vegetales y proteínas animales, Fernando Andrade (INTA) apuntó que “es claramente una oportunidad para nuestro país –como productor de alimentos- pero también una responsabilidad, porque hay que hacerlo de manera sostenible”.

La tercera y última jornada del Simposio Fertilidad 2021, realizada el 2 de junio y organizado por Fertilizar Asociación Civil, tuvo el lema ‘“Ciencia y tecnología para la nutrición sustentable”, y contó con las presentaciones de Fernando Andrade, del INTA-FCA-CONICET Balcarce, Achim Doberrmann, del IFA, y Sebastián Senesi del programa de Agronegocios de la FAUBA.

Las disertaciones fueron presentadas por el presidente de Fertilizar AC, Francisco Llambías, quien alertó que “cada año, por la insuficiente fertilización de los suelos argentinos, se pierden más de 800.000 toneladas de nitrógeno y más de 200.000 toneladas de fósforo; y eso equivale a 1.600.000 toneladas de fertilizante nitrogenado y a 1.000.000 de toneladas de fosfatados”.

Luego, Fernando Andrade, en su presentación llamó a la reflexión con la afirmación de que “hay que desacoplar producción de impacto ambiental”.

Con la proyección a 2050 de que la población a nivel mundial llegará a los 10.000 millones y que las personas tendrán un mayor poder adquisitivo para demandar más calorías vegetales y proteínas animales (47% más hacia 2050). Andrade apuntó que “es claramente una oportunidad para nuestro país –como productor de alimentos- pero también una responsabilidad, porque hay que hacerlo de manera sostenible”.

El ingeniero agrónomo apuntó que si bien hasta ahora sucesivamente “la revolución agrícola, la revolución verde y la biotecnológica lograron satisfacer la mayor demanda de alimentos, eso se dio con extralimitaciones en el uso de los recursos naturales”.

Enumeró que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) debido a la producción agrícola son de entre el 23% y 30%, y en Argentina el sector agropecuario es responsable del 37% de GEI, siendo el impacto del país, a nivel global, de menos del 1%. También señaló que por año se deforestan 7 mill/ha, y que Argentina ocupa el 9no lugar en el mundo en superficie deforestada. En el país, por otro parte, se usa más del doble de plaguicidas que en el promedio mundial, pero tiene menos de la mitad del promedio mundial de uso de fertilizantes.

Por eso, Andrade expresó que para satisfacer las futuras demandas hay que apuntar a “una intensificación agrícola sostenible” porque ya “no será deseable” hacerlo aumentando la superficie cultivada. “Hay que aumentar los rendimientos, sin centrarse en el uso de agroquímicos e insumos (como fue la revolución verde) y poner la atención en las tecnologías que aumenten la eficiencia del uso de recursos, e insumos y que reduzcan el impacto ambiental”, concluyó Andrade.

El líder científico de la International Fertilizer Association (IFA), Achim Dobermann, aseguró que “existe un nuevo paradigma” en el sector de la fertilización “cuyo objetivo principal es tener una visión holística del sistema alimentario, que involucre a la economía circular y mejore la recuperación de nutrientes para lograr una mayor eficiencia en el uso de nutrientes para el sistema alimentario”.

En este orden, Dobermann enumeró los nuevos objetivos del manejo de nutrientes en la agricultura que “van más allá del rendimiento de los granos”, resumidos en “6 acciones clave”:
a) Políticas y modelos de negocios sustentables,
b) Nutrición más precisa basada en datos,
c) Recuperación y reciclaje de nutrientes,
d) Agricultura sensible a la nutrición,
e) Fertilizante de baja emisión,
f) Sistema rápido de innovación,
a) Políticas y modelos de negocios sustentables.

“Ahora se entiende claramente que la sustentabilidad es una necesidad y una oportunidad comercial”, destacó el especialista internacional.

Sebastian Senesi, de la FAUBA comenzó su charla anticipando que se prevé un aumento en el uso de fertilizantes a un ritmo de 3,2% por año hasta 2026, pero ese crecimiento irá de la mano de un incremento en la eficiencia del uso y en un mayor reciclado.

Destacó que toda la cadena alimenticia debe mejorar la productividad a partir de una mayor eficiencia y de una “agricultura más verde”, en un marco en el cual “la sociedad muestra un amplio rechazo a la producción agropecuaria, cuando se ponen en peligro los recursos naturales”.

Senesi indicó que para esto hace falta mayor inversión en investigación y desarrollo y de la economía cíclica y “los procesos de producción sustentables y con eficiencia en el uso de nutrientes”.

Enumeró finalmente “3 variables” que van a definir los sistemas de producción y la cadena de valor: el equilibrio de carbono (“hoy se dejó de hablar de huella de CO2 y se habla de equilibrio”, explicó); la biodiversidad; y la huella de agua.

“La seguridad alimentaria se puede lograr sin el aumento significativo de la producción agrícola, en la cual los fertilizantes van a ser claves”, aseveró Senesi.

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