Para Juan Pablo Karnatz, prosecretario de CRA, esta nueva etapa la intervención pública-privada fue clave para que no tengamos devastación de cultivos, pero destacó que “la amenaza está latente y si no se toman cartas en el asunto, probable y lastimosamente podríamos enfrentar un escenario similar al que acontece en África y Asia actualmente”.
Desde la entidad rural afirman que hace cinco años que se hacen esfuerzos muy valiosos que parecen no alcanzar, dado que año a año aumentan las invasiones de langostas, a las que se le suman problemáticas asociadas a tucuras.
“Luego de 60 años sin problemas con esta plaga, se abandonó el manejo preventivo y se desmanteló la Dirección de Acridiología, dejándola sin personal, herramientas e insumos de control, investigación e independencia en la toma de decisiones -que entendimos con los años que es clave para el manejo de esta plaga”, subrayaron desde CRA, y argumentaron: “En los últimos cinco años se tuvo que hacer frente a la situación bajo un sólido liderazgo del Programa de Langostas y Tucuras del Senasa, pero sin los recursos necesarios y la tecnología que amerita la situación, dependiendo gran parte del control de la plaga de la colaboración, predisposición y buenas intenciones de los actores privados”.
Frente a este contexto y en vísperas de escenarios más complejos en el futuro no muy lejano, Confederaciones Rurales Argentina entiende que “esta lucha debe ser liderada a nivel Nacional con el acompañamiento de los actores locales, y no al revés, ya que es una plaga federal. Se trata de una plaga distinta a cualquier otra dada su gran capacidad migratoria, gran capacidad reproductiva y voracidad, que la convierte en una grave amenaza para la producción agropecuaria y la seguridad alimentaria. Para luchar contra esta plaga es imperioso y se solicita que el actual Programa del Senasa, vuelva a convertirse en una Dirección, como lo fue históricamente, otorgándole los recursos económicos necesarios no solo para afrontar las emergencias sino también para evitarlas”.